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EL TIEMPO EN ANDALUCÍA
De vuelta al dique seco: Andalucía arranca la Navidad sin lluvias a la vista y con temperaturas más cálidas de lo normal

Un camarero recogiendo una terraza tras una 'tardebuena' en Córdoba

Carlos Puentes Luque

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Se acabó lo que se daba. Las generosas lluvias que desde comienzos de diciembre han devuelto la esperanza al campo andaluz se toman un descanso. El arranque del invierno astronómico en la jornada del 21 de diciembre ha marcado el inicio de un nuevo periodo seco en la región. De nuevo, la atmósfera andaluza vuelve al modo anticiclónico. Y lo hará, al menos, hasta los últimos coletazos del 2022.

Las previsiones de los principales modelos meteorológicos apuntan a unas fiestas navideñas secas y más cálidas de lo normal. A pesar de que las altas presiones siguen dominando la vertical de Groenlandia, las borrascas atlánticas van a encontrar durante los últimos días del año un auténtico muro anticiclónico centrado sobre la Península Ibérica. Además, la circulación atmosférica sobre el Atlántico vuelve a la dinámica de descuelgue de áreas de bajas presión hacia latitudes subtropicales, un comportamiento un tanto anómalo que ha caracterizado a la mayor parte del año.

Navidades sin lluvia

2022 va a terminar tal y como ha sido. La estabilidad y unas temperaturas anormalmente altas serán las protagonistas de los próximos días. Tanto el fin de semana de Navidad como los días previos a fin de año, la ausencia de precipitaciones y unas máximas en el entorno de los 20 grados marcarán el paso de las jornadas. Sólo los bancos de niebla y las brumas matinales pondrán una nota invernal en amplias zonas de valles y mesetas. Pero nada más.

Hasta el próximo domingo 25 de diciembre, sólo el extremo más occidental de la región podría registrar algunas precipitaciones de carácter débil. Aquí, la proximidad de una vaguada provocará un notable aumento de la nubosidad de cara a las jornadas del sábado y el domingo. Dicha vaguada sufrirá un proceso de aislamiento en su desplazamiento hasta las inmediaciones de las Islas Canarias, alejando su influencia y limitando la posibilidad de lluvias sólo a la mitad occidental de Huelva durante el día de Navidad. En el resto del territorio andaluz será el sol y la estabilidad las que marquen los días grandes navideños.

Temperaturas hasta 5 grados por encima de los normal

Las altas presiones irán acompañadas además por una masa de aire relativamente cálida en altura. Esto hará que las temperaturas en superficie se sitúen una media de entre 4 a 5 grados por encima de los valores normales para la época del año. Así, las máximas rondarán los 18 a 20 grados en la mayor parte de la región de cara al fin de semana, con mínimas que podrán superar los 10 grados de manera generalizada en la mitad occidental andaluza. Sólo en cotas medias y altas de la mitad oriental el termómetro llegará a bajar hasta el rango de los 5 grados a primeras horas de la mañana, lejos no obstante de lo que debería ser normal para los últimos días del año.

De hecho, en el litoral andaluz se podría hablar de ambiente prácticamente primaveral durante el fin de semana de Navidad. Aquí las máximas podrán alcanzar los 22 o 23 grados en las horas centrales de la jornada, tras haber registrado mínimas que no bajarán de los 14 o 15 grados. Destaca el caso de la capital gaditana, donde la Agencia Estatal de Meteorología tiene prevista una mínima de 17 grados para la mañana de Navidad.

¿Una nueva entrada de polvo sahariano para despedir el año?

Tanto la estabilidad anticiclónica como las altas temperaturas se mantendrán a partir del lunes 26 de diciembre. Desde entonces, el único cambio atmosférico que podría llegar lo haría además en forma de polvo en suspensión. El proceso de aislamiento que sufrirá la vaguada hasta las Islas Canarias podría derivar en una nueva intrusión de polvo sahariano en altura a partir de la jornada del martes. Aunque dicha entrada no sería de especial intensidad y quedaría un tanto limitada al cuadrante suroccidental andaluz, serviría, valga la ironía, como perfecto resumen de un año marcado por la sequía, las altas temperaturas y el polvo en suspensión.

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