El Festival de Málaga ha ido ganándose un hueco en el corazón de la ciudad andaluza en sus veinte años de vida. Y del cine español. Escaparate de las caras más conocidas de televisión y del cine más comercial, la muestra malagueña ha transitado desde unas primeras ediciones en las que parecía primar la comedia ligera a obras más autorales, que terminaron dando la campanada en otros festivales y en la gran noche del cine español, como Verano 1993 (Carla Simón) o A cambio de nada (Daniel Guzmán), por poner tan sólo un par de ejemplos.
Su última evolución, darle cabida al cine latinoamericano, no parece haberle restado fuerza a la promoción del cine español, sino impulsado la proyección del festival. Mateo Gil, que llega de triunfar en el Festival de Miami, será el encargado de abrir boca este viernes en el Teatro Cervantes con Las leyes de la termodinámica.
Conocido por películas como Nadie conoce a nadie, donde atizaba sin contemplaciones la Semana Santa sevillana, o el western Blackthorn, Gil se aventura en la comedia romántica con un profesor de física empeñado en aplicar la ciencia a las relaciones de pareja. Vito Sanz, Berta Vázquez y Chino Darín encabezan esta comedia disparatada, que se podrá ver en salas de cine a partir del 20 de abril.
Uno de los grandes anuncios de la 21ª edición del festival es la última película de David Trueba, que combina su faceta como director de cine, con la televisión y la literatura. Casi 40 llega cinco años después de Vivir es fácil con los ojos cerrados, la película que lanzó al estrellato a la actriz jiennense Natalia de Molina y le brindó su primer Goya.
De carreras de éxito va también la película protagonizada por Lucía Jiménez (Los dos lados de la cama) y Vito Sanz, que hace doblete en Málaga, y que interpreta a un vendedor de cosméticos que pretende relanzar la carrera musical de su amor de adolescencia.
La animación también se abre paso en una sección oficial con 9 películas españolas y 11 latinoamericanas compitiendo por la codiciada Biznaga de Oro. Memorias de un hombre en pijama (Carlos Fernández de Vigo), está inspirada en la novela gráfica de Paco Roca, quien ya llevó a la gran pantalla otro de sus libros de viñetas, Arrugas, con el que ganó un Goya por mejor guión adaptado. Memorias de un hombre en pijama es una obra autobiográfica de Paco, un cuarentón que cumple su sueño: trabajar en pijama desde casa, mientras dibuja.
Raúl Arevalo se encarga de darle voz a esta película dirigida por Fernández de Vigo, que cuenta con experiencia tanto en el mundo de la animación, como de los videojuegos.
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