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The Guardian en español

Nuevos documentos secretos revelan la cooperación entre Reino Unido y Gadafi para perseguir a la oposición libia

Tony Blair y Muammar Gaddafi durante una reunión en Trípoli en 2007/ AP Photo: Leon Neal.

Ian Cobain / Owen Bowcott

Londres —

El alcance de la cooperación del MI6, servicio de inteligencia de Reino Unido, con Muamar Gadafi y el papel personal de Tony Blair en la negociación de esta alianza han salido a la luz en documentos secretos y que han sido publicados en un caso ante un tribunal.

Los documentos libios muestran que el entonces director del MI6, Richard Dearlove, voló a Trípoli en 2004 para discutir cómo llevar a cabo una campaña conjunta contra yihadistas libios exiliados, que fueron estigmatizados como “herejes” por el gobierno de Gadafi.

Los documentos, descubiertos en Trípoli hace pocas semanas –uno de ellos calificado de “máximo secreto”– también sugieren por primera vez que Gadafi escribió a Blair en 2003 enumerando cinco peticiones a cambio de que Libia renunciase a su programa de armas nucleares.

El material arroja luz sobre la colaboración clandestina entre los servicios de inteligencia británicos y el régimen de Gadafi en la organización del secuestro de miembros del Grupo de Combate Libio (LIFG, por sus siglas en inglés) y su deportación forzosa a las cárceles del régimen en Trípoli.

Las cinco peticiones se mencionan en una carta que el jefe de inteligencia de Gadafi, Moussa Koussa, escribió al director de antiterrorismo del MI6, Mark Allen, en octubre de 2003. En la carta, Koussa pide a Allen que “confirme que se van a comprometer a cumplir estas peticiones y llevarlas a cabo”. No está claro cuáles fueron esas peticiones.

En febrero de 2004, Dearlove y Allen encabezaron una delegación del MI6 en Trípoli y las actas libias de la reunión muestran que accedieron a compartir información con los agentes de inteligencia de Gadafi sobre “elementos peligrosos”. La semana siguiente, miembros de Downing Street y de Exteriores también visitaron Trípoli.

Tres semanas después, el líder de LIFG, Abdel Hakim Belhaj, y su mujer embarazada fueron detenidos en Bangkok y entregados a Trípoli. Documentos descubiertos durante la revolución en Libia muestran que Allen afirmó haber conseguido la información de inteligencia que permitió localizar a la pareja. Belhaj pasó seis años en una de las prisiones de Gadafi. Afirma que fue torturado en repetidas ocasiones.

Los documentos recién descubiertos muestran que un miembro del MI6 voló a Trípoli pocos días después del secuestro y preguntó sobre el alcance de la “cooperación” de Belhaj con las investigaciones. También dijo a su contraparte que el MI6 tenía varias preguntas que quería plantear a Belhaj. Los abogados del Gobierno no han cuestionado todavía la autenticidad de los nuevos documentos, aunque los tienen desde hace varias semanas.

Esta agente también comunicó a los libios la localización de un segundo líder del LIFG, Sami al-Saadi, que también fue secuestrado y entregado a Trípoli a finales de ese mes junto con su esposa y cuatro hijos, de entre 6 y 12 años. Saadi aceptó retirar su demanda contra el Gobierno británico en 2012 tras recibir 2,5 millones de euros en un acuerdo extrajudicial.

Por su parte, Belhaj y su esposa están actualmente demandando a Allen, al MI6 y a Jack Straw, que era ministro de Exteriores en aquel momento. El alto tribunal escuchó el lunes que es probable que el caso no llegue a juicio hasta el año que viene.

El abogado de Belhaj, Cori Crider, de la ONG Reprieve, señala: “Las nuevas pruebas plantean cuestiones sobre cuánto sabía el Gobierno del plan para secuestrar a mis clientes. ¿Pidio ayuda Gadafi a Blair para ir contra disidentes? ¿Por qué el Gobierno envió un emisario a reunirse con espías libios solo unas semanas antes del secuestro? ¿Qué pasó realmente en la presentación de Dearlove a Gadafi? Cuando llegue el juicio, 'Teflon Tony' (por Blair), Jack Straw y otros en el núcleo del Gobierno pueden verse en una situación bastante incómoda”.

Los abogados de Belhaj también están intentando apelar la decisión de los fiscales de no procesar a Allen. En una sesión celebrada la semana pasada como parte de ese recurso, salió a la luz que a Belhaj y a sus abogados se les está ocultando que el Ministerio de Exteriores recibió asesoramiento legal secreto sobre la legalidad de las entregas, aunque esos documentos ya se han compartido con la policía, fiscales, diputados y con la investigación liderada por jueces.

La declaración como testigo de Chanaka Wickremasinghe, asesor jurídico en el Ministerio de Exteriores, fue hecha pública en una vista sobre en un caso contra la decisión de la Fiscalía de no juzgar a nadie por el secuestro en 2004 de Belhaj y de su familia en Asia y su deportación forzosa a Libia.

La declaración de Wickremasinghe sostiene que “la mayoría de los documentos eran de naturaleza sensible” y confirma que también se mostraron a Straw. El propósito, según Wickremasinghe, era asistir en la investigación policial y de la Fiscalía, pero parte del material también ha acabado en la investigación Gibson sobre la participación de Reino Unido en actividades de entrega y tortura y en el comité de inteligencia y seguridad de la Cámara de los Comunes.

Traducido por Javier Biosca Azcoiti

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