En Abierto es un espacio para voces universitarias, políticas, asociativas, ciudadanas, cooperativas... Un espacio para el debate, para la argumentación y para la reflexión. Porque en tiempos de cambios es necesario estar atento y escuchar. Y lo queremos hacer con el “micrófono” en abierto.
Carta de una Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería del Hospital Virgen Macarena
Necesito decir lo vivido, necesito gritar lo que siento. Hemos vivido auténtico pánico por no estar protegidos, pánico a la actitud de los que supuestamente nos protegen, pánico de ver el sufrimiento del paciente COVID-19. ¡Entra dentro de mi profesión!
Esta carta está llena de calma, hablo desde el corazón, no desde la rabia vivida. Cada día me pregunto “¿Hemos aprendido algo? El ciudadano, el profesional y ¿el político? ¿Hemos aprendido?”. La COVID-19 nos dejó al ser humano un mensaje cruel y a la vez justo; él no entiende de poder.
Miro hacia delante y veo que volvemos a lo mismo: la política incapaz de reconocer errores, los grandes jefes de la sanidad -“los todopoderosos del Olimpo”- esos que desde sus casas han tenido desprotegido al personal sanitario ¡Ah no, perdón que es mentira! ¡Ah no, perdón, son errores de información!
El ser humano es incapaz de aprender algo que no le incumbe. Única y exclusivamente aprende si le toca en primera persona. Es lamentable la falta de empatía de muchos ciudadanos y ciudadanas de nuestro país.
Ahora es el turno de los políticos, ese pistoletazo de salida por la carrera de salir a nuestras ansiadas calles. Lamentable el uso de este “bicho con corona, COVID-19” como dicen muchos pequeños más concienciados que ellos, los responsables de velar y cuidar por cada uno de todos nosotros. Lo siento, pero he de recordar a todos y cada uno de los españoles (en especial a la carrera de Madrid por salir) la imagen del Palacio de Hielo ¿Se nos ha olvidado?
Muchos hablan de la necesidad de la activación de la economía, es cierto, pero me pregunto ¿de qué servirá esa economía para un mercado enfermo? Por otro lado, me sigo preguntando: ¿mereció la pena pasar tanto miedo? ¿mereció la pena exponernos tanto? Pues, a esta última pregunta que circula en mi mente desde que tomo mi taza de café cada mañana antes de ir a mi puesto de trabajo TCAE (Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería), me respondo cada día: “Sí, merece la pena, por todos aquellos que estuvieron con todos esos pacientes que vencieron la COVID-19 y los que no, por los rostros de complicidad del paciente (un sólo gesto en sus manos, ”V“ de VICTORIA), por mensajes en papel a través de los cristales agradeciéndoles su labor”.
Todo este gran esfuerzo ha merecido la pena, gracias a todos los profesionales que no son dioses, ni grandes jefes; son verdaderos trabajadores de la sanidad pública. Los verdaderos que han hecho posible atender a todas esas personas ajenas a toda esta historia de políticos de interés y de sin razón.
Con estas palabras no busco nada, no quiero culpables, ni mucho menos protagonismo. Tan sólo quiero dar mi visión de lo vivido en esta pandemia.
Una simple TCAE, como muchas otras que vivimos esta realidad; una simple TCAE que soportó a los “todopoderosos del Olimpo” defendiendo al jefe de la tribu. Me despido con este mensaje: “El Olimpo está lleno de Dioses”, pero no olviden que un día bajarán y la vida pondrá a cada uno donde corresponde. Y quizás entonces recuerden esta reflexión de una simple TCAE.
Paqui, TCAE H.U. Virgen Macarena
Sobre este blog
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