Sevilla explota el filón más 'indie' del cine español
Limitar el valor de la corriente. Esa es la función de una resistencia en un circuito eléctrico. Como un resistor en el circuito, la sección Resistencias del Festival de Cine Europeo de Sevilla, patrocinada por eldiario.es Andalucía, llega para poner a prueba los límites del cine más convencional. Lo hace, por cuarto año consecutivo, con una buena dosis de películas a contracorriente: casi una veintena de títulos donde la innovación al margen de la industria es ley, hay siete estreno absolutos y uno internacional.
El cinéfilo experto o el espectador con hambre de platos exóticos se va a encontrar en esta sección en su salsa. Marinada con sabor español, la industria española más underground llega con ganas de satisfacer a los paladares más exquisitos.
El primer plato se le puede indigestar a algún que otro anticofrade. O no. El misterio de Aaron, segundo largometraje de Carlos Rivera, con el que también repite en el Seff, se adentra en el mundo capillita con una premisa (¿El cofrade nace o se hace?) y una visión: la de un niño pequeño que se inicia en el mundo de la Semana Santa.
La generación nacida en los ochenta da otro golpe sobre la mesa resistente con el segundo largo de Lluís Galter, La Substancia. Que los chinos son los maestros de la copia es un lugar común, lo que se desconoce (casi) por completo es que también sean capaces de imitar pueblos enteros. Galter sigue las aventuras de una empresa china en el Ampurdán catalán, con un objetivo delirante: copiar Cadaqués, el refugio de Dalí, en alguna remota esquina del gigante oriental.
La fidelidad a la realidad flaquea en Análisis de Sangre Azul, donde el falso documental se adueña de una historia sobre los límites de la mente y la cordura. Gabriel Velázquez y Blanca Torres desentierran las películas de Pedro Martínez, el director de un manicomio en los Pirineos de los años 30.
Antonio Morales firma su ópera prima con Marisa de los Bosques, “una ficción de ficción, una película sobre actores que se desarrolla en un entorno urbano”, según sus propias palabras durante el cóctel de Resistencias celebrado a mediodía en el cuartel general festivalero.
Los enamorados de Cinema Paradiso no podrán faltar a la proyección de El último verano, un documental que durante dos años sigue los pasos de Miguel Ángel. Para su directora dirigir esta película “fue un placer maravilloso. Miguel Ángel recorre los pueblos de España con proyectores de 35 mm. Se trataba de ver dónde iba a acabar este personaje, cómoel paso del analógico al digital se constituía en los márgenes”, en el último eslabón de la cadena cinematográfica.
Títulos como como Bíctor Ugo, Los Mutantes, Paisaia Bartean o Los Objetos Amorosos completan, en lo que a largometrajes se refiere, esta sección resistente, que cuenta con libro (Imágenes Resistentes) y seminario universitario propio.