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La realidad desmiente los buenos datos del Govern: las praderas de posidonia oceánica de Balears siguen degradándose

Imagen de una de las inspecciones llevadas a cabo para analizar el estado de la pradera de posidonia en el fondo de la Bahía de Talamanca.

Esther Cabezas

Eivissa —

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Según la Memoria 2023 de la Red de Monitorización de la Posidonia del Govern balear, el 25% de la gran pradera sigue sufriendo las mismas afecciones que en estudios anteriores a causa de los impactos negativos del tráfico marítimo, el fondeo ilegal, la saturación turística o el abocamiento directo al mar de desaladoras y depuradoras. El estudio concluye que su estado es “deficiente o malo”. Sin embargo, la Conselleria de Medi Natural prefiere darles la vuelta a los datos y resaltar la buena salud del 75% restante. En estas áreas con aguas más profundas, la Posidonia oceánica no sufre el impacto humano, lo que no minimiza la situación de esta planta marina en el archipiélago.

Las praderas de posidonia del Mar balear no se están recuperando, a pesar de las halagüeñas noticias difundidas por el Govern balear. Lo que en un primer momento parecía un rayo de luz en mitad del desastre ecoturístico, enseguida se desvaneció. No, los datos no han cambiado ni mejorado sino se ha difundido la información desde otro punto de vista. La realidad es que la salud del organismo más longevo del planeta no ha sido mejor en 2023 en Baleares, ni mucho menos en las Pitiüses, donde la presión turística agudiza el problema

Y es que, según el informe aportado por la Conselleria a elDiario.es, los resultados obtenidos por la Red de Monitorización de la Posidonia (un proyecto de la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural que se realiza a través del Servicio de Protección de Especies y Tragsatec) “muestran, en general, la mejora del estado de las praderas en las Illes Balears”. “La Red tiene como objetivo determinar el estado de conservación de las praderas de esta planta en el archipiélago balear”, señala el estudio. “Esta información –asegura la Memoria– es muy relevante para gestionarlas correctamente [las praderas] y para evaluar la efectividad de las medidas implementadas para su protección”.

Desgaste y desaparición de las praderas

La situación en la salud de la pradera no ha variado mucho y mucho menos ha mejorado. Los anteriores equipos en la Conselleria encargada de la salud de la posidonia (Medi Ambient, en la pasada legislatura, y ahora competencia de Medi Natural) ponían el foco en los daños que las actividades turísticas y las infraestructuras provocan desde hace décadas sobre las praderas de posidonia, muchas de ellas dentro de zonas protegidas como es el caso del Parque Natural de ses Salines en Eivissa. Estos reflejan el desgaste y, en muchos casos, la desaparición de grandes extensiones de estas áreas de alto interés ecológico en las zonas en las que las praderas están más deterioradas, es decir, el 25% mencionado en toda Balears.

Un dato muy importante y que merece ser resaltado por encima del restante 75%, ya que el daño y la desaparición de estas praderas submarinas supone un grave riesgo para los mares y el planeta en general. La posidonia es la responsable de la claridad de las aguas, de la fijación de la arena de las playas, de la atenuación del oleaje y de la biodiversidad misma del Mar balear, ya que es refugio para una gran variedad de especies submarinas. Además, a nivel global, la gran pradera de esta fanerógama en Balears (la más grande del planeta, con ocho kilómetros de extensión, y el ser vivo más longevo de la Tierra, con 100.000 años), es una herramienta de conservación a nivel planetario por su valor para frenar el cambio climático dada su gran capacidad para absorber CO2.

La Posidonia es la responsable de la claridad de las aguas, de la fijación de la arena de las playas, de la atenuación del oleaje y de la biodiversidad misma del Mar balear, ya que es refugio para una gran variedad de especies submarinas. Además, a nivel global, la gran pradera de esta fanerógama en Balears es una herramienta de conservación a nivel planetario por su valor para frenar el cambio climático dada su gran capacidad para absorber CO2

“Lo único que ha cambiado es que se han fijado en otras praderas sanas”

Desde 2022, la Conselleria cuenta con la colaboración del Grupo de Ornitología Balear y Defensa de la Naturaleza (GEN-GOB) de Eivissa para la monitorización de praderas en lugares de elevada presión náutica de la isla. Desde entonces, hay 18 nuevos puntos de estudio establecidos en zonas de elevada presión de tráfico y anclaje de embarcaciones y, por lo tanto, “se corresponden con praderas más deterioradas”, aseguran fuentes de Medio Natural al ser preguntados por el asunto. La misma Conselleria asegura que en estos estudios las proporciones de posidonia muerta encontradas en 2023 son superiores al 25% en la mitad de los puntos, aunque especifica que, “de momento, la serie temporal disponible es demasiado corta para establecer conclusiones”. 

La lectura del GEN GOB es muy distinta. “Nuestras estaciones, integradas en la Xarxa de Posidonia del Govern, sufren impactos antrópicos. En cuanto a las otras estaciones, suelen estar en zonas donde no hay impactos antrópicos, por lo tanto, los datos son coherentes. Sin embargo, en las zonas de bahías someras y encalmadas las praderas están retrocediendo. Nuestras estaciones indican esto”, explica Sobrado en conversación con este medio. “Hay que fijarse en los sitios que uno estudia. En nuestro caso, la situación no es buena por ejemplo en Talamanca. Esto no quiere decir que la situación haya mejorado, simplemente que se fijan en otras zonas que realmente no están afectadas”, puntualiza Sobrado, responsable del equipo que monitoriza las zonas de Talamanca o Cala Vadella en Eivissa, muy deterioradas y cuya situación no mejora.

