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Los voluntarios que reconstruyen un poblado abandonado de Granada rompen con su impulsor: “Desconocemos sus intenciones”

Ibán de María Guardiola y un voluntario durante la restauración

Álvaro López

Granada —

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El sueño de Ibán se ha convertido en una pesadilla. El impulsor de la reconstrucción del pueblo abandonado de Tablate, en la Alpujarra de Granada, ha tenido que desvincularse del proyecto al quedarse solo. Casi todos los voluntarios que le acompañaban -alrededor de medio centenar- han roto relaciones con su asociación Tablate Histórico y han fundado Amigos por Tablate para seguir la rehabilitación de la localidad sin contar con él acusándole de promocionar eventos “falsos”. Mientras, Ibán evita pronunciarse sobre todo lo sucedido.

El motivo de esta ruptura es tan claro como inesperado: Ibán de María Guardiola y este grupo de personas no comparten hoja de ruta desde que el que fuera impulsor de la reconstrucción comenzó a promocionar determinados eventos para darle otro carácter al proyecto. Según denuncian desde Amigos por Tablate, los citados eventos son una “auténtica falacia” al tiempo que dicen desconocer “las intenciones” de Ibán.

Para poner en contexto, hay que recordar que el caso de Tablate es el de uno de tantos pueblos abandonados de España. Llegó a ser el hogar de medio millar de personas y se cree que el origen de su propia existencia está en la defensa de un puente muy próximo a su ubicación que habría servido de entrada a la Alpujarra durante la Edad Media. Tuvo vida durante siglos hasta que la despoblación rural se cebó con el pueblo. Los lugareños, atraídos por unas mejores perspectivas laborales y personales en las ciudades, empezaron a marcharse alrededor de la década de los 60 del pasado siglo y la localidad quedó casi completamente despoblada en los 90.

Porque lo cierto es que Tablate nunca se ha quedado sin vecinos. Algunos tablateños han mantenido sus viviendas para pasar temporadas veraniegas y familias como la del propio Ibán de María Guardiola han continuado ligadas al pueblo. Precisamente así, a través de los lazos que aún persistían, este joven de 36 años decidió impulsar la rehabilitación en 2022 después de pasar tiempo documentándose y hablando primero con su abuelo y luego con su padre sobre dicha posibilidad. No en vano, él es el propietario de la antigua iglesia y del cementerio adherido a ella.

Una ruptura prematura

Como su familia había trabajado en Tablate hasta la casi total despoblación de la localidad, Ibán de María Guardiola convenció a un grupo de personas para iniciar la recuperación del casco urbano empezando por la propia iglesia. Un proyecto que parecía ir miel sobre hojuelas, pero que apenas diez meses después de su comienzo se ha roto. Se ha roto no porque no se pretenda seguir con la reconstrucción, sino porque su impulsor se ha tenido que marchar del mismo al quedarse solo.

La asociación que fundó, Tablate Histórico, ha pasado, como su apellido, a la historia y ha sido sustituida por Amigos por Tablate, una nueva plataforma civil integrada por los voluntarios que alguna vez trabajaron codo con codo con Ibán. Estos le acusan de haber tergiversado el espíritu original del proyecto al no quedar claro qué intenciones reales tiene con él. Básicamente porque Ibán de María Guardiola ha promocionado en las últimas semanas varios eventos que no pueden realizarse en Tablate por una cuestión básica: el pueblo no tiene luz.

Sin embargo, desde Tablate Histórico han anunciado un festival musical y una romería que los voluntarios rechazan por imposibles. “Son falacias y engaños”, apuntan sobre estos planes promocionados por Ibán.

Además, el Ayuntamiento de El Pinar, el municipio al que está adscrito Tablate, le ha abierto un expediente sancionador por hacer obras sin permiso en la iglesia -desacralizada desde los 90-. El alcalde de El Pinar, Francisco Titos (PP), asegura que “desde el principio se le advirtió de que no podía mover nada sin permisos”. Desde el Consistorio apostaron por tramitar la documentación necesaria ante la Consejería de Cultura, pero aún así, comenzó con la restauración sin esperar a la luz verde de la Junta de Andalucía.

Por otro lado, Titos se alinea con los voluntarios a la hora de denunciar la falta de previsión con respecto a los eventos que promocionó Ibán: “Son mentira”. Primero porque al “Ayuntamiento no ha llegado ni una petición de permiso ni allí hay una infraestructura en condiciones para celebrar nada”. En todo caso, a pesar de estos problemas que han acabado con el proyecto original de Guardiola, en este tiempo sí ha sido posible restaurar el techo de la iglesia que estaba completamente destrozado. Este medio se ha puesto en contacto con Ibán para conocer su versión de los hechos y si bien en un primer momento se ha pronunciado sobre lo sucedido, finalmente ha preferido omitir sus propias declaraciones.

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