Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Todos los caídos de la Columna Minera en 1936 ya tienen nombre: los cuatro desconocidos de Camas ya están identificados

Los mineros detenidos llegan al juicio celebrado en Sevilla en el que se les condenaría a muerte.

Antonio Morente

28 de agosto de 2021 20:57 h

8

Policarpo Rodríguez Requejo, Bernardino Díaz Vázquez, Ricardo Caballero Calleja y Felipe Jara Maya. Estos son los nombres de las cuatro personas que, sin identificar, fueron enterradas en el municipio sevillano de Camas después de encontrar la muerte en una emboscada en La Pañoleta el 19 de julio de 1936. Eran integrantes de la Columna Minera que se puso en marcha en la cuenca de Huelva nada más conocerse el golpe de Estado de Francisco Franco, muertos a las puertas de una Sevilla que querían liberar de las manos del también general golpista Gonzalo Queipo de Llano. En el mausoleo del cementerio camero todavía figuran estos cuatro mineros como desconocidos, algo que el Ayuntamiento de la localidad ya va a corregir para darles así su último homenaje.

Lo curioso de esta historia es que la identificación se produjo hace ya un par de años, pero hasta ahora no se habían dado los pasos para restituir su memoria. Los nombres los recuperaron dos investigadores, el riotinteño Alfredo Moreno Bolaños y el campillero Gilberto Hernández Vallecillo, que en el verano de 2019 publicaron el artículo Nueve mineros en La Pañoleta, Camas (Sevilla). 19-07-1936, un adelanto del trabajo que entonces estaban realizando sobre el impacto en la cuenca minera onubense del golpe de Estado y la Guerra Civil. Pero desde entonces, nada de nada.

Sea como sea, lo cierto es que no ha sido hasta ahora que el Grupo de Camas de la Asociación Memoria, Libertad y Cultura Democrática ha podido dar el paso de transmitir esta información de manera formal al Consistorio camero, con la petición de reconocer su memoria. Y, tal y como confirma el alcalde, Rafael Recio (PSOE), así se hará, poniendo sus nombres en el mausoleo en el que descansan sus restos y en cuya placa todavía figura cuatro veces la palabra 'Desconocido'.

“Todos tienen nombre”

La investigación de Alfredo Moreno y Gilberto Hernández ha permitido que se sepa quiénes fueron los caídos de aquella Columna Minera. “Todos tienen nombre”, señalan, al tiempo que aportan la cifra total de 78 asesinados entre los integrantes de aquella expedición que se puso en marcha con dinamita (para hacer volar la Giralda, diría Queipo de Llano) y que fue traicionada por los guardias civiles que les acompañaban, en teoría leales a la II República. 

El escenario de esta traición el 19 de julio de 1936, pocas horas después del golpe de Estado, fue la zona de Camas conocida como La Pañoleta, final y principio de la Cuesta del Caracol, a pocos tiros de piedra de Triana. Los guardias civiles se adelantaron a la Columna Minera y allí ametrallaron a los que no pudieron darse la vuelta a tiempo. Murieron nueve, entre ellos los cuatro protagonistas hasta ahora sin nombre de esta historia, mientras que otros dos quedaron malheridos y fallecieron a pocos kilómetros, en término de Sanlúcar la Mayor. Se hicieron 68 prisioneros, de los que 67 fueron fusilados el 31 de agosto, salvándose solo el Niño Méndez, al que condenaron a 20 años de prisión por el hecho de ser menor, “aunque no lo era”, subrayan los investigadores.

Arrojados a Pico Reja... en teoría

Fue en 2016 cuando se rindió tributo a los nueve mineros caídos en La Pañoleta, trasladando sus restos a un mausoleo en el cementerio de Camas junto a los cuerpos de otros cinco represaliados que, aunque fueron encontrados en la misma zona, no formaban parte de la Columna Minera. Además de estos nueve, a la cifra total de 78 fallecidos se llega sumando los dos enterrados en Sanlúcar la Mayor y los 67 fusilados, en teoría arrojados luego a la fosa común de Pico Reja en el cementerio de Sevilla, en la que hoy se busca su rastro junto al de Blas Infante y cientos de represaliados más

