Motril estudiará la retirada de la medalla de la ciudad a Rubiales porque una mayoría cree que es “linchamiento político”

El Ayuntamiento de Motril ha aprobado en pleno, sin votos en contra, el inicio de un expediente en la Comisión de Honores y Distinciones de la ciudad para revisar la concesión de su Medalla de Oro a Luis Rubiales, que tuvo que dimitir como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) tras besar sin consentimiento a la jugadora de la Selección Española, Jennifer Hermoso. El Consistorio, gobernado por el Partido Popular en coalición con Más Costa Tropical, podría haber retirado la distinción durante el mismo pleno, pero algunas fuerzas se han opuesto a hacerlo directamente al entender que se está cometiendo un “linchamiento político”.

De este modo, el exmandatario del fútbol español, Luis Rubiales, aún conservará la Medalla de Oro de Motril hasta que se celebre una comisión para decidir si se le retira finalmente o no. La propuesta de retirada se ha debatido en el pleno ordinario de este mes de septiembre a iniciativa de Izquierda Unida (IU) que lo llevaba como una moción en el orden del día. Fuentes consistoriales explican que todas las formaciones estaban de acuerdo en estudiar la retirada, pero no así en hacerlo directamente.

Otra Medalla pendiente: Franco

En concreto, tres formaciones del Ayuntamiento de Motril, Partido Popular, Más Costa Tropical y Andalucía Por Sí han rechazado la propuesta de IU de quitarle directamente la distinción a Rubiales. El PSOE es la única fuerza que ha respaldado a IU. La decisión es la de debatirlo en una comisión que aún no tiene fecha y que, según voces de la izquierda consistorial, es poco probable que llegue a tenerla. Argumentan que en 2020 sucedió un episodio similar con la Medalla de Oro que aún ostenta el dictador Francisco Franco y cuya retirada también está pendiente de un informe que debe llevarse a otra comisión.

Para estas formaciones, la decisión requería de un estudio porque entienden que contra Rubiales se ha cometido un “linchamiento político” y alguno de los concejales ha llegado a poner en valor que el expresidente de la RFEF sí haya dimitido e “Irene Montero no lo haya hecho”. Por otro lado, se han escuchado argumentos de las mismas formaciones elogiando a Rubiales como una “buena persona” a la que la gente de Motril conoce y “sabe cómo es”.

De este modo, el primer punto a votación de la moción, en el que IU pedía que el pleno se posicionara por la retirada, se ha visto modificado, manteniéndose el segundo punto de condena a todo tipo de conductas machistas o de desprecio hacia las mujeres, especialmente entre representantes institucionales. Todo en un contexto en el que Motril ha sido noticia nacional en las últimas semanas a raíz del presunto abuso cometido por Luis Rubiales, vecino hasta ahora ilustre de esta ciudad granadina.

Motril en el foco

Desde que el exmandatario del fútbol español besase sin consentimiento a Jennifer Hermoso, jugadora de la Selección Española, tras la consecución del primer Mundial del balompié femenino de nuestro país, se han sucedido una serie de acontecimientos en los que Motril ha estado en el centro de la actualidad. Sin ir más lejos, en la localidad se iba a celebrar un partido homenaje a Rubiales, que estaba programado semanas antes del escándalo, pero que fue suspendido porque el Ayuntamiento de Motril argumentaba que no podía garantizar la “seguridad” del partido porque se había organizado incluso una concentración feminista previa al encuentro.

Días después, la madre del propio Rubiales se encerró en una iglesia del municipio en huelga de hambre para reclamar “justicia” con su hijo y que Jennifer Hermoso cambiase su versión para proteger al expresidente de la RFEF. Una huelga que duró apenas unos días, pero que volvió a colocar en el foco nacional a la capital de la Costa Tropical de Granada. Paralelamente, la Fiscalía se querelló contra Rubiales por el presunto delito de abuso sexual contra Hermoso y el juez que instruye la causa ha imputado esta misma semana el Ministerio Fiscal al ex seleccionador nacional, Jorge Vilda, y a dos de sus colaboradores: Albert Luque y Rubén Rivera.