Sonsoles Ónega desvela el problema de salud que padece: “Cada año me tengo que medir la aorta”
Pese a que es una de las presentadoras más famosas de la televisión, no hay mucha información sobre la vida privada de Sonsoles Ónega. La periodista no suele compartir muchos detalles íntimos, pero ha hecho una excepción con la revista Hola para contar que hace 10 años le detectaron un problema de salud por el que ahora tiene que hacerse revisiones médicas con cierta frecuencia.
La presentadora de Y ahora Sonsoles (Antena 3) tiene una malformación llamada válvula aórtica bicúspide, que consiste en que su aorta podría dilatarse hasta alcanzar niveles peligrosos.
“Cada año me tengo que medir la aorta por si hay una dilatación excesiva. Aunque sería una muerte muy dulce, porque te caes, te da un parraque y te mueres ahí en el momento”, explica Ónega, que dice ser “muy consciente” de la importancia de acudir al médico para hacerse chequeos rutinarios.
A esto ayuda el hecho de que en su familia son “muy hipocondríacos”, así que se revisan la salud con “mucha” frecuencia. “Es lo que hay que hacer, especialmente las mujeres, que a veces nos olvidamos de nuestras propias revisiones”, recuerda.
Un año lleno de trabajo: “Ha sido horroroso”
Sonsoles Ónega conecta con los espectadores de Antena 3 cada tarde de lunes a viernes, durante tres horas y en directo. Su programa es líder de audiencia sobre TardeAR, el magacín que presenta Ana Rosa Quintana. Tiene motivos para estar contenta, pero no oculta que este año 2024, por su volumen de trabajo, “ha sido horroroso”.
“Está feo que diga horroroso, intenso y muy al filo del agotamiento, pero así ha sido”, le cuenta a la revista Pronto. Ha tenido que compaginar su programa con otros proyectos televisivos, la promoción de su novela... y su vida privada.
Aunque esta saturación no se ha convertido en una “enfermedad”, dice que sí ha tenido consecuencias: “He notado que me he cansado mucho y que la cabeza también necesita sus momentos de evasión, de tranquilidad, porque tenía ocupados hasta los fines de semana y eso me ha dado un poco de angustia, pero ahora por suerte ya desde septiembre estoy mucho más tranquila”.
Asegura que está “agradecidísima” de tener un programa como el que tiene, pero reconoce que “la tarde es muy exigente porque al final estás todo el día con el programa en la cabeza desde por la mañana hasta que llegas de noche a casa”.
Además, por si fuera poco, Y ahora Sonsoles ha ampliado su duración una hora, algo que, evidentemente, le da más “guerra” al equipo, aunque tenga su contrapartida: “Nos está manteniendo en los niveles de audiencia del año anterior”.
A la presentadora le gustaría relajarse, “bajar el nivel de autoexigencia y aprender a delegar un poco más también”, pero todo esto, al parecer, va contra su propia naturaleza: “Soy así”.