5 monumentos dedicados a la comunidad LGTBI
La primera Marcha del Orgullo Gay en España se celebró en Barcelona en 1977, dos años después de la muerte del dictador. En 1979, dos años más tarde, la homosexualidad dejó de considerarse un delito, pero aún han tenido que pasar muchos años más para que la sociedad haya aceptado y asumido públicamente todas las represalias, humillaciones, ausencia de libertades e, incluso, homicidios que ha tenido que sufrir (y sigue sufriendo) el colectivo LGTBI. Para homenajear las personas LGTBI represaliadas y perseguidas, nos acercamos a varios monumentos que conmemoran la lucha de este colectivo.
Ángel, Frankfurt
El Ángel de Frankfurt fue el primer memorial alemán dedicado a las víctimas homosexuales perseguidas por el régimen nazi. Bajo la cabeza agachada de un ángel, encontramos una placa conmemorativa en la que se puede leer: “[…] Recordamos esto con el conocimiento de que los hombres que aman a hombres y las mujeres que aman a mujeres continúan enfrentándose a la persecución”. Aunque los datos son inciertos, se calcula que hasta 15.000 homosexuales fueron asesinados durante el Holocausto.
Monumento a la Liberación Gay, Nueva York
Se considera la primera gran pieza de arte erigida en un lugar público dedicada a los derechos y al activismo LGBTI. Aunque originalmente la instalación se situó en Wisconsin en 1986, seis años más tarde fue trasladada a Nueva York. El monumento consta de cuatro estatuas de bronce barnizadas en blanco: dos hombres de pie y dos mujeres sentadas. La obra se construyó para conmemorar lo ocurrido durante las revueltas de Stonewall en 1969, germen de la celebración del Día del Orgullo Gay. De hecho, las esculturas están situadas a tan solo unos metros del bar Stonewall Inn, donde comenzaron las protestas en contra de la represión policial ejercida contra este colectivo.
Monolito en memoria a las personas represaliadas por el franquismo por su opción sexual, Durango
La población vizcaína de Durango ha querido recordar a las personas «perseguidas y represaliadas por el régimen franquista debido a su opción sexual y afectiva y que lucharon bajo ese régimen por vivirla en libertad» mediante una escultura de Koldobika Jáuregui, instalada en la población en 2009.
En 1954, en plena dictadura franquista, se criminalizó la homosexualidad y cualquier disidencia sexual y de género, incluyéndolas en la reforma de Ley de Vagos y Maleantes y castigándolas con el internamiento en “establecimientos de trabajo o colonias agrícolas”, auténticos campos de concentración que tenían como objetivo “rehabilitar” a esas personas que eran consideradas enfermas. Tefía, el Auschwitz de Fuerteventura, fue creado para ese fin y confinó a un centenar de personas que sufrieron todo tipo de vejaciones.
Kiss Wall, Brighton
Esta icónica escultura con vistas al mar de Bruce Williams incluye los retratos de seis parejas de distintas edades y géneros besándose. Consiste en una columna vertical de aluminio con perforaciones que permiten ver el paisaje marítimo a través de ellas y añaden un efecto pop-art a la obra. El monumento, inaugurado en 1992, representa el orgullo de Brighton por su diversidad, tolerancia y respeto hacia la comunidad LGTBI.
Monumento en memoria de los gays, lesbianas y personas transexuales represaliadas, Barcelona
La ciudad de Barcelona ha querido rendir homenaje al colectivo de personas LGTBI represaliadas a lo largo de la historia. El 21 de marzo de 2011 se inauguró este monumento, situado en el Parque de la Ciudadela, con la representación política de todos los partidos (a excepción del Partido Popular) y más de 200 personas. El entonces alcalde de la ciudad, Jordi Hereu (del Partido Socialista de Cataluña), resaltó que el monolito era toda una “declaración de intenciones” de la ciudad, posicionándose a la vanguardia de la aceptación social, de la diversidad sexual y la igualdad efectiva de derechos. Según el regidor de Derechos Civiles, este monumento tiene como objetivo “reconocer la historia, la trayectoria y los esfuerzos hechos por colectivos que tradicionalmente han sido más vulnerables, y agradecerles públicamente su esfuerzo en la construcción de nuestro modelo de sociedad».
El monumento tiene forma de triángulo, figura que evoca el símbolo con el que marcaban a los prisioneros homosexuales en los campos de concentración nazi. El colectivo LGBTI se apropió de ese símbolo como forma de resistencia y reivindicación.