UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.
Seis meses del horror en Gaza: una masacre sin precedentes
Ya son seis los meses de ataques brutales en Gaza. La población palestina no puede más y se encuentra al borde de la hambruna. La situación no tiene precedentes y el alto el fuego no llega. Van ya más de 32.975 personas asesinadas, de las cuales el 70% son niños, niñas y mujeres. Las muertes por hambre y deshidratación también han azotado a la población con ya decenas de personas fallecidas. Casi 200 trabajadores humanitarios, la gran mayoría de UNRWA, han sido asesinados y los ataques a instalaciones de Naciones Unidas siguen acumulándose.
Hasta 1,7 millones de personas, más del 75% de la población, han sido desplazadas en toda la franja de Gaza, la mayoría en múltiples ocasiones. Las familias se ven obligadas a mudarse repetidamente en busca de seguridad, pero no hay lugar seguro.
Al igual que dos millones de palestinos que vivían en Gaza a principios de octubre, la vida de Murtaj cambió dramática y trágicamente el 7 de octubre de 2023. “Como si una nueva historia empezara en ese momento”, explica Amal Murtaja, de 37 años.
Amal es madre de dos niños, Mohamad, de 6 años, y Ali, de 3. Juntos tuvieron que huir de su casa en Gaza el 12 e octubre al sur. “Fue aterrador cuando las balas volaban sobre las cabezas de mis hijos”.
Temiendo la muerte, los Murtaja decidieron abandonar Gaza hacia Egipto aprovechando que la madre de Amal tiene la nacionalidad egipcia. “Al comienzo de la guerra, viajar estaba limitado a las personas que tenían un pasaporte distinto al palestino”. La madre de Amal fue autorizada a salir, pero sola. Como madre que no podía dejar atrás a su familia, pasó meses intentando contactar con las autoridades egipcias para convencerlas de que llevaran a su marido, su hija, sus hijos y sus nietos con ella. En diciembre de 2023, sus intentos dieron sus frutos y la familia obtuvo el permiso para viajar a Egipto.
“A pesar de la pérdida de todo en Gaza, incluidas nuestras casas y trabajos, pensamos que por lo menos todavía estamos vivos”, comenta entre lágrimas Amal. Trágicamente, su cuñada y dos de sus sobrinos fueron asesinados dos noches antes de abandonar la franja de Gaza. La mujer del hermano de Amal quería despedirse de su padre y su madre, a 15 minutos del lugar donde permanecían. Cuando su mujer y los niños llegaron con sus abuelos, se produjo una serie de ataques aéreos masivos que acabaron con sus vidas. Los ataques aéreos mataron a más de 50 personas.
Abrumada por el dolor, la familia tuvo que partir hacia Egipto. “Me fui con mis dos hijos pero a mi marido no le permitieron acompañarnos”, explica Amal. Ramadan, su marido, la animó a ir con los niños a un lugar seguro, él permaneció con su anciana madre en Rafah. La separación familiar les puso a todos bajo una enorme presión. Cuando Amal se despierta con la noticia de los ataques aéreos en Rafah comienza a llamar a su marido durante horas hasta que puede localizarlo y sentirse aliviada de ver que está vivo. “Él sigue diciéndome que desea morir”, explica mostrando la desesperación de la población.
Como tanto Ramadan como Amal perdieron sus trabajos en la ciudad de Gaza, ahora ella siente la carga de vivir en un país extranjero en el que mantener a sus dos hijos. “Afortunadamente tenemos algunos ahorros, pero no durarán para siempre”.
Los niños son los que más preguntan por su padre. Mohammed sigue soñando con él. La última vez soñó que su padre llegaba cubierto de polvo“. El pequeño se despierta asustado constantemente por este tipo de sueños que representan las mismas obsesiones de su madre, quien se encarga de calmarle. Su mayor temor de Amal es enterarse de la muerte de su marido en las noticias o en las redes sociales.
Mientras el trauma acecha cada noche a los pequeños, Ramadan permanece en Rafah con su madre y la familia de su hermano. Están en casa de un amigo junto con 27 personas más. “Además del sufrimiento diario de encontrar comida y agua, encontrar la medicina de su madre es otra gran carga”, afirma.
Rafah es la ciudad más pequeña de la Franja que ha pasado de tener una población 300.000 habitantes antes del 7 de octubre a albergar a más de un millón de personas desplazadas en la actualidad. La infraestructura de la ciudad no puede soportarlo. Una situación que está provocando la proliferación de las enfermedades por el hacinamiento, las aguas residuales, la cantidad de desechos orgánicos y la desnutrición.
Mientras la familia de Amal vive separada, todos temen el ataque terrestre de Rafah. Pero recordemos que, según la comunidad internacional, “invadir Rafah provocará una catástrofe humanitaria”, aún mayor que la que ya estamos viendo.
Seguimos siendo testigos de una brutalidad sin precedentes que ha dejado a la población de Gaza desesperada bajo la muerte, el hambre y la desesperación. Son ya seis meses y todo está ocurriendo delante de nuestros ojos y sin la llegada de un alto el fuego definitivo.
Sobre este blog
UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.