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Andalucía mantiene un plan de refuerzo escolar de 15 días en julio aunque el 97% de plazas de alumnos siguen desiertas

Javier Imbroda, consejero de Educación en Andalucía.

Daniel Cela

El consejero de Educación del Gobierno andaluz, Javier Imbroda, acude este miércoles al Parlamento a intentar apagar un imprevisto incendio desatado en la comunidad educativa como consecuencia del programa estrella para combatir el abandono escolar temprano. Fue la primera medida (y única) medida que Imbroda ha anunciado en su departamento, previa convocatoria a la prensa, y que ha sido fuertemente contestada por todos los sindicatos de la enseñanza, asociaciones de padres de alumnos y asociaciones de directores de centros educativos.

El programa consistía en impartir clases de refuerzo de matemáticas, lengua e inglés para alumnos con dificultades de aprendizaje de 5º y 6º de Primaria durante 15 o 30 días en pleno mes de julio. La propuesta estaba pensada para 100.000 estudiantes y necesitaba contar con la participación voluntaria de 1.000 profesores, pero la respuesta no ha sido la esperada: se han apuntado casi el doble de maestros de los que se necesitan (1.674) y el 99% de las plazas para alumnos quedó desierta cuando se cerró el plazo de inscripción, el pasado viernes 10 de mayo. Sólo mil familias apuntaron a sus hijos al programa, y es cuando saltan todas las alarmas en la consejería. Educación decidió entonces ampliar el plazo de inscripción hasta el 13 de mayo (sábado, domingo y lunes). En esos tres días, según los datos aportados este martes por el consejero de Presidencia, Elías Bendodo, la cifra de solicitudes se triplicó sorprendentemente hasta los 3.657 alumnos.

Aun así, más de un 97% de las plazas siguen desiertas, y hay un promedio de un profesor por cada dos estudiantes. Una de las claves de este desequilibrio, pero no la única, es que la Consejería de Educación ofrece a los profesores que se apunten 30 euros por hora de clase en julio, es decir, una especie de sueldo extra -de 2.250 a 4.500 euros en algunos casos, según participan una quincena o todo el mes-. En cambio, a las familias les cobrará entre 15 y 30 euros por alumno, un coste “simbólico de un euro al día”, dice Imbroda, con el que esperaba sumar hasta 1,5 millones de euros. 

Las familias han ignorado el programa estrella de Imbroda, poniendo en un aprieto al departamento de Educación. El plan de refuerzo estival está dotado con 12 millones de euros, de los cuales 10,5 millones provienen del Fondo Social Europeo, y el resto debía llegar de las cuotas que abonasen las 100.000 familias. El dinero de Bruselas está sujeto a unos requisitos que difícilmente se cumplirán si la respuesta del alumnado no supera el 3,4% actual y, en ese caso, la consejería se vería en la disyuntiva de tener que devolver los fondos europeos. La alternativa es corregir el programa o suspenderlo, pero fuentes de Educación descartan de plano esta última opción. “El plan sigue adelante”, aseguran. Los fondos de Bruselas son una partida finalista con unos objetivos claros y unos criterios de gasto específicos, de modo que la consejería no podrá invertir ese dinero en otra cosa que no sea combatir el abandono escolar temprano, que afecta en Andalucía al 21% del alumnado entre 18 y 24 años (aquellos que dejan los estudios sin titulación o con el graduado de Secundaria obligatoria).

De momento ya se han los 234 centros escolares repartidos por las ocho provincias andaluzas donde se impartirán las clases de refuerzo. Se han elegido atendiendo a sus instalaciones (posible climatización en verano y pabellón deportivo), su ubicación (primando zonas de compensación educativa) y donde no haya obras programadas en julio. En cada centro se organizarían dos subgrupos, uno de 10 alumnos por tutor para refuerzos de matemáticas y lengua (más dos horas de deportes) y otro de 15 alumnos para apoyo en clases de inglés (más el deporte). El horario sería de 9.00 a 14.00 horas: 30 minutos de bienvenida, asamblea y tutoría; dos horas de clases en comunicación lingüística, matemáticas o inglés; 30 minutos de recreo tutorizado y las dos horas de deportes.

Ahora, el consejero Imbroda está recibiendo las críticas en cascada de todos los sindicatos de la enseñanza, de las asociaciones de directores de centros escolares y de las asociaciones de padres de alumnos por no haber contado con la comunidad educativa para diseñar y consensuar el plan de refuerzo educativo. Imbroda, lejos de hacer autocrítica, ha lanzado un inusual reproche a las familias que han ninguneado su programa: “Serán los padres quienes deben decidir si quieren aprovechar este programa de refuerzo estival o si prefieren que sus hijos se queden en sus casas jugando a los videojuegos”. Unas declaraciones de este tipo, dirigidas por la máxima autoridad del sistema educativo andaluz contra las familias de los alumnos andaluces “no tienen precedentes en la historia reciente de la política educativa andaluza”, sostienen desde el sindicato mayoritario de la enseñanza, CSIF.

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