Planes para visitar Vigo en un fin de semana

Las vistas de Vigo desde la fortaleza de O Castro

Roberto Ruiz

Un fin de semana en Galicia siempre es un acierto, y si además lo dedicas a descubrir una ciudad como Vigo, donde naturaleza, cultura y gastronomía se combinan a la perfección, entonces el éxito está asegurado.

Aproveches o no para visitar las islas Cíes, su mayor monumento natural, la ciudad de Vigo te invitará a disfrutar de sus callejuelas, sus barrios pesqueros, sus playas, su historia prerrománica y los frutos de su ría y su mar.

Tiene el tamaño perfecto para que un fin de semana te cunda lo suficiente para visitar sus principales atractivos, así descubrirás que antes o después deberás volver con más calma para seguir disfrutando de sus encantos y su embriagador aroma atlántico. Estos planes que te proponemos a continuación te vendrán genial para empezar a abrir boca en Vigo.

Acercarse a las Islas Cíes

Las Islas Cíes son uno de los parajes naturales más espectaculares que podrás encontrar en el territorio nacional, tanto que forman parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia junto a la de Ons, Sálvora y Cortegada. Un paraíso de flora y fauna, tanto en la superficie como en sus fondos marinos.

Eso sí, recuerda que si vas en temporada alta (Semana Santa, y del 15 de mayo al 15 de septiembre) será necesario adquirir previamente una autorización de la Xunta de Galicia ya que el número de visitantes está regulado. Si vas fuera de este periodo no será necesaria la autorización ya que la afluencia es mucho menos numerosa, bastará con que te acerques a los mostradores de las navieras que viajan hasta las islas, junto al puerto deportivo y la Oficina de Turismo de Vigo, y comprar allí tu pasaje.

Subir al monte de O Castro y su fortaleza

En el centro de Vigo pronto descubrirás que, sí o sí, tendrás que subir alguna que otra cuesta. Pero aunque implique una pequeña ascensión, las mejores vistas de la ciudad y de la ría las tendrás desde el monte de O Castro. Aquí es donde se encuentra el origen de Vigo, el lugar donde se asentaron los primeros pobladores entre los siglos III y I a.C., probablemente celtas, y podrás ver un yacimiento arqueológico con los castros de entonces.

Un poco más arriba se encuentra la Fortaleza del Castro, un castillo ahora ajardinado que se remonta al siglo XVI y desde donde se consigue la mejor panorámica de todo Vigo. Junto al Castillo de San Sebastián, un poco más abajo y en pleno casco viejo de la ciudad, ambas construcciones forman parte del complejo defensivo de la ciudad.

Perderte por el Casco Vello de Vigo

Es el barrio histórico de Vigo, con sus estrechas callejuelas peatonales junto al mar. Tras una época en la que había quedado un poco en el olvido, hoy el Casco Vello, como se conoce entre sus vecinos, rezuma vida y ambiente en cada uno de sus rincones. Nuevos comercios, un buen número de bares y restaurantes, el Mercado de A Pedra o la Plaza de la Pescadería, y cómo no, la concatedral de Vigo, la Iglesia de Santa María.

Aunque es conocida como “la colegiata”, es el templo más importante de la ciudad, además de un buen ejemplo del neoclásico gallego. Data de 1811 y se levantó sobre una iglesia anterior. Junto a sus escaleras se concentra uno de los puntos con más vida de la ciudad.

Cuando salgas por la parte alta del casco viejo no dejes de pasar por la plaza Porta do Sol, en la rúa Policarpo Sanz tienes donde deleitarte si te gusta la arquitectura, y así además no te perderás el sireno, la escultura de Francisco Leiro de un híbrido medio hombre medio pez.

Visitar el museo M.A.R.C.O.

El M.A.R.C.O. es el Museo de ARte COntemporaneo de Vigo, por lo que si te van las creaciones vanguardistas, este es tu sitio. Siempre tiene alguna buena exposición temporal que ofrecer relacionada, con ámbitos artísticos como las artes plásticas, la arquitectura, el vídeo, la música, la moda y un largo etcétera. Además, se encuentra en un edificio histórico. Fue diseñado en 1861 como cárcel y Palacio de Justicia, con planta radial, y se conservan varios elementos del inmueble original. Está a menos de 10 minutos andando desde la concatedral de Santa María.

Acercarte al barrio de Bouzas y el Museo del Mar

Bouzas pasó a formar parte de Vigo en 1904, pero hasta entonces se trataba de un pueblo pesquero independiente. Tiene su propio casco antiguo, puerto, faro y playas, además de un animado mercado de abastos y un mercadillo semanal que tiene lugar todos los domingos por la mañana.

Desde aquí tienes unas buenas vistas de las Cíes, así como el Museo del Mar. Vigo y el mar han ido de la mano toda la vida y aquí podrás conocer la historia pesquera que sus habitantes han mantenido desde tiempos inmemoriales.

Dedicarle un rato a la playa de Samil

Si es verano y el calor aprieta, ni lo dudes. Y si no, tampoco está de más acercarte a conocer la playa más famosa de Vigo. Con arena blanca y vistas a las Cíes y la isla de Toralla, la playa de Samil es la mayor de la ciudad, con un kilómetro de largo y 15 metros de ancho. Además, su cercanía al centro la hace fácilmente accesible, por lo que puede ser un buen plan familiar. Vigo presume de tener un microclima muy agradable de inviernos templados y veranos cálidos, por lo que tener una playa a mano siempre es una ventaja.

Darte un homenaje gastronómico

Y cómo no, tratándose de un destino gallego, no podrías pasar por Vigo sin darte un pequeño homenaje gastronómico. Para empezar, quizá te gustará ubicar sobre el mapa la rúa Pescadería, más conocida como “la calle de las ostras”. Las ostras son uno de los manjares que ofrece la ría de Vigo, se cultivan en Arcade y cada mañana van directas allí desde las bateas. Pasar a ver cómo las ostreras ofrecen sus productos ya merece la pena.

En Vigo vas a comer bien, sí o sí, ya decidas quedarte por el puerto, por el Casco Vello o por Bouzas. Si eres de carne la ternera es una apuesta segura, como suele ocurrir en toda Galicia, y si prefieres los productos del mar con unos buenos mejillones, unas zamburiñas, unas navajas o un buen pulpo tampoco te equivocarás. Siempre, por supuesto, sin olvidar sus quesos, sus pimientos de Padrón, sus grelos, sus empanadas y sus vinos de D.O. Rías Baixas.

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