Moreno enfría la tentación del adelanto electoral en Andalucía tras las madrileñas: “Hay gran complicidad con Cs y Vox”
Juanma Moreno Bonilla, descamisado y con el rostro encendido, ha comparecido este miércoles, tras la victoria arrolladora del PP en Madrid, delante del Súper Puma MK2, el nuevo helicóptero del Infoca (servicio de prevención de incendios de la Junta). “¿Os animáis a subir en el Súper Puma? Pilotándolo yo, claro... Me he aprendido lo del Súper Puma muy bien porque sé que me van a preguntar mucho por eso hoy”, bromea con los periodistas.
El presidente de Andalucía flota en una nube de optimismo, tiene el viento electoral a favor, y se le nota: su marca personal como líder moderado del PP, superpuesta a las siglas de su partido, está consolidada. Crece en las encuestas a más velocidad que su formación, fagocita a votantes de Ciudadanos, pero también absorbe electores de Vox y del PSOE. Tiene a una oposición de izquierdas deslavazada, dispersa, a la gresca, sin un liderazgo atornillado, y cuenta con un Gobierno estable, sustentado por dos socios entregados -Cs y Vox- que le han permitido aprobar tres presupuestos autonómicos y empezar a diseñar el cuarto.
En este esquema apenas hay una fisura para encajar un adelanto de las elecciones andaluzas, que no tocan hasta final de 2022, pero el éxito de Isabel Díaz Ayuso en Madrid proyecta su sombra en toda España, y Pablo Casado anuncia “el principio del fin del sanchismo”. Moreno Bonilla lleva dos meses descartando un adelanto electoral cada vez que le preguntan, y le preguntan casi todos los días desde la moción de censura fallida contra el Gobierno de PP y Cs en Murcia. Las madrileñas reactivan la misma pregunta, pero esta vez quien se la plantea es la dirección nacional de su partido, ansioso por aprovechar el “efecto arrastre” de Madrid y ahondar en el desgaste del Ejecutivo central.
¿Es suficiente para rehacer el relato de la estabilidad? Aún no. “Mientras mantenga la estabilidad en mi Gobierno y nadie me fuerce, mientras disponga de mayoría en el Parlamento andaluz, aquí hay legislatura para rato”, ha repetido Moreno frente al Súper Puma, subrayando que el adelanto “hoy parece muy poco probable”, porque “existe una relación fluida y de mucha complicidad con Ciudadanos”, y porque “Vox tampoco ha dado señales de que quiera dejar de apoyarnos”. La Junta acaba de iniciar la tramitación por la vía urgencia de dos leyes clave que “valen por toda una legislatura”: la ley de tributos cedidos, una reforma fiscal íntegra de los impuestos autonómicos; y la ley de impulso para la sostenibilidad del territorio. Ninguna estará aprobada antes del mes de diciembre, junto con los cuartos Presupuestos Autonómicos del mandato, cuya negociación acaba de iniciarse.
PP, Cs y Vox son una piña en Andalucía. Juntos y por separado, hablan de “un Gobierno encapsulado” del ruido externo. También lo ha sido hoy, tras las madrileñas que han encumbrado al PP, consolidado a Vox y destrozado a Cs. El vicepresidente de la Junta y líder regional de Cs, Juan Marín, ha sido el primero hoy en negar el adelanto electoral, aunque las tripas naranjas en Andalucía regurgitan desde hace meses, con un sector crítico silente aguantando las ganas de estallar y virar el rumbo del partido: “Vamos de cabeza a las rocas. El PP nos está engullendo”.
Hace un mes y medio, el portavoz de Vox en el Parlamento andaluz, Alejandro Hernández, instó al presidente de la Junta a disolver la Cámara y convocar elecciones, alegando que sus socios naranjas “no eran fiables” y que “existía el riesgo de que apoyaran una moción de censura para devolver el Gobierno autonómico al PSOE”. Hoy Hernández ha pedido a Moreno “frialdad”, que renuncie a la euforia, y que “no se deje llevar por el criterio de oportunidad de los resultados electorales en Madrid”. “No lo deseamos ni lo exigimos”, ha asegurado sobre el adelanto.
Moreno Bonilla hizo su primera entrevista como presidente andaluz un mes y medio después de su investidura. Entonces ya le preguntaron si preveía una legislatura convulsa, dado que carecía de mayoría parlamentaria y dependía de dos socios. Dijo entonces que su objetivo era acabar el mandato mientras tuviera estabilidad para sacar adelantes leyes y decretos, y dos años después, con una pandemia mundial de por medio, lo sigue repitiendo. “Ahora toca vacunar, vacunar, vacunar, luego la recuperación económica, y ya habrá tiempo para sacar los megáfonos de la campaña electoral”, subraya.
PP, Cs y Vox también coinciden hoy en que “el resultado de Madrid no es extrapolable a Andalucía”. Ni el resultado ni el estilo de campaña ni sus líderes. Moreno Bonilla ha pilotado una gestión de la pandemia diametralmente opuesta a la de Díaz Ayuso -él ha cerrado la hostelería y limitado la movilidad para controlar el avance del virus, y ella ha optado por la “libertad” de movimiento y el optimismo desatado-. La presidenta madrileña ha arrasado con un discurso próximo al nacional populismo, castizo, divisorio. El líder andaluz se mueve con pasos cortos para “no despertar a la izquierda que, en 2018, decidió quedarse en casa” y permitió el primer Gobierno de centro derechas en casi 37 años. “Cada maestrillo tiene su librillo y conoce las peculiaridades de su territorio. Madrid no es Andalucía. Mi estilo es otro, aunque yo creo que es perfectamente compatible con el de Ayuso”, recalca.
La máxima de Moreno Bonilla es enfrentar la “ideología” -que atribuye a la izquierda- con “la gestión y el sentido común” que abandera desde su gobierno. La desintegración paulatina de Ciudadanos le preocupa, porque los naranjas son el socio preferente que el PP andaluz llevaba buscando 30 años en Andalucía. Es, además, la muleta de su partido en el centro derecha, ante el riesgo de que Vox avance y ocupe su puesto como aliado prioritario. La coincidencia con el grupo de ultraderecha en términos económicos o fiscales es total, aunque en la política social rozan y en sus discurso públicos se percibe un distanciamiento notable (violencia de género, inmigración...).
Los populares andaluces apuestan por esperar, al menos a la primavera del año que viene, para que sus socios naranjas “se recuperen”. “Lo que arrasó en Madrid no es una persona ni unas siglas, sino un modelo de gestión”, dice el portavoz del PP en el Parlamento, José Antonio Nieto, haciendo un símil entre la bajada de impuestos madrileña y andaluza. Nieto recuerda que el resultado electoral de Cs en Madrid -un 3,8% del escrutinio- le permitiría mantener representación en algunas circunscripciones andaluzas, aunque lejos de los 21 escaños que tienen ahora. “Tengo mucho respeto por Cs, espero que puedan superar esta situación difícil”, sentencia.
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