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El conflicto de nunca acabar: España y Gibraltar vuelven a chocar en la pugna por las aguas que rodean al Peñón

Señales de trafico que indican la llegada a la pista del Aeropuerto Internacional de Gibraltar.

elDiarioand

3 de septiembre de 2023 21:52 h

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El verano ha vuelto a disparar la tensión diplomática con Gibraltar, que reaparece cíclicamente sobre todo a cuenta del uso que el Peñón hace de sus aguas adyacentes, que reclama como propias pero que España no reconoce y reivindica su soberanía. La escalada, con incidentes de hostigamiento a pesqueros españoles por las fuerzas de seguridad de la colonia británica, ha propiciado incluso que el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación en funciones, José Manuel Albares, haya trasladado a Reino Unido su “enérgica protesta” por lo que el Gobierno considera “injustificable” presencia de buques británicos en aguas españolas en torno a Gibraltar y los tres “graves incidentes” ocurridos desde el mes de julio.

Exteriores ha remitido esta semana una nota verbal a la Embajada de Reino Unido en Madrid, según adelantó El País y confirmaron fuentes diplomáticas a Europa Press, para trasladar la protesta del Gobierno español por estos sucesos que se han producido en aguas de soberanía española. En concreto, Exteriores ha citado tres incidentes concretos. El primero de ellos, ocurrido el 1 de julio, está relacionado con el vertido de combustible realizado por un metanero mientras repostaba de otro buque mediante el llamado bunkering.

El segundo se produjo el 14 de agosto, cuando una embarcación del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) vio entorpecida su labor por tres embarcaciones británicas cuando perseguía a un buque auxiliar de Gibraltar que interceptó en aguas españolas. Y el tercero y último hasta la fecha tuvo lugar el 21 de agosto, cuando un pesquero español fue hostigado también en aguas próximas a Gibraltar de soberanía española. Precisamente por este suceso el alcalde de Gibraltar y senador del PP, José Ignacio Landaluce, y la Junta de Andalucía habían pedido a Exteriores que tomara cartas en el asunto. Una vez dado el paso, el reproche ha sido que las protestas oficiales han llegado tarde.

El Tratado de Utrecht de 1713

En su protesta, el Ejecutivo central ha vuelto a ratificar la posición española respecto a las aguas adyacentes al Peñón, reafirmando que son españolas porque sólo se reconoce lo estipulado por el Tratado de Utrecht de 1713 por el que España cedió Gibraltar a Reino Unido, y deja claro que no tolerará una política de hechos consumados sobre esta cuestión.

Esta visión choca frontalmente con la que mantiene Gibraltar y que ha vuelto a repetir su ministro principal, Fabian Picardo: las aguas que rodean al Peñón son “exclusivamente británicas”, y considera que cualquier otro punto de vista es “erróneo desde el punto de vista legal”. De esta manera arremetía contra el alcalde algecireño, al que le reprochaba que “si cree de verdad que las aguas que rodean Gibraltar son algo más que enteramente británicas, o es incapaz de entender la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar o, simplemente, se niega a respetarla”.

Así, le ha recordado “las declaraciones de Inocencio Arias en 2013”, en las que, según el Gobierno del Peñón, su territorio había sido cedido por España a través del Tratado de Utrecht y que la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar estipula que “ningún territorio puede tener una ”costa seca“, lo que significa que la soberanía no puede terminar en la línea de costa y debe extenderse a las aguas circundantes”.

La Royal Police e incluso la Armada

En este contexto, el regidor algecireño niega (como asegura Gibraltar) que los barcos españoles están “agrediendo” a los suyos, y es que para Landaluce “es Gibraltar quien está agrediendo, a veces con la Royal Police, otras veces con la propia Armada”. “La realidad es que están agrediendo a las embarcaciones de Vigilancia Aduanera cuando están cumpliendo con la lucha contra los ilícitos y están agrediendo a pescadores españoles que lo único que buscan es el sustento”, añadía esta semana.

A todo esto, los pescadores españoles lamentan que los problemas son recurrentes y exigen una solución definitiva. En este sentido se ha expresado por ejemplo gerente de la Organización de Productores Pesqueros Artesanales Conil/La Atunara (OPP72), Nicolás Fernández, ha para quien el conflicto entre Gibraltar y los barcos gaditanos que faenan en aguas del Estrecho es un tema que “debía estar resuelto hace muchos años”. Desde sector se ha pedido a los Gobiernos de España y del Peñón que se sienten a establecer los límites de las aguas en las que pueden faenar los barcos nacionales, ante los repetidos incidentes que se están produciendo en esa zona.

