Viajeras revolucionarias: ocho ejemplos de mujeres que han hecho historia

De izquierda a derecha: Nellie Bly, Amelia Earhart, Isabella Bird, Alexandra David-Neel y Isabelle Eberhardt.

Roberto Ruiz

Si hablamos de viajes, muchas mujeres han hecho historia consiguiendo verdaderas proezas recorriendo el mundo, y aunque muchas veces sí se trate de destinos, récords o lugares inaccesibles, por “proeza” debamos entender también el hecho de viajar en solitario en pleno siglo XIX.

Ellas fueron, y son, toda una fuente de inspiración para las almas viajeras que hoy no terminan de decidirse. Mujeres que predican con su ejemplo y que han marcado diferentes hitos a lo largo de la historia, ya fuera hace más de 100 años o en pleno siglo XXI. Aunque la lista podría ser mucho más larga, aquí tienes ocho ejemplos de verdaderas viajeras revolucionarias.

Nellie Bly: la vuelta al mundo en 72 días

Más rápida que Phileas Fogg, esta periodista estadounidense batió la vuelta al mundo de Julio Verne en 1889. Además de ser pionera en el periodismo encubierto y de investigación, Elizabeth Jane Cochran, como se llamaba realmente, cubrió para su periódico este trepidante viaje alrededor del planeta para demostrar la efectividad de los transportes de finales del siglo XIX.

Partió desde Nueva York y cruzó el Atlántico hasta Inglaterra. Pasó por Londres, París, Brindisi, el canal de Suez, Yemen, la antigua Ceilán (Sri Lanka), Malasia, Singapur, Hong Kong, Yokohama y San Francisco, atravesando el último tramo hasta Nueva York en tren. En total fueron 72 días y seis horas, y hasta el mismísimo Julio Verne reconoció su proeza.

Isabella Bird: el viaje como terapia

Nacida en Reino Unido en 1831, Isabella sufrió en su juventud problemas de espalda que la tenían paralizada desde los 18 años. Siguiendo las indicaciones de los médicos en busca de nuevos espacios y aire libre, su padre la envió a Estados Unidos. Y así es como los viajes se convirtieron en su mejor terapia. Su vida cambió radicalmente y desde ese momento comenzaron sus viajes y sus libros en los que los relataba.  

Viajar siempre fue la solución ante diferentes desgracias: la pérdida de su madre, de su padre, de su hermana, de su marido... Pasó por Japón, China, Vietnam, Malasia, Singapur, Egipto… e incluso fundó el John Bishop Memorial Hospital en India. Fue la primera mujer que entró a formar parte de la Royal Geographical Society de Londres.

Isabelle Eberhardt: viajera inconformista

A finales del siglo XIX, a Isabelle Eberhardt, natural de Ginebra, no le quedó otra que hacerse pasar por hombre para cumplir sus sueños viajeros y disfrutar de la libertad que eso le permitía. Tuvo una buena educación y hablaba inglés, francés, ruso, italiano y alemán, pero también árabe, lo que despertaría su interés por la religión islámica y el norte del continente africano.

Viajó al norte de África por primera vez con su madre, quien murió allí repentinamente, y tras volver a casa, cuando perdió los lazos familiares que le quedaban, decidió trasladarse y asentarse en Argelia. Vestida como un hombre y haciéndose llamar Si Mahmoud Essadi, Eberhardt luchó incansablemente contra las injusticias de la colonización. Murió en Argelia en 1904 a los 27 años como consecuencia de una inundación.

Alexandra David-Neel: la primera mujer europea en conocer al Dalai Lama

Entre otras cosas Alexandra David-Neel fue compositora, cantante de ópera, activista política, escritora y fotógrafa, pero sobre todo viajera y exploradora. Nació en Francia en 1868 y con 15 años ya viajó en solitario a Londres. Más adelante, tras separarse de su marido, decide buscarse a sí misma. Viaja a la India, donde comienza sus estudios de sánscrito y Budismo, y consiguió cumplir su sueño de llegar a Lhasa, capital del Tíbet y prohibida para los extranjeros. También viajó por China y Japón, llevó una vida mística y fue la primera mujer europea en conocer al Dalai Lama.

