Un sol en la Tierra: la revolución contra el cambio climático se fragua en Sevilla
60 científicos de todo el mundo y una misión: construir un sol de la Tierra. Del tamaño, eso sí, de una pelota de 10 centímetro de diámetro. Y al frente de todo esto hay un andaluz, el científico Manuel García Muñoz, que dirige el grupo de Ciencia del Plasma y Tecnología de Fusión de la Universidad de Sevilla.
El centro universitario ha reunido desde miércoles a más de 60 científicos de todo el mundo en Sevilla, para ultimar la construcción de un reactor de fusión nuclear que podría ser el “Santo Grial” contra el cambio climático, al generar energía limpia. García Muñoz se muestra optimista. En cuestión de pocos años, podríamos tener pequeños soles generando una energía inagotable y limpia.
Se han celebrado en Sevilla unas jornadas para culminar el reactor Tokamak JT-60SA, que se está construyendo ahora mismo en Japón. ¿Por qué es tan especial?
Es un reactor que se está construyendo entre Europa y Japón, dentro del proyecto ITER (Reactor Experimental Termonuclear Internacional), que debe demostrar la viabilidad científica de la fusión nuclear como generación de energía.
¿En qué consiste?
Consiste en fusionar átomos ligeros, como isótopos de hidrógeno, que salen del agua y liberan una energía enorme. Es una energía limpia y virtualmente inagotable. Es el santo grial de la fuente de energía y es sostenible. Con la energía que podemos producir con un vasito de agua, conseguiríamos toda la energía que una familia de cuatro miembros pueden necesitar para toda la vida. Es como el sol: todos los días amanece y ahí está el sol generando energía. Otra cosa es tener que llevarlo a cabo en la Tierra, donde tenemos que conseguir temperaturas de más de 100 millones de grados. Ese es el reto.
La energía nuclear que se produce ahora procede de la fisión y no de la fusión, ¿cierto?
Sí. En fisión, esa energía se genera al dividir átomos muy pesados, como el plutonio. Es una fuente de energía radioactiva, que produce desechos radioactivos que generan grandes problemas a la humanidad. En el caso de la energía nuclear, intentamos fusionar átomos de hidrógeno.
Todo esto suena a ciencia ficción…
Sí, suena a ciencia ficción. Si ves la cantidad de energía que podemos producir con un vasito de agua es el santo grial. Estamos muy cerca de conseguirlo. El reactor entrará en funcionamiento en 2025 y varios años después podría demostrar la viabilidad científica y tecnológica de la fusión nuclear en la Tierra.
¿Están ustedes emocionados ante un proyecto de este alcance?
Probablemente sea, con la cura del cáncer, una de las revoluciones más importantes de los últimos siglos. Puede cambiar nuestra vida diaria. No necesitaríamos gasolina ni combustibles de efecto invernadero. Sería una fuente de energía inagotable. Y limpia: de agua vamos a agua.
¿Puede ser también el santo grial de la lucha contra el cambio climático?
Viene de la quema de combustible fósiles para conseguir energía. Una vez que lo consigamos, no tendremos que quemar energías fósiles. El agua no produce nada nocivo.
¿El reto serían las altas temperaturas?
El reto es poder mantener ese reactor a una temperatura tan alta. Que el interior del reactor ascienda a más de cien millones de grados sin que el propio reactor se desintegre. La energía saldría de la propia fusión nuclear, que es lo que mantiene el sol incandescente.
¿Serían como pequeños soles en la Tierra?
Correcto: serían como pequeños soles en la Tierra de diez metros de diámetro. Y para eso hay que invertir tiempo de investigación.
¿Su grupo de investigación es líder en este tipo de estudios?
Nuestro grupo, Ciencia del Plasma y Tecnología de Fusión de la Universidad de Sevilla es un referente y lidera varios proyectos de investigación internacional con más de 60 investigadores de diferentes instituciones europeas. Hay muchos investigadores trabajando y somos unos de los responsables de los proyectos más grandes.
Llama la atención el título de su libro: ‘Fusión nuclear, replicar la energía de las estrellas’. ¿Por qué ese título?
Estamos intentando crear soles en la Tierra y el título era muy apropiado.