En el mes de abril de este año los buzos bajaban de nuevo a comprobar cuál era el estado de las praderas de estas zonas. Según una primera estimación de los datos obtenidos, la situación no ha mejorado respecto a los años anteriores. “El informe verá la luz a finales de año”, asegura Sobrado a elDiario.es.

Otros estudios confirman las malas previsiones

Por otro lado, en los proyectos de monitorización llevados a cabo por el GEN GOB se pone de manifiesto el daño de las anclas de grandes yates que ocasionan enormes calvas en las praderas, así como de la actividad ilegal de los charter y afluencia de barcos de recreo que se amarran a estructuras de hormigón ilegales, llamadas muertos, al estar saturadas todos los puertos y que afectan muy negativamente dado su dimensión y su peso.

Asimismo, la organización conservacionista Ibiza Preservation elabora cada año un Informe de Sostenibilidad en el que se estudia la situación de las praderas de fanerógamas, también en colaboración con el GEN GOB y que se realiza desde 2019 en las zonas más afectadas en la costa ibicenca. “Sigue habiendo puntos en los cuales la pradera está muerta y no muestra señales de recuperarse. En Cala Vadella esta situación se da en el 55% de la extensión de la planta marina. En cuanto a la zona de Talamanca, fatalmente afectada por las afecciones náuticas, al igual que Cala Vedella, y por los abocamientos de residuales, principalmente, la extensión afectada sería de un 50%”, asegura el último Informe de Sostenibilidad publicado.

Sigue habiendo puntos en los cuales la pradera está muerta y no muestra señales de recuperarse. En Cala Vadella esta situación se da en el 55% de la extensión de la planta marina. En cuanto a la zona de Talamanca, fatalmente afectada por las afecciones náuticas, al igual que Cala Vadella, y por los abocamientos de residuales, principalmente, la extensión afectada sería de un 50%

Informe de Sostenibilidad elaborado por Ibiza Preservation en colaboración con el GOB

“Los resultados de 2023 indican que tanto Talamanca como Cala Vedella se encuentran en una situación ambiental delicada debido a la multitud de usos y presiones que se ciernen sobre ella. En su parte sumergida, uno de los mayores agentes de degradación es el fondeo de embarcaciones junto con la pérdida de calidad de las aguas durante la temporada estival”, añade el documento. 

Precisamente en Cala Vedella, concretamente en la estación situada a 14 metros de profundidad, el GEN-GOB ha identificado que aproximadamente el 40% de la pradera está degradada. “Este dato sigue la tendencia de los resultados obtenidos en los años anteriores y confirma que la capacidad de regeneración natural de la pradera no es suficiente para compensar las pérdidas por presiones antrópicas”, argumenta Sobrado. 

En el este caso de Talamanca, el Ajuntament de Vila ha puesto en funcionamiento este año un dispositivo de control de fondeos ilegales en la zona, que además vierten sus sentinas al mar. Según algunos usuarios y vecinos consultados por elDiario.es “ya se nota en la calidad de las zonas de baño”. Habrá que esperar a los resultados de los análisis de los datos de este año para determinar si esta recuperación afecta también al bosque sumergido y, por lo tanto, a la recuperación de la diversidad de la zona. 

Otras medidas para monitorizar el estado de la Posidonia

Además, de la Red de Monitorización de la Posidonia, la Conselleria de Medi Natural, junto con el Instituto Balear de la Naturaleza (Ibanat), coordina el Servicio de Vigilancia de la Posidonia para informar sobre el fondeo sobre posidonia oceánica. Este dispositivo cuenta con seis embarcaciones en Mallorca que trabajan toda la temporada turística, desde principio de junio hasta finales de septiembre. En 2023 se realizaron más de 39.000 comprobaciones. Un 9% de ellas estaban mal fondeadas, es decir, por algún motivo estaban afectando a la Posidonia negativamente. 

La Red, que se nutre también de los datos aportados por Observadores del Mar (buceadores recreativos que colaboran en estas labores), ha recogido evidencias en 71 puntos diferentes de Balears entre 2002 y 2023. Según la Conselleria, “predominan las situaciones de estabilidad o aumento de la cantidad de posidonia y solo disminuye en aproximadamente el 10% de los puntos de estudio. En concreto, se consideró que el 21% de los puntos de estudio se encontraba en un estado de conservación desfavorable y el 79%, en un estado de conservación favorable”. Cada año participan aproximadamente, según Medi Natural, diez entidades colaboradoras, 20 centros de inmersión voluntarios y hasta 100 buceadores voluntarios.

La Conselleria aseguraba en primavera que los Observadores del Mar también apoyarán este año los estudios científicos en Eivissa y Formentera “durante toda la temporada de buceo, hasta finales de octubre”. En Menorca, es el personal técnico el que hace las inmersiones en colaboración con el Observatorio Socioambiental de Menorca.

El Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero, incluye la posidonia oceánica dentro de la lista de especies silvestres en régimen de protección especial. Esta protección legal tiene por objeto garantizar una situación de conservación favorable y supone que se debe realizar una evaluación periódica de su estado de conservación. El profesor Carlos Duarte ha destacado en el El Periódico de España el excepcional papel que juegan estas praderas submarinas en la captura de CO2 de la atmósfera, hasta tal punto de que este científico califica a dicha planta como “campeonas del secuestro de carbono de nuestra biosfera”. “Una hectárea de las praderas de posidonia en el Mediterráneo secuestra tanto carbono como 15 hectáreas de bosque amazónico”, sentencia.

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