Recuperación ¿Recuperación?

Va a ser que sí, que estamos saliendo.

Vale, no nos pongamos exquisitos: no todos, pero algunos parece que sí, que están saliendo. O quizás es que nunca llegaron a entrar. Fíjate en Amancio Ortega, en las últimas semanas ha comprado sendos edificios en Barcelona y Valencia por la irrisoria cantidad de 44 y 23 millones, respectivamente (Irrisorias, sí. A mí, pensar en esas cifras me provoca la risa floja). Que digo yo que ¿el negocio de este señor no era la moda? Y que digo yo que ¿no era el ladrillo un veneno para la economía? Si alguien lo entiende que me lo explique, por favor.

En cualquier caso, ¡qué bien! ¡esto ya marcha!

Y eso que éramos muchos (yo el primero, lo reconozco), que no me creía en absoluto los buenos augurios que el Gobierno insiste en trasladarnos cada vez que puede desde las últimas semanas del inefable 2013. Ese que, afortunadamente, como expresé en mi anterior columna, Se Acabó. El año, claro; no el Gobierno (por desgracia).

Así que ya está. En España ya no hay 6 millones de parados. Ni 4 millones de personas sufriendo de pobreza energética. Ni 3 millones viviendo con menos de 307 euros al mes, en eso que Cáritas denomina pobreza severa (el mero hecho de diferenciar entre unos pobres y otros más que pobres dice mucho de esta sociedad miserable; pero repito: no nos pongamos exquisitos).

El Gobierno nos dice que disminuye el número de parados registrados, pronunciando el “registrado” con la boca chica. No vaya a ser que entendamos que lo que está pasando es que la gente ya ni siquiera acude a registrarse en las oficinas del INEM. Total, ¿para qué?

También está pasando de puntillas o le da un puntapié este Gobierno a la EPA. No le interesa destacar que el empleo estable se esté sustituyendo por otro precario. Nos pide que nos contagiemos de su miopía y que veamos la cantidad, no la calidad.

Todo eso, junto con la inexistente lucha contra el fraude fiscal, la abundancia de dinero negro y el reino de la economía sumergida, a mí lo que me dice es que en España se recauda menos. Menos por la vía del Impuesto de Sociedades. Menos por la vía del IRPF. Menos por la vía de las cotizaciones, con 300.000 cotizantes menos al acabar 2013. La única vía de ingresos que sí que ha crecido es la del IVA, pero no por el mayor consumo, sino por el aumento de los tipos.

Entonces, si ingresamos menos... hemos debido de gastar también menos, ¿no? Pues resulta que no, que el déficit público reconocido por la Intervención General del Estado es de un 10% más que en 2012. ¡Y de un 15% más que 2011, último año de la era ZP!

Espera, espera... hay que ver la manía que tienes con verlo todo siempre tan negativo. Espera, que también hay datos positivos, hombre.

¿Acaso no has leído últimamente lo bien que va la prima de riesgo? Sí, igual que en Grecia, ¿y qué?

¿Acaso no estás viendo cómo está subiendo la bolsa en estos primeros días del año? Sí, a niveles de hace una década.

¿Acaso no has oído que las exportaciones están mejor que nunca? Falso. Fueron sólo un par de meses buenos. Somos un país de mano de obra barata, pero teniendo en cuenta lo caro que está el euro frente a otras divisas, incluido el dólar, no somos nada competitivos.

Bueno, al menos, no me negarás que la banca española está mejor después de su “no-rescate”. Sí, es cierto, aumentan sus beneficios (por cierto, sin haber devuelto aún el dinero que se les ha prestado, ni se espera que lo hagan), pero el crédito sigue sin llegar ni a la PYME ni al ciudadano. Entonces, ¿de qué sirve?

Mira, mejor déjalo, porque cuando te pones así no hay quien te soporte. Mejor metemos un poco de ruido en el sistema hablando de, no sé, qué te digo yo, por ejemplo de la la retro-reforma de la Ley del Aborto. Discutimos, polemizamos, nos peleamos y dejamos de hablar de todo lo demás. Mejor así.

P.D.: Ánimo Pedro Zerolo.