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Recuperadas en Jaén 748 piezas arqueológicas de “incalculable valor” en una operación con seis detenidos
Seis personas detenidas en tres municipios de la provincia de Jaén y un total de 748 piezas arqueológicas recuperadas, algunas de ellas de 'incalculable valor' es el balance inicial de la operación 'Alfaíbera' desarrollada por la Guardia Civil. Entre las piezas más valiosas se encuentra una tablilla aplomada íbera, “única en el mundo” datada entre el siglo III-I antes de Cristo, y que lleva grabada la escritura originaria autóctona más antigua de la Península.
El delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, acompañado de la subdelegada del Gobierno en Jaén, Francisca Molina, y el teniente Coronel Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Jaén, Luis Ortega, ha presentado el resultado de esta operación llevada a cabo por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona).
Los detenidos, según ha explicado Ortega, son dos vecinos de Jaén capital, dos de Andújar, uno de La Guardia y otro de Mancha Real. A los seis se les ha imputado varios delitos contra el patrimonio y pertenencia a organización criminal.
Antonio Sanz ha explicado que la operación se inició al tener conocimiento la Guardia Civil de que una persona tenía en su poder tres láminas de plomo con inscripciones íberas, una pulsera o herraje romano y una lámina de plomo con inscripciones romanas, género que habría obtenido como consecuencia del expolio que practicaba junto con otras personas cercanas a él.
Una vez obtenidas fotografías de las piezas, se solicitó un informe pertinente al arqueólogo de la Delegación Territorial de Cultura, el cual, a pesar de las cautelas que supone pronunciarse sobre una imagen fotográfica de objetos de esa índole, los catalogó de gran importancia.
El delegado del Gobierno ha destacado en la presentación de la operación “el gran valor arqueológico de las piezas encontradas”, al tiempo que ha felicitado a la Guardia Civil y a los agentes del Seprona por esta “extraordinaria operación que comenzó hace seis meses”. No obstante, ha informado de que la investigación aún sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones, aunque sí se puede dar por desarticulada la organización criminal.
MERCADO
Una vez iniciado el operativo, se efectuaron controles de la actividad de la persona que al parecer poseía las piezas, comprobando sus reiteradas salidas, con detectores de metales, para cometer expolios en yacimientos catalogados de la provincia de Jaén. En el transcurso de la investigación se ha podido comprobar que todos los implicados en la organización mantienen contacto con otras personas dedicadas al expolio habitual de yacimientos.
En este punto, ha sido Ortega el que ha recordado que la provincia de Jaén cuenta con unos 2.500 yacimientos arqueológicos catalogados y que resulta “muy complicado” una vigilancia tan amplia como para evitar los expolios.
Las piezas obtenidas se comercializaban en tres modalidades: una, a través de páginas especializadas de internet; otra, mediante la venta a coleccionistas y la última y más habitual, a otras personas que, como ellos, se dedican a esta actividad y actúan como revendedores. Estos las presentan en eventos especializados donde se obtiene documentación, que legaliza su tenencia e incluso posterior comercio.
Sanz ha subrayado que con el hallazgo de estas piezas “se ha recuperado en Jaén un patrimonio histórico incalculable”, ya que, según las primeras apreciaciones de los expertos, entre los efectos rescatados “hay algunos que son prácticamente únicos en el mundo”.
Así, uno de los hallazgos más “impresionantes” es el de la placa o tablilla íbera que, según indican los especialistas, “en el mundo puede haber prácticamente solo entre 30 y 40 de este tipo”. En este caso, además, las primeras estimaciones de los estudios arqueológicos indican que “puede que estemos ante una de las mejores conservadas y, por tanto, es de suponer que refleje el origen de la escritura en la península”.
En ocasiones, los miembros de la organización captaban a personas poseedoras de patrimonio, que habían sido obtenidos utilizando detectores de metales o simplemente realizando labores agrícolas, las cuales eran desconocedoras del valor real de los objetos que poseían. A éstos les comunicaban que tienen un contacto que entiende mucho de la materia y que guardaran el sigilo exigido, al tratarse de “asuntos ilegales”.
Si las piezas no tenían valor les eran devueltas, pero en caso de que tuvieran valor económico, les decían que habían sido interceptadas por la Guardia Civil y que se las habían intervenido. Si el perjudicado exigía la devolución, no admitiendo la explicación de la intervención de la Guardia Civil, la organización estaba en disposición de realizar réplicas o falsificaciones, si no de su mismo artículo, sí de otros similares, que pudieran parecer de más valor que el entregado.
En el transcurso de la operación Alfaíbero se han realizado seis registros domiciliarios, de forma simultánea, en los que se intervinieron gran cantidad de objetos relacionados con patrimonio histórico: monedas, anillos, vasijas, detectores de metales, libros de numismática para tasar las piezas, entre otros y destacando entre ellos unos lienzos íberos y romanos.
Además de estos objetos se ha intervenido material de comunicación e informático que podría aportar pruebas suficientes, una vez analizado, para ampliar la investigación o abrir una segunda fase. Para la clasificación y catalogación de los objetos, la Guardia Civil ha contado con la colaboración de los arqueólogos del Instituto Andaluz de Investigaciones en Arqueología Íbera, cuyos informes han sido remitidos a la autoridad judicial.
Ortega ha insistido en que todavía falta el resultado de algunos análisis para determinar sin género de duda la autenticidad de las piezas, aunque por el momento, todos los expertos consultados desde la Guardia Civil coinciden en su enorme valor arqueológico. La inmensa mayoría de las piezas proceden de yacimientos del entorno de La Guardia, Mancha Real y Pegalajar.