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PP, Ciudadanos y Vox celebran un año de “lealtad” mutua en Andalucía frente a las “tensiones” de los pactos de Madrid y Murcia

Juan Manuel Moreno, presidente andaluz, durante su intervención en el debate extraordinario en el Parlamento.

Daniel Cela

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Entre el discurso del presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, el de su socio de Gobierno -Ciudadanos- y el de su socio de legislatura -Vox- hay diferencias notables, hay prioridades políticas distintas y, en algunos casos, hay contradicciones evidentes. “Estamos desconcertados con su intervención. Ustedes verán”, dejó dicho el portavoz del grupo de extrema derecha, Alejandro Hernández, tras escuchar el alegato de Moreno a favor de las políticas contra el cambio climático y la lucha contra la violencia de género. Dos asuntos que enfrentan a PP con Vox, y que han destacado en el discurso del presidente andaluz ante el Parlamento, que este martes ha rendido cuentas a petición propia al cumplirse un año de su mandato.

Se trata de fricciones ruidosas, pero son las menos. Y están “encapsuladas”. Por encima de sus discrepancias, PP, Ciudadanos y Vox ponen el énfasis en lo que les unes. Y les une un compromiso de preservar su unidad frente al PSOE, que ha gobernado durante 37 años en Andalucía. A diferencia de lo que ocurre en Madrid o en Murcia, la alianza de las tres derechas andaluzas -la que sirvió de molde para otros territorios- está agarrada en San Telmo con cemento. Los discursos de Moreno, del portavoz de Cs, Sergio Romero, y de su homólogo de Vox vuelven a dibujar una legislatura larga, sin altibajos, porque por encima de todo prima la estabilidad. Los tres han destacado la misma idea: “lealtad, consenso, estabilidad”.

“Aquí hemos tenido la habilidad de sustraernos a los debates improductivos, y eso no ha ocurrido en otros territorios. Lo más fácil hubiera sido que hubieran surgido tensiones que llevaran a la quiebra los acuerdos. No pongamos en riesgo algo tan difícil en la España de 2020 como el consenso político en términos positivos”, ha advertido Hernández, un gesto que ha agradecido con entusiasmo el presidente andaluz. El diputado de Vox ha usado un tono moderado, lejos de la tensión que ha esgrimido las últimas semana con la polémica del veto parental o sus gruesas acusaciones contra los profesionales de Canal Sur.

Educación e Igualdad, bajo el foco

Hernández ha subido a la tribuna con una copia del acuerdo de investidura, copias de los acuerdos presupuestarios de 2019 y 2020 -firmados por las tres fuerzas- y una copia de la Constitución. “Para Vox sería inasumible un Gobierno que traicione los acuerdos”, ha dicho, apelando al punto 19 del último documento, relativo al veto de las familias sobre ciertos contenidos educativos (el llamado pin parental). El portavoz del grupo de extrema derecha ha repasado su relación con cada consejería de la Junta, satisfactoria con todas las políticas, excepto con dos: Educación e Igualdad.

Vox quiere un “cambio cultural”, un término que Hernández ha copiado a Moreno para referirse a su diccionario político: el que niega la violencia de género y rechaza las políticas de género; el que niega el cambio climático -“tentaciones verdes, teorías marchitas”; el que pide derogar la Ley andaluza de Memoria Histórica (aprobada sin votos en contra en la pasada legislatura) para impulsar una nueva legislación de conciliación, que registrarán en breve a través de una proposición no de ley.

Contra Canal Sur

En el vértice de todas las discrepancias, Hernández se ha reservado el último turno para dedicárselo en exclusiva a Canal Sur y sus profesionales, al que ha convertido en “símbolo de todo lo malo que hizo el Gobierno del PSOE durante 37 años”. Vox lleva en su programa el desmantelamiento de la RTVA. En las últimas semanas, su portavoz ha dedicado severas denuncias a sus periodistas y directivos, acusándoles de “falta de neutralidad y objetividad”. El comité de redacción, la dirección y varias asociaciones de periodistas en Sevilla han reprochado a Vox su política de amedrentar a la plantilla de Canal Sur. Pero Hernández mantiene el pulso porque se siente legitimado por sus votantes: “Nos lo dicen en todas las provincias”, dice. “No se puede pedir el apoyo de Vox si se mantiene este maltrato mediático en la cadena pública”, subraya.

