El Camino del Cid, una ruta medieval inspirada en Rodrigo Díaz de Vivar

Siguiendo el Cantar del Mío Cid, el poema castellano que narra la vida de Rodrigo Díaz de Vivar, una ruta nos lleva por ocho provincias españolas siguiendo los pasos del mítico Cid Campeador. El consorcio del Camino del Cid nos propone un viaje por la Edad Media y lo divide en cinco etapas, con la gesta manuscrita del siglo XII o principios del XIII como hilo conductor, de manera que podemos seguir un recorrido turístico y cultural a través de Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante.

Siguiendo los pasos del Cid Campeador pasaremos por parajes históricos, castillos y un entorno esencialmente rural donde la tranquilidad y el contacto con la tierra está garantizado. Un recorrido que pasa por ocho hitos de origen medieval declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y por 41 poblaciones consideradas Conjunto Histórico Artístico. Todo, además, rodeado de espacios naturales de gran valor entre los que se encuentran más de setenta enclaves protegidos por la Red Natura 2000.

Las diferentes rutas del Camino del Cid

El Camino del Cid es una ruta diseñada para ser recorrida de diferentes modos, de manera que hay itinerarios diferentes, aunque muy similares, si optamos por hacerla en un vehículo a motor, en bicicleta de montaña, en bicicleta de carretera o a pie. De este modo, aunque las rutas pueden ir de los 50 a los 300 kilómetros, en total suman 2.000 kilómetros de carreteras y 1.500 de senderos señalizados dependiendo de cómo deseemos completarlas. 

Y todo está pensado, como si del Camino de Santiago se tratase, para hacer el Camino del Cid te puedes hacer con un credencial, el 'Salvoconducto', en el que estampar los sellos de las diferentes localidades de la ruta y con el que conseguir descuentos en más de cien alojamientos adheridos al consorcio. En la página web del Camino del Cid tienes a tu disposición topoguías, tracks, folletos turísticos y todo lo necesario para empezar a organizar tu viaje en cuanto quieras.

Las cinco etapas del Camino del Cid

El Camino del Cid comienza en Vivar del Cid, en Burgos, y termina en Orihuela, en Alicante, pero el total de la ruta se divide en cinco etapas que siguen la historia del Cid Campeador. A ellas, además, se suman hasta seis extensiones con las que podemos ampliar el recorrido, ya sea a través de ramales lineales, como los de Álvar Fáñez o el de Castellón, que se desvían de la ruta por motivos históricos, o mediante anillos, añadidos circulares como los de Gallocanta, Montalbán, Maestrazgo o Morella que comienzan y terminan en el mismo lugar.

Las cinco etapas son comunes independientemente de cómo decidamos realizar el camino, aunque evidentemente las rutas de cada una de ellas variará si las hacemos en coche o en moto, en una bicicleta o a pie. Pero desde 'El Destierro' hasta 'La defensa del sur', así serán las diferentes etapas de este camino que sigue los versos del Cantar del Mío Cid. 

Esta primera etapa nos narra el destierro que sufrió el Cid en 1088 por orden del rey Alfonso VI, cuando se vio forzado a abandonar Castilla. A lo largo de 341 km por carretera o 285 por senderos, pasaremos por Burgos, Soria y Guadalajara, lo que en coche son unos cuatro días, en bicicleta cinco y a pie quince, aproximadamente. Veremos lugares de interés como la catedral de Burgos o el Monasterio de las Huelgas, así como el Monasterio de Cardeña, donde el Cid dejó a su mujer Jimena y a sus hijas. Seguiremos por Covarrubias, por el Monasterio de Santo Domingo de Silos, por el Burgo de Osma, por Gormaz y por Berlanga de Duero antes de finalizar en las nobles calles de Atienza.

La segunda etapa nos introduce entre las antiguas fronteras cristianas y musulmanes, donde el Cid comenzó a ganar su fama guerrera, y empieza donde terminó la primera, en Atienza. Si la realizamos en coche serán unos tres días, seis si la hacemos en bicicleta y doce si la caminamos, pues en total son 267 kilómetros. Pasaremos por castillos y por pequeños pueblos llenos de arte románico, mudéjar e islámico, con paisajes tan diferentes como el del Cañón del Río Lobos o la Vega del Jalón. A tu paso dejaremos Jadraque y Sigüenza, ambas con importantes fortalezas, así como por Anguita, Medinaceli y Santa María de Huerta y su monasterio cisterciense. Antes de llegar a Ateca también merece la pena parar a conocer las aguas termales de Alhama de Aragón.

El Cid comenzó a recorrer los reinos árabes de Toledo, Zaragoza y Albarracín y esta tercera etapa pasa por las poblaciones de estas antiguas taifas. En total son 322 kilómetros, lo que en coche pueden ser tres días, en bicicleta seis y a pie unos trece, y nos llevará por las provincias de Zaragoza, Guadalajara y Teruel. En esta etapa Calatayud es de obligada visita y también lo es su Colegiata de Santa María la Mayor. Al continuar pasaremos por Daroca, con su recinto amurallado, y por Molina de Aragón. Uno de los platos fuertes llega a continuación, en Albarracín, que es considerado uno de los pueblos más bonitos de España, y siguiendo su acueducto romano llegaremos al final de esta etapa, en Cella.

Según narra el Cantar del Mío Cid, el canal de Cella fue el lugar elegido por el Cid para reunir a su ejército antes de cercar Valencia. Este trayecto lo recreamos hoy a través de una etapa de entre 228 y 245 kilómetros, lo que en coche nos llevará tres días, en bicicleta cinco y a pie doce. Pasaremos por Teruel capital, donde nos espera su conjunto de arquitectura mudéjar, y por Rubielos de Mora. Continuaremos por Montanejos y por Jérica para encarrilar el tramo final de esta etapa, justo antes de deleitarnos con las murallas y la catedral de Segorbe, acercarnos al mar en Sagunto, y por fin llegar a la toma de Valencia. 

En esta quinta y última etapa la historia prevalece sobre la literatura, pues el Cantar del Mío Cid difiere de los libros de historia cuando trata los últimos años del Cid. Estamos ante un trayecto de 244 km por senderos y de 259 por carretera, lo que nos llevará dos días en coche, cinco en bicicleta y once a pie. Comenzaremos en Valencia, donde no nos debemos saltar ninguno de sus atractivos: ni la catedral, ni el Miguelete, ni la Lonja de la Seda, ni tampoco el Mercado Central, por citar algunos. Al continuar el camino pasaremos por Alzira y por Xàtiva, así como por Ontinyent y Bocairent, o los castillos de Villena, Sax y Petrer. Llegaremos a Elche y a su palmeral para finalmente terminar la ruta en Orihuela. Un punto final simbólico que nos recuerda el extremo sur del ámbito de influencia del Cid, pues según Ben Alcama, cronista árabe de la época, Rodrigo Díaz dejó establecido en 1091 un protectorado que iba desde Tortosa hasta aquí.