Hasta hace poco las grandes tecnológicas estadounidenses no competían entre ellas salvo en mercados muy delimitados. Todas hacen negocio con los datos, pero Meta los extraía de sus redes sociales, Apple de sus dispositivos, Amazon de su mercado online, Google de sus herramientas para la vida digital y Microsoft de Windows y aplicaciones de ofimática, principalmente. Estos jardines vallados han mantenido una paz duradera entre los imperios digitales. Una paz que el negocio de la computación en la nube y la inteligencia artificial, en donde todas quieren meter mano, está resquebrajando.
Este martes Microsoft ha acusado a Google de lanzar una campaña falsa para poner en su contra a las autoridades de competencia. Se trata de un hecho inédito en el sector por lo directo y formal del señalamiento y que se da entre las dos principales compañías cuyos negocios han empezado a superponerse a causa de la IA, la computación en la nube y los centros de datos.
“Esta semana se pone en marcha un grupo artificial organizado por Google. Su objetivo es desacreditar a Microsoft ante las autoridades de competencia y los responsables políticos y engañar al público. Google ha hecho grandes esfuerzos por ocultar su participación, financiación y control, en particular reclutando a un puñado de proveedores europeos de servicios en la nube para que actúen como la cara pública de la nueva organización”, ha manifestado Rima Alaily, vicepresidenta de Microsoft, en el blog oficial de la compañía.
“Cuando se ponga en marcha el grupo, Google, según tenemos entendido, probablemente se presentará como un miembro secundario en lugar de como su líder. Queda por ver qué ofrece Google a las empresas más pequeñas para que se unan, ya sea en términos de dinero o descuentos”, ha añadido.
El grupo al que se refiere Microsoft es la Open Cloud Coalition, un grupo de presión lanzado este martes que se presenta como una nueva “alianza de proveedores y usuarios de servicios en la nube” que busca “promover la apertura, la interoperabilidad y la competencia justa” en este mercado. En su declaración oficial adelanta que buscará contactar con las autoridades de competencia de la UE y el Reino Unido para que adopten decisiones “rigurosas y valientes” en su examen en curso del sector de la nube.
Microsoft tacha a la Coalición de ser una “campaña en la sombra” orquestada por Google con tácticas de “astroturfing”. Este término hace referencia a una marca de césped artificial y se utiliza para denominar a las operaciones de influencia que simulan nacer desde abajo, impulsadas de manera orgánica por usuarios o pequeñas empresas, cuando en realidad están orquestadas por grandes corporaciones o poderes. La compañía fundada por Bill Gates acusa a Google de ser esa mano negra.
“¿Por qué? Sospecho que mucho tiene que ver con el hecho de que Google se enfrenta a un ajuste de cuentas”, expone Rima Alaily en referencia a la condena por monopolio que pesa sobre Google y que podría terminar con su disgregación en varias empresas.
“Nunca en las últimas dos décadas los monopolios de búsqueda, publicidad digital y tienda de aplicaciones móviles de Google se han enfrentado a una amenaza tan concertada y determinada como la que enfrentan hoy. Según nuestros cálculos, hay al menos 24 investigaciones antimonopolio contra Google en los principales mercados digitales de todo el mundo. En un momento en que Google debería centrarse en abordar cuestiones legítimas sobre su negocio, en cambio está destinando sus enormes recursos a derribar a otros. Es decepcionante que, cuando la base de su negocio está en peligro, hayan tratado de reforzar su servicio de computación en la nube (Google Cloud Platform) atacando el nuestro”, asevera la vicepresidenta de Microsoft.
Acusación formal y silencio de Google
Representantes del grupo han negado en comunicación con elDiario.es las acusaciones de Microsoft. “La Open Cloud Coalition es transparente en cuanto a sus miembros, que se enumeran en nuestro sitio web. No estamos en contra de ninguna empresa, somos una coalición pro-mercado que se centra en la defensa de los principios que fortalecerán el mercado de servicios en la nube en Europa, principalmente la apertura y la interoperabilidad”, ha manifestado Nicky Stewart, uno de sus portavoces.
“Cualquier empresa que comparta estos valores y se preocupe por un mercado sano y próspero para la nube debería unirse a nosotros”, añadía el mismo portavoz. Fuentes del grupo señalan que su origen se remonta a la experiencia del propio Stewart en UKCloud, un proveedor de servicios en la nube fundado en 2011 y especializado en atender al sector público del Reino Unido, incluyendo organizaciones como el NHS y el Ministerio de Defensa.
La frontal acusación de Microsoft aún no ha recibido respuesta en los mismos términos por parte de Google. “Hemos manifestado públicamente nuestra preocupación por las licencias Cloud de Microsoft. Nosotros y otros muchos creemos que las prácticas anticompetitivas de Microsoft bloquean a los clientes y crean efectos negativos que afectan a la ciberseguridad, la innovación y la capacidad de elección”, se ha limitado a comentar una portavoz de la multinacional a este medio.
Fuego cruzado
Las dos multinacionales han ido aumentando la tensión entre ellas desde el “les haremos bailar” que pronunció Satya Nadella, el director ejecutivo de Microsoft, tras su alianza con OpenAI. El primer objetivo del acuerdo fue incorporar la tecnología de ChatGPT a su buscador Bing, un movimiento que ha termando teniendo un nulo impacto en la cuota de mercado del buscador de Google, pero que evidenció que Microsoft tenía a su rival en el punto de mira de su estrategia de crecimiento.
Meses después, Nadella fue uno de los ejecutivos clave que testificó contra Google en la acusación de monopolio que terminó con una sentencia en su contra por sus prácticas en el mercado de buscadores y publicidad digital. Google ha recurrido el fallo.
Google se vengó presentando una queja formal en septiembre ante la Comisión Europea contra las prácticas de licencias de Microsoft, alegando que son anticompetitivas y perjudican a las empresas europeas. Su división de servicios en la nube argumenta que las prácticas de licencias restrictivas de Microsoft obligan a los clientes a utilizar su plataforma en la nube Azure, incluso cuando prefieren otras, como la de Google, siempre según su versión.
No es la primera vez que Microsoft recibía una acusación en este sentido. En mayo la principal asociación de startups españolas, que agrupa a unas 700 de estas empresas emergentes, señaló a la multinacional por sus “prácticas restrictivas observadas en el mercado de los servicios en la nube” que estarían “ imponiendo barreras artificiales que limitan la capacidad de las startups para competir de manera justa y competitiva”.