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Sobre este blog

En este blog se agrupan intelectuales, académic@s, científic@s, polític@s y activistas de base, que están convencid@s de que la crisis de régimen que vivimos no podrá superarse si al mismo tiempo no se supera la crisis ecológica.

Queremos que la sociedad, y especialmente los partidos de izquierda y los nuevos proyectos que hoy se están presentando en nuestro país, asuman alternativas socioeconómicas que armonicen el bienestar de la población con los límites ecológicos del crecimiento.

Coordinan este blog José Luis Fdez. Casadevante Kois, Yayo Herrero, Jorge Riechmann, María Eugenia Rodríguez Palop, Samuel Martín Sosa, Angel Calle, Nuria del Viso y Mariola Olcina, miembros del grupo impulsor del manifiesto Última Llamada.

Si la economía española se está recuperando, ¿está eso beneficiando al ciudadano medio?

La economía británica crecerá lentamente fuera de la UE, según un documento

Tadhg O'Mahony

El final de 2017 vio numerosas historias acerca de la recuperación en la economía española y los aumentos en el empleo, pero también muchas preguntas sobre el aumento de la desigualdad y el empleo inseguro y precario. Así las cosas ¿están cuestionándose los españoles si la economía está realmente trabajando para ellos? Hay preguntas similares en muchos países desarrollados: ¿Es el crecimiento económico la respuesta?, ¿A quién beneficia? y ¿Qué pasa con el daño al medio ambiente? Un nuevo estudio sobre el bienestar en España, que utilizó el índice de bienestar económico sostenible (ISEW), ha tratado de dar algunas respuestas.

El problema con el PIB

El Producto Interior Bruto o PIB es la medida más habitual entre las que se utilizan como indicador del progreso, aunque es una medida de los intercambios económicos económica que no tiene en cuenta los efectos en la desigualdad ni la degradación medioambiental, y ni siquiera la enorme aportación al bienestar del trabajo doméstico no remunerado o las actividades de voluntariado. De hecho, su creador, Simon Kuznets, advirtió en 1934 que debe ser utilizado sólo como una medida de la renta nacional y no del bienestar de la gente. Sin embargo, se ha convertido en un indicador omnipresente de progreso en la mayoría de los países. Se supone que 'todo crecimiento es bueno' y que basta con que el pastel total se incremente, independientemente de quién gane y quién pierda. Reconociendo los problemas antes apuntados, muchos economistas cuestionan que ahora más que un indicador es como un mantra para ‘perseguir el PIB a toda costa’.

La medida 'ISEW' de bienestar para España

Herman Daly y John B. Cobb desarrollaron el índice de bienestar económico sostenible (ISEW) en 1989. El objetivo era descubrir cómo se vería el bienestar si tuviéramos en cuenta los verdaderos costes medioambientales y sociales del crecimiento del PIB. El ISEW fue desarrollado a lo largo de los años para refinar su enfoque y para ajustar la valoración de las diferentes adiciones y sustracciones; posteriormente el grupo ‘Redefining Progress’ en California propuso cambiar su nombre y pasar a denominarlo indicador de progreso genuino (GPI). Un resultado común en los estudios ISEW/GPI ha sido que, aun cuando el PIB ha seguido creciendo de una década a otra, los valores del ISEW se han estancado, incluso disminuyendo a veces. Los proponentes del ISEW pensaban que ello debería llevar a los economistas a criticar cómo se está produciendo el desarrollo, ya que se está haciendo daño al medio ambiente sin que el ciudadano medio consiga mejorar su bienestar. Un economista chileno, Manfred Max-Neef, acuñó la “hipótesis del umbral” para describir el punto en el que las economías ya no mejoran la vida de sus ciudadanos. Si este fuera el caso, se plantearían algunas preguntas serias para la sociedad y la política, y sobre el papel de la economía en todo ello.

En España sólo se han venido midiendo los cambios en el PIB, sin tener en cuenta cómo ha cambiado el bienestar para el ciudadano medio. En el instituto de investigación IMDEA energía de Móstoles, me propusé asistido por Paula Escardó-Serra la complicada tarea de reunir las grandes cantidades de datos requeridos para calcular el índice ISEW. El estudio fue publicado recientemente por Ecological Economics, una revista de investigación de referencia para los investigadores en este campo. El estudio cubre 42 años, de 1970 a 2012, incluyendo pues la transición de la dictadura franquista a la democracia, la adhesión a la Unión Europea y la última crisis. Se trata de años de grandes cambios económicos, sociales y culturales en España. Al tener en cuenta todos los ítems que suman o restan al bienestar en España, el estudio ofrece algunos resultados sorprendentes.