Ahora, la intención del Ayuntamiento de Camas de honrar a los cuatro mineros que figuran todavía sin identificar la valoran estos dos investigadores “muy positivamente”. “Lo venimos comunicando desde 2019, pero es evidente que las investigaciones hay que documentarlas y la nuestra está suficientemente detallada”, apostillan. Entre los hasta ahora desconocidos está Ricardo Caballero, que era chófer en la mina y todo parece indicar que fue requisado junto a los vehículos de la Río Tinto Company Limited, tal y como se desprende de un documento rubricado por Lawrence Carr Hill, miembro del staff británico de la compañía: “Se llevaron tres coches antes de la cena, el nuevo Packard con Ricardo, el Dodge y un Ford y un hombre vino con una orden firmada por el gobernador civil, y se llevó 250 kilos de dinamita que fueron repartidos entre un montón de coches”.

Cinco años de investigación

La identificación que más les ha costado documentar es la de Felipe Jara, “uno de los casos detectados tras analizar la orfandad y beneficencia de la Cuenca Minera, donde aparecen sus cuatro hijos y viuda como beneficiarios”. “Es evidente que Felipe Jara Maya tuvo dos inscripciones en el Registro Civil de Camas, una de las cuatro existentes en tiempo y forma como 'Un hombre desconocido' el 19 de julio de 1936 y otra como 'fuera de plazo' que se realizó el 7 de mayo de 1981”, ya en plena democracia. Del hilo de este minero se tiró gracias a la web En recuerdo de todas las víctimas, que a su vez tomó como fuente a José María García Márquez, autor de la obra Las víctimas de la represión militar en la provincia de Sevilla (1936-1963)

Los resultados de las investigaciones de Alfredo Moreno y Gilberto Hernández se recogen en su trabajo Memoria vindicada 1936-1939, presentado hace unos meses y que se define como Estudio de la memoria histórica en la Cuenca Minera de Río Tinto a la luz de las fuentes documentales. Tras cinco años repasando 20.000 documentos de sumarios y archivos, entre sus conclusiones está la filiación de los 78 mineros que murieron: 12 de San Juan del Puerto, 14 de Valverde del Camino y 52 de la cuenca minera (sobre todo Nerva, pero también Riotinto), entre ellos Antonio Bonilla Demures, alcalde nervense en octubre de 1931, un dato corroborado gracias al investigador local Antonio Vázquez Jiménez.

La zona “más reivindicativa”

¿Y por qué en pocas horas se organizó este movimiento miliciano para defender Sevilla? Los autores apuntan a que la cuenca minera onubense era “la más reivindicativa, con formaciones políticas y sindicales muy de izquierda”, con gran afiliación al PSOE y a los sindicatos CNT, UGT y sobre todo al Sindicato Minero de Río Tinto. Esto, “unido a la existencia de explosivos, determinó quizás la pronta actuación para la formación de la Columna Minera”.

Los 68 prisioneros hechos en La Pañoleta fueron utilizados por Queipo de Llano como un as en la manga. El general golpista “conocía perfectamente que los comités formados para la defensa de la República en los pueblos mineros estaban dotados de armamento, explosivos, bombas y camiones blindados”, así que “se guardó una baza importante y amenazante sobre los milicianos mineros para que desistieran de sus actos en la comarca, que no era otra que la intimidación por tener prisioneros de la Columna Minera”. El temor en la zona era que, ante cualquier acción, tomaran represalias con estos detenidos.

Conquista y fusilamientos

Con las manos atadas así de las fuerzas republicanas, las tropas golpistas toman la comarca minera entre el 25 y el 26 de agosto de 1936, “y empiezan las represalias el mismo día”. Una vez con el control de la zona, los acontecimientos se precipitan en Sevilla con un juicio fulminante cuya sentencia se comunica el 30 de agosto: 67 penas de muerte. 

“Seguidamente se dan instrucciones para formar seis pelotones de ejecución formados por soldados regulares y la presencia de seis camiones a las 5 horas del día 31 de agosto; los lugares de ejecución elegidos fueron: Macarena, Triana, Amate, Ciudad Jardín y La Pañoleta, con dos pelotones”. Así concluyó una historia, la de la Columna Minera, que ahora por fin va a poder escribir su epílogo con un último homenaje (que se traducirá también en un monumento) a los cuatro mineros desconocidos que ya no lo son.

Etiquetas
stats