No me pises que llevo chanclas, de bodas de plata: “Para cantarle al amor ya hay demasiada gente”
Le pillamos comprando cuerdas para la guitarra eléctrica. “Eso es lo que tenemos que hacer los músicos, comprar cuerdas y gastarlas”. Pepe Begines viene del último ensayo antes de conmemorar los 25 años de 'No me pises que llevo chanclas' en un par de conciertos donde la banda de Los Palacios (Sevilla) se rodeará de público y amigos. El líder de “los chanclas” se muestra ilusionado ante los festejos, como no puede ser de otra manera. Ya saben de quién son y ahora quieren resucitar al canario que se les había muerto para seguir generando buen rollo. “Esto es como tener lo contrario a una funeraria”, comenta al revivir el cariño de sus fieles seguidores.
No todos los días se celebran los 25 años de una banda, ¿no?
En realidad son algunos más, pero no podíamos hacer bodas de plata y dos latas y dos huevos duros. Teníamos ganas de hacerlo, aunque sea con un poco de retraso, porque es una celebración bonita. Aparte así te quitas unos cuantos, como los veteranos
Obligada mirada hacia atrás ¿Cómo empezó todo?
Bueno, pues nuestras inquietudes musicales venían de principios de los 80. Cada uno tenía más o menos un grupo por su lado, hasta que a uno nos llamaron para tocar y nos fusionamos y le dimos no sé si gato por liebre o liebre por gato. Era el verano del 87 en Utrera y todo venía también de nuestras vacaciones en Conil, donde habíamos estado tocando con guitarras de palo en la playa, en fiestas y demás. A partir de ahí se empezó a cocer este guiso que dio como resultado el grupo.
La de los 90 fue vuestra particular década prodigiosa ¿Qué pasó después?
Nuestra base fundamental son los escenarios y la frescura. Cuando esa frescura se iba perdiendo, creo que lo mejor era buscarla. Tuvimos unos años de barbecho entre 2002 y 2009 para dejar descansar la tierra, porque nosotros no plantamos y recolectamos sino que recogemos lo silvestre. Ya cuando la tierra estaba quemada había que dejarla descansar y que el viento trajese nuevas semillas. Tenemos abierta siempre una ventana a la improvisación, al repentismo como dicen los cubanos. En las caras se veía que el buen rollo no flotaba en el ambiente. Y creo que ha sido algo positivo porque ahora mismo la gente está bastante contenta y se notan las ganas y la ilusión. Si esa llama no está viva, no arde nada.
Y ahora nueva gira, un documental y conciertos de aniversario para reencontraros con el público.
Siempre hemos tenido mucha actividad y el cariño del público, que es la base de todo. Volvimos poquito a poco sin querer armar mucho escándalo de entrada para ir calentando motores. Vamos a grabar los conciertos para hacer un largometraje musical y, paralelamente, un documental para los #25AñosDeAgropop con la productora de mi hermano [Álvaro, guitarra], La Mirada Oblicua, que ha tenido recientemente dos premios Goya con 'A cambio de nada'. Le hemos ido dando costura a todo esto y estamos preparaítos. De momento, va todo rodando.
¿Y nuevo disco?
Sí, claro, yo creo que en un futuro, porque esto no es ninguna despedida, quizás lo contrario. Es un suma y sigue, un punto de inflexión para tomar carrera. De hecho tenemos ya un nuevo banco de canciones pero creo que era la hora de darse un homenaje, de coger todos nuestros superéxitos y recordar todas las épocas que hemos vivido. Por eso también hemos llamado a Teo Cardalda de Golpes bajos para darle un guiño a esos 80, a Miguel
Costas de Siniestro Total, a Kiko Veneno como un amigo universal que tenemos, al Canijo de Jerez para darle un poquito de aire fresco, o a Muchachito Bombo Infierno. Y luego grupos que, como nosotros, se han dedicado a la comedia como Los Inhumanos o Los Refrescos. Y también omasito, que le va a dar un aire flamenco. El aire sureño flota entre nosotros. Con todos esos ingredientes hemos querido plasmar estos 25 años.
Inevitable una pregunta que no se suele responder, ¿Su canción favorita?
Pues mira, me mojo. Hay una a la que le tengo mucho cariño, que fue nuestro primer single, Las calles de Chicago, de 1989. Aunque nos dediquemos al buen humor, a la comedia, esa canción si la analizas puede ser surrealista, puede tener muchas cosas pero tampoco quiere provocar una carcajada. Eso es muy definitorio de nuestro estilo. Buscamos buena música y pasarlo bien a la vez, porque para cantarle al amor ya hay demasiada gente y quizás tengamos que hacer lo que nadier hace.
¿Con qué se queda de todos estos años?
Me quedo con los momentos vividos, con la cantidad de pueblos que hemos recorrido, muchos que nunca habían tenido un concierto. Y no por casualidad, sino porque querían llevar a “los chanclas” a su pueblo. Todas esas cosas me dejan un sabor de boca muy rico.
Y una para el futuro, ¿Qué espera de este nuevo reencuentro del grupo?
Quizás, por las edades que vamos manejando ya (yo tengo 48 y me acerco a los 50), profesionalmente entras en una etapa mucho más serena. Le pido al futuro buena vida con serenidad, sin demasiados aspavientos y que contemple la música con gusto y con placer. Gozar de la música es lo prinicipal.
¿El humor es un buen bálsamo para el momento actual que vive la sociedad?
Nosotros cuando salimos en los 80 había también mucho paro y depresión. Lo que más me gusta es cuando te llega muchísima gente, no te puedes imaginar, diciendo lo bien que se lo han pasado con nuestras canciones, en un chiringuito, en una fiesta. Es como tener lo contrario a una funeraria. Es dar vida, dar buen rollo, y eso satisface mucho.