Malos actores en las series de TV: machismo y patriarcado
El enfoque patriarcal de la sociedad empapa los guiones de numerosas series y programas emitidos en televisión. Están dirigidos al consumo de la comunidad heterosexual y, por ejemplo, la LGTB queda en un segundo y a menudo estigmatizado plano. Un mancha con difícil salida.
“Primero tiene que haber un avance en la sociedad para que luego llegue a la TV”, señala la profesora del Boston College (Massachusetts, EEUU), Lisa Cuklanz. Es la lógica heteropatriarcal, el episodio recurrente de las series de TV.
Cuklanz ha participado en el III Congreso Internacional sobre Género y Comunicación organizado en la Universidad de Sevilla con la ponencia 'Sexualidad y violencia en Ley y orden: Unidad de Víctimas especiales'. Así ha explicado cómo “las imágenes van dirigidas a la comunidad heterosexual y la LGTB se hace más consciente de los prejuicios que existen”, con la base de la serie que retrata una unidad de la policía de Nueva York dedicada a investigar delitos de carácter sexual: violaciones, pedofilia y malos tratos infantiles.
Representaciones orientadas a una audiencia heteronormativa, es decir, dentro de los cánones sexuales idealizados e impuestos social y culturalmente. Quien se sale de ahí, asegura, queda marginado. Y los medios de comunicación no son más que un reflejo a menudo “sensacionalista y caricaturizado”.
“Relatos basados en la vergüenza y el estigma”
Amén de la visión sesgada, los que salen de ese camino social marcado suelen aparecer como personajes “complejos”. En el caso del contenido de Ley y Orden, existen limitaciones como la omisión de “las causas y problemas sociales” o mostrar “a demandantes como mentirosos”, señala la docente del departamento de Comunicación de la institución norteamericana. Incluso “exhibe causas individualizadas de la agresión sexual”.
Si quien ejerce la acción violenta es o no hetero sirve para vender el episodio de un modo u otro. Hay un “escaso sentido de comunidad” LGTB en las series televisivas. Capítulos que trazan “relatos basados en la vergüenza y el estigma”, en el que caen “retratados como víctimas y criminales”. Una suerte de 'nosotros' frente a 'ellos', dice Lisa Cuklanz, que en las identidades transgénero “reproducen la dicotomía genésica más que la fluidez entre géneros”.
El propio feminismo “expone los problemas del sistema legal”. Y trae, de añadido, “más personajes gays que lesbianas”. En general, “no hay amoríos entre personajes”. Pero si los hay o se intuyen, “la serie alimenta la esperanza de un noviazgo heterosexual entre los protagonistas”. Es el perfil de Ley y Orden y sirve para vestir a casi cualquier serieLey y Orden, según la profesora del Boston College.
¿Una pequeña puerta a la esperanza en los contenidos televisivos? “Las historias de los gays y lesbianas en la TV norteamericana” llegaron de una primera fase de “ausencia o apariciones puntuales” a otra más visible. De “figuras trágicas” azotadas por barrancos de “depresión y muerte” a otro punto en que comienza a desarrollarse la sexualidad y los “amoríos”, apunta Cuklanz. Aunque la cruz del estereotipo sigue gobernando el guión heteropatriarcal: “hombres afeminados y mujeres masculinas”. Y una ficción para consumo “de la audiencia heterosexual principalmente”.