Escribió más de 30 libros, basados fundamentalmente en sus viajes y religiones orientales. Murió a los 100 años habiendo cumplido sus sueños.

Annie Londonderry: la vuelta al mundo en bicicleta

Nació en 1870 en Letonia pero pronto se mudó a Estados Unidos. Sus periplos por el mundo comenzaron con una apuesta que la retó a dar la vuelta al mundo en bicicleta en menos de 15 meses, y así empezó todo. Dejó en casa a su marido y sus tres hijos pequeños, buscó patrocinadores, entre otros consiguió que la New Hampshire Londonderry Spring Water Company le diera 100 US$ al mes a cambio de llevar una pancarta y cambiarse el apellido (los verdaderos son Cohen Kopchovsky) y se puso a pedalear.

Pasó por Francia, Egipto, Jerusalén, Yemen, la antigua Ceilán (Sri Lanka), Singapur, Vietnam, Hong Kong, China… y así hasta llegar a Estados Unidos. No faltaron las críticas que la acusaron de haber utilizado otros medios de transporte, pero de lo que no hay duda es de que Annie Londonderry consiguió una proeza, porque además nunca antes había montado en bicicleta.

Anne-France Dautheville: la primera en dar la vuelta al mundo en moto

Un día de 1972, Anne-France Dautheville decidió cambiar el rumbo de su vida. Aunque tenía una vida acomodada y un buen trabajo, esta francesa nacida en 1944 no tardó en descubrir que la verdadera felicidad solo la daban los viajes. Lo dejó todo atrás, eligió una pequeña moto como única compañera y se lanzó a viajar por el mundo.

Periodista y escritora retirada, Anne-France Dautheville es considerada una de las primeras mujeres en dar la vuelta al mundo en moto.  Sus primeros periplos la llevaron de Canadá a Alaska, y de allí a Japón, India, Pakistán, Afganistán, etc. “Al viajar sola todo el mundo me abría sus puertas”, confiesa. Siempre viajó en moto, comprobó que el mundo estaba ahí para descubrirlo y sabe que sin quererlo se convirtió en una referencia para las mujeres de su época

Amelia Earhart: aviadora pionera

En 1928 Amelia Earhart fue la primera mujer en cruzar el Atlántico en avión. Solo cinco años antes, en 1923, fue la decimosexta mujer en obtener una licencia de piloto de la Federación Aeronáutica Internacional, y en 1932 repitió la hazaña en solitario, despegando de Terranova y aterrizando en Gales.

Fue una luchadora que siempre defendió la posición de la mujer de la sociedad, y especialmente en un mundo mayoritariamente masculino como el de la aviación. En 1937, acompañada por un navegante y dos técnicos, emprendió un viaje que la llevaría a dar la vuelta al mundo en avión. Tras un primer intento fallido, consiguió salir de Los Ángeles y pasar por Miami, Puerto Rico y Venezuela, para desde allí cruzar a África, Pakistán, India, Birmania, Tailandia, Singapur, Indonesia, Australia y Papua Nueva Guinea. Cuando sobrevolaba las islas Nukumanu se perdió la comunicación y nunca más se volvió a saber de ella. En 2009 la película Amelia se encargó de recoger su historia.

Rosie Swale-Pope: 5 años corriendo por el mundo

A los 57 años de edad, cuando su marido murió por cáncer de próstata, Rosie Swale-Pope decidió correr alrededor del mundo con el fin de recaudar dinero para la investigación del cáncer y financiar un orfanato en Kitezh, Rusia. Comenzó en octubre de 2003 y salió desde su casa en Gales, acompañada únicamente de un carrito del que tiraba para llevar los suministros básicos durante su viaje. Unos meses después llegó a Moscú y desde allí corrió hasta Magadán para cruzar hasta Alaska. Le siguió Canadá, después Nueva York y más tarde Escocia.

En su proeza Rosie Swale-Pope corrió durante 32.000 kilómetros y utilizó 53 pares de zapatillas. Es la única persona que ha viajado corriendo dándole la vuelta al mundo sin soporte alguno.

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