Resultados sorprendentes

El trabajo doméstico no remunerado ha hecho y sigue haciendo una enorme contribución al bienestar en España. Si bien el valor de todos los bienes y servicios consumidos fue de 600 mil millones de € en 2012, el trabajo no remunerado aportó 328 mil millones de €, más de la mitad de todo el consumo: una gran aportación al bienestar del pueblo cuya relevancia se destaca al medir el ISEW español. Por otra parte, aunque la desigualdad de los ingresos en España es inferior a los estándares globales, su coste negativo fue de más de 155 mil millones de €en 2012.

Los costes medioambientales también arrojan cifras elevadas. El daño relativo al cambio climático, 54 mil millones de € en 2005; el consumo de energía en forma de combustibles fósiles (que no son renovables) 79 mil millones de € en 2007; el coste de la contaminación atmosférica alcanzó un pico en 1992 de 51 mil millones de € y, pese a haberse reducido, seguía siendo de €25 mil millones de € en 2012.

El ISEW per cápita y el PIB per cápita para España, de 1970 a 2012 (en €2010). Fuente: ISEW O’Mahony et al. (2018) y PIB de Institud Nacional de Estadística

En general, el PIB y el ISEW españoles mostraron poco cambio hasta la adhesión a la UE en 1986. Después de este punto el PIB creció rápidamente, pero el ISEW apenas mejoró. El umbral de Manfred Max-Neef había ocurrido. Durante la crisis, pese a una gran caída del PIB desde 2008 en adelante, el ISEW no disminuyó, en gran medida porque el valor del trabajo en el hogar ha seguido beneficiando a la población española. Sabemos que la política, y la sociedad con su voto, tienen el poder potencial para decidir cómo se desarrolla un país, priorizando el crecimiento económico sobre todo lo demás o, alternativamente, reequilibrar la economía con la sociedad y el medio ambiente.

El ISEW puede ayudar a las personas a decidir si creen que España se está desarrollando en la dirección que desearían. Hay decisiones políticas muy obvias que conducen a los cambios en España. La contaminación atmosférica se redujo desde 1999, y el uso de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero mejoraron en los años siguientes a 2008. Sin embargo, en el aspecto social, las recientes políticas de austeridad han acompañado a un aumento de la desigualdad desde 2008. Mientras que el gasto del gobierno en salud y educación había aumentado significativamente desde mediados de los ochenta, en 2008 disminuyó 8 mil millones. El profesor Ernest Garcia, de la Universitat de València, no involucrado en la investigación, ha dicho: “Mucha gente, que creyó sinceramente en que una nueva etapa de crecimiento aliviaría los daños sociales de la crisis, se sorprende ahora de que haya vuelto a aumentar el PIB y, sin embargo, la pobreza y la precariedad sigan ahí, golpeando incluso a buena parte de quienes consiguen un contrato de trabajo.”

España se enfrenta a tener que elegir qué es lo que más importa

En suma, al igual que ha ocurrido en otros países, ha habido algunas mejoras desde 1970 en el bienestar español, pero no lo suficiente. A pesar del crecimiento económico, el bienestar del ciudadano medio ha cambiado poco. Ernest Garcia, ha dicho: “El análisis basado en el ISEW ayuda a comprender no sólo por qué esto es así, sino también por qué ya no puede ser de otra manera. Cuando el crecimiento se vuelve antieconómico deja de ser bueno; y el trabajo de O'Mahony indica que es muy probable que eso haya ocurrido ya.”

A lo largo de este período la ciencia de la sostenibilidad se ha desarrollado considerablemente y ahora sabemos que lo que sucede en España, como uno de los países más ricos, también tiene importancia global. Desafíos como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad no son sólo una preocupación ambiental para los ecologistas, ya que estamos interconectados con el mundo natural. Nuestro bienestar actual e incluso nuestra supervivencia futura dependen de cómo equilibremos nuestro bienestar con el mundo natural. El ISEW ofrece una perspectiva esclarecedora de cómo se ha desarrollado España en el pasado. El camino que siga en el futuro dependerá de la gente y de quienes la gente elija para representar sus intereses.

El estudio, “Revisiting ISEW Valuation Approaches: The Case of Spain Including the Costs of Energy Depletion and of Climate Change”, fue publicado recientemente en la revista Ecological Economics.

Agradezco a Profesor Ernest Garcia, de la Universidad de Valencia, su ayuda con este artículo.

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En este blog se agrupan intelectuales, académic@s, científic@s, polític@s y activistas de base, que están convencid@s de que la crisis de régimen que vivimos no podrá superarse si al mismo tiempo no se supera la crisis ecológica.

Queremos que la sociedad, y especialmente los partidos de izquierda y los nuevos proyectos que hoy se están presentando en nuestro país, asuman alternativas socioeconómicas que armonicen el bienestar de la población con los límites ecológicos del crecimiento.

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