La caída de las mayorías absolutas multiplica las mociones de censura: cinco en tres meses en Andalucía
La última moción de censura que se ha debatido en lo que va de 2016 ha sido en el Ayuntamiento de Ronda (Málaga), donde Teresa Valdenebro (PSOE) ha arrebatado la alcaldía a María de la Paz Fernández (PP) por la reprobación registrada por su grupo municipal con el respaldo de los concejales del PA e IU. Se ha convertido en la quinta en apenas tres meses en Andalucía -una de ellas fallida- para un año que ha empezado marcado por el traslado a lo local de las tensiones a nivel nacional entre los partidos, especialmente en la provincia de Málaga, donde se han producido tres de ellas, pero sobre todo por el hecho de que las elecciones municipales del 25 de mayo implicaron un nuevo mapa político con menos mayorías absolutas que nunca.
De hecho, si en otros mandatos se llegaba a esta situación básicamente por casos de transfuguismo, en éste no es tan necesario porque, o bien se rompen pactos de gobierno y los disidentes optan por sumarse a una moción de censura sin tener que dejar su partido, o bien la oposición ya tiene la mayoría absoluta y decide expulsar al alcalde. Cuando les toca padecerlas, todos los partidos critican esta fórmula, pero lo cierto es que es que en estos procesos todas las combinaciones han sido posibles en lo que va de mandato, incluso las más impensables, como PSOE con PP o populares con IU.
El balance en lo que va de año ha sido que el PSOE ha ganado dos alcaldías por este sistema, la citada de Ronda y Constantina (Sevilla), y ha conseguido salvar una, la de Valencina de la Concepción (también Sevilla) porque la moción de censura no se llegó a votar finalmente. Mientras, el PP ha logrado por esta vía una (Pizarra, Málaga) y los independientes, otra (Cuevas del Becerro, también Málaga).
Hay que sumar a éstas las dos mociones de censura de 2015. La primera del mandato, en Tarifa (Cádiz), que convirtió en alcalde a Francisco Ruiz (PSOE) con los votos de IU y el PA, en lugar de Juan Andrés Gil (PP). La segunda de 2015 se registró en La Mojonera (Almería), firmada por el PP y el PSOE contra el alcalde José Miguel Hernández (Tod@s), pero finalmente no fue votada porque los populares se retiraron de la misma.
Les han seguido las referidas cinco en 2016. La primera del año se votó en Constantina el pasado 26 de enero y supuso que el independiente Manuel Álvarez (Ciudadanos por Constantina) perdiera la alcaldía por la reprobación impulsada por los ediles del PSOE y dos de los tres concejales del PA, que han conseguido aupar a la socialista Eva María Castillo. Fue una sesión marcada por los insultos por este cambio de equilibrios en un municipio donde Ciudadanos por Constantina fue la lista más votada pero empatada a concejales con el PSOE, cinco por cada fuerza, frente a los tres que obtuvo el PA. Las razones que argumentaron para desbancarlo eran que tenía al municipio “sumido en el inmovilismo”.
Días después prosperaba otra moción de censura en Cuevas del Becerro, donde era un independiente el que conseguía la alcaldía: Cristóbal González (Más Pueblo), con el respaldo de IU, y en sustitución de Joaquín Esquinas (PSOE).
Por el contrario, la moción de censura presentada por el PP e IU en Valencina de la Concepción, contra el alcalde Antonio Manuel Suárez (PSOE), fracasó después de una dura polémica porque las direcciones de los dos partidos firmantes abrieron expedientes de expulsión a sus concejales (tres populares y uno izquierdista) por esta maniobra. Finalmente, no se sometió a votación, porque uno de los ediles del PP se retractó y no reunía ya los requisitos estipulados por la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg). El regidor, que gobierna en minoría, ha confiado en que “impere el sentido común” y pueda “seguir trabajando” por su pueblo.
También este mes de marzo se votaba otra moción de censura, en Pizarra, donde Félix Lozano (PP), se ha convertido en el nuevo alcalde por la reprobación de Ana Berlanga (PSOE) y gracias a los votos de los populares e IU. Hasta el último momento negociaron el PSOE e IU para tratar de frenarla, especialmente porque la dirección regional de la coalición de izquierdas pedía a los suyos que no se unieran a los populares en esta estrategia.
Otros avisos
Otras dos mociones de censura no han llegado a presentarse, pero planean como sombras amenazantes sobre alcaldes en minoría, el más destacado el caso de José Torres Hurtado (PP), que gobierna en Granada y que ya no cuenta con el respaldo de C's, que permitió su investidura, porque el regidor no exigió el acta de concejal a su delegada de Urbanismo, Isabel Nieto, tras ser investigada por el caso Serrallo.
De momento, el portavoz municipal de IU, Francisco Puentedura, ha perdido abiertamente a la oposición a sentarse a negociar una “alternativa de gobierno” en la ciudad frente “a la parálisis general” creada por el actual alcalde. En todo caso, es necesario que la respalde C's y su portavoz municipal, Luis Salvador, ha dicho que no prevén “a corto plazo” hacerlo, entre otras cosas porque creen que esta estrategia podría ser “malinterpretada”. En todo caso, no la descartan “si el PP no cumple los 50 puntos” del pacto de investidura.
Sin salir de la provincia de Granada, también en amenaza ha quedado la situación en Cájar, de momento. El pasado mes de enero se rompía el pacto de gobierno entre Ganemos Cájar, resultado de la confluencia de IU y Podemos, con el PSOE. Desde entonces, Ganemos Cájar ha barajado la moción de censura contra la Ana María García (PSOE), pero para echarla necesitarían los votos del PP, que no está por labor de unirse a una agrupación en la que está Podemos para hacerlo. “Bajo ningún concepto”, dicen desde el PP, si bien han exigido a la regidora que dimita tras haberse quedado en minoría.