La réplica de Moreno a Vox ha llegado envuelta de su consabido pragmatismo. El presidente andaluz se ha quedado con lo bueno y esquivado los roces. “Nos unen las políticas de empleo, contra la corrupción, la reforma fiscal, la racionalización de la Administración, donde le reconozco que nos han presionado mucho, el control del gasto, la sanidad, la caza, la tauromaquia. Hemos avanzado”, dice Moreno, apelando a la “mesura, la sensatez, el equilibrio y el sentido común”. “Hay que huir de los tensionamientos de la vida pública”, ha recalcado el presidente, reconociendo a Vox el mérito de “no haber sufrido un castigo político” por el apoyo a su Gobierno. “Al contrario. Los andaluces les reconocen que ustedes han sido útiles”, dice.

Rodríguez y el salario mínimo

El duelo entre Moreno y los grupos de izquierda que conforman la oposición ha sido menos suave, aunque el debate nunca se ha descarrilado. El presidente andaluz ha replicado a Teresa Rodríguez, de Adelante Andalucía, y a Susana Díaz, del PSOE, con el mismo relato: haciéndolas corresponsables de las primeras medidas económicas que ha puesto en marcha el Gobierno de Pedro Sánchez en coalición con Unidas Podemos. Rodríguez, que nunca apoyó ese pacto, ha defendido enérgicamente la subida del salario mínimo interprofesional, y ha afeado al consejero de Economía, Rogelio Velasco, que critique su aplicación en Andalucía. “Aquí es donde más se necesita. ¿Que en Andalucía no podemos subir el salario 50 euros de mierda? El consejero cobra 6.000 euros al mes y además tiene una ayuda de alquiler. Tengan un poco de vergüenza”, le ha espetado a Moreno.

La líder de Podemos Andalucía y portavoz de Adelante ha denunciado la pobreza endémica, el deterioro de los servicios públicos -en especial la sanidad-, el “acoso” a los menores extranjeros no acompañados, la “privatización de la educación y la sanidad”. “Ya ni siquiera lo ocultan”, dice. Rodríguez ha reivindicado la renta mínima de inserción, una política contra el “turismo salvaje que está echando a la gente de sus casas”, y ha afeado a Moreno que pida un pacto contra la violencia de género mientras gobierna de la mano con Vox, “que es un partido negacionista”. “No puede estar con dios y con el diablo”, avisa.

Manosear el 28F

Pasadas las ocho de la tarde llegó el turno de la líder de la oposición: Susana Díaz. La socialista acusa al Gobierno de Moreno de haber culminado “un año en blanco”, “sin proyecto” y dilapidando el primer mito de la derecha: “que la derecha gobierna mejor la economía”. “Ningún servicio público está mejor en Andalucía desde que usted gobierna. Han gobernado de espaldas a la gente”, ha dicho la socialista, poniendo el énfasis en “el caos sanitario”, “las unidades cerradas”, “los problemas en Oncología, en las unidades de embarazadas de alto riesgo, en la dejadez de la Atención Primaria”.

Díaz también ha denunciado “el desmantelamiento de la educación pública”, acusando al consejero Javier Imbroda de haber dado marcha atrás en su plan de unificar los centros de Primaria y Secundaria en Granada, “cerrando 51 centros de la ESO”. “Granada se plantó y han parado, pero no han desestimado lo que quieren hacer”, ha recalcado. La socialista sostiene que “tiene un plan para desmantelar los servicios públicos y para privatizar la educación y la sanidad”. “Y eso lo hace porque quiere hacerlo, nadie le obliga”, avisa, tras subrayar que “todo el mundo sabe que cuando Abascal estornuda, su gobierno se resfría”.

Especialmente intenso fueron los tirones sobre el 28F y la defensa del autogobierno, a las puertas del 40 aniversario del Estatuto andaluz. Díaz pidió a Moreno que le explique su “andalucismo del siglo XXI que usted defiende, mientras gobierna de la mano de quienes quieren desmantelar el Estado de las autonomías”. “No convierta en enfrentamiento lo que hace tantos años, en condiciones más difíciles, nos unió como pueblo. No manosee el 28F”, dijo. Tras muchas horas de debate, la intervención de Díaz desató una bronca entre la bancada socialista y la popular. Moreno pidió “mesura” a ambos lados del hemiciclo. El presidente andaluz replicó a la líder de la oposición con dureza, afeándole que los socios del Gobierno de Sánchez sean los independentistas catalanes y Bildu. “Usted no me puede hablar de acuerdos, con esos socios de Gobierno. Es usted muy osada”, sentenció.

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