“Nosotros no vamos a dejar de pelear, vamos a seguir poniendo de manifiesto que es un abuso de las autoridades de Gibraltar”, asegura Fernández, advirtiendo que “o se sientan y toman cartas en el asunto, o tendrán que poner fuerzas de seguridad y al ejército para que los pescadores puedan pescar”.

El relato de un pescador

De ponerle voz a lo que ocurre en estas aguas se ha encargado Jonathan Sánchez, pescador del barco Mi Daniela, que reclamaba estos días el apoyo del Gobierno de España ante “el acoso diario” que ha asegurado está sufriendo por parte de las autoridades de Gibraltar cada vez que sale a faenar en aguas del Estrecho, esperando que esta situación se solucione “rápido”. En declaraciones a Europa Press, Sánchez ha asegurado que las aguas que rodean al Peñón son “españolas” y que desde Gibraltar “quieren apoderarse de tres millas” de aguas para hacer allí cosas “a su antojo”.

Este pescador de La Línea de la Concepción ha relatado “el acoso” que ha sufrido durante días pasados por las autoridades gibraltareñas, que incluso llegaron a abordar su embarcación “con la excusa” de que tiene una denuncia abierta por presuntamente embestir a una embarcación de pesca recreativa de Gibraltar, algo que Sánchez ha negado rotundamente. “Me abordaron y me obligaron a que me identificara. Yo me negaba, pero llegó otra embarcación de Aduanas y me obligaron a que si no les daba la documentación, me llevaban arrestado y me quitaban el barco. Accedí a dárselo y a raíz de eso me han puesto una denuncia por nueve delitos. Ahora me llegará una carta a mi casa para que yo me presente allí en las Cortes de Gibraltar”, ha contado.

Sobre esto, ha solicitado que el Gobierno “mande a alguien” para que le defienda si finalmente tiene que acudir al Peñón a declarar. “Yo no he cometido ningún delito y ellos me acusan de eso”, ha lamentado. Sánchez ha manifestado que estas situaciones se llevan produciendo “muchos años” y que “antes” en la zona del conflicto faenaban “muchos pescadores”, más de 100 familias que ahora han optado por acudir a otras aguas o dedicarse a la concha para “no soportar la presión” ni “sufrir el acoso” que está experimentando este pescador.

Y al fondo, el tratado del Brexit

Pese a estos rifirrafes, Gibraltar confía en que estos hechos no afecten a la negociación en curso entre Reino Unido y la UE para el acuerdo que regirá la relación con este enclave tras el Brexit, y hace un llamamiento a que “deben evitarse los incidentes innecesarios” en sus aguas circundantes, ya que suponen un riesgo para las tripulaciones de las embarcaciones implicadas“. El Gobierno gibraltareño asegura que mantiene su compromiso con ”alcanzar un resultado satisfactorio para todas las partes“ en la negociación en curso sobre el tratado que regulará la relación entre el Peñón y la UE ahora que Reino Unido ha abandonado el bloque. ”La reciente serie de incidentes no debería tener ningún efecto sobre aquellas positivas negociaciones que están a la espera del resultado de la investidura de un nuevo Gobierno en España“, subraya.

El adelanto electoral en España provocó la momentánea paralización de las negociaciones entre Londres y Bruselas que se prolongan ya desde hace más de dos años. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha defendido en los últimos meses que la pelota está en el tejado de Londres después de que desde España y la UE se hiciera llegar una propuesta que considera la mejor opción para instaurar la zona de prosperidad compartida que anhelan Madrid y Londres.

Mientras tanto, la tirantez diplomática por los incidentes en el mar se ha trasladado a renglón seguido a la Verja, y es que el Gobierno gibraltareño ha cargado contra el nuevo régimen de control de pasaportes que asegura ha empezado a aplicar a España, amenazando con represalias. A su juicio, se está procediendo a escanear “un número significativo de pasaportes, incluidos los de los titulares de la tarjeta roja de residente en Gibraltar e incluso de algunos ciudadanos españoles”, lo que durante unos días “ha provocado largas colas y considerables molestias a miles de personas”. Por eso, amaga con actuar “de forma recíproca y gradual” si se mantiene esta situación.

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