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Las primarias en Podemos Andalucía pivotan sobre la unidad de izquierdas: “Sumar no funciona, ¿por qué insistir?”

La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, la portavoz de Podemos y concejal en el Ayuntamiento de Sevilla, Susana Hornillo, y la coordinadora autonómica de Podemos Andalucía y diputada, Martina Velarde, en la Feria de Abril de 2023

Daniel Cela

Sevilla —
23 de octubre de 2024 21:24 h

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“Sumar no ha funcionado. Por Andalucía no ha funcionado. ¿Por qué insistir en otra coalición de izquierdas? El Partido Comunista de Andalucía (PCA) ya ha hecho un llamamiento a la unidad pero, un momento, un momento... Es precipitado abrir ese debate ahora. Que no se precipite IU, que apostó por la unidad en las elecciones europeas y se quedó sin representación en Bruselas por primera vez en su historia”.

Para entender esta carta de presentación -cita de Susana Hornillo, primera aspirante a la coordinación general de Podemos Andalucía- es preciso recopilar la breve historia electoral de los morados en esta comunidad, la más poblada de España. La portavoz de Podemos Sevilla y concejal en el Ayuntamiento hispalense ha lanzado este miércoles su candidatura a las primarias para elegir a la nueva dirección del partido en Andalucía, que arrancan el 4 de noviembre con la apertura del plazo de inscripción.

En Andalucía, se ha abierto la terna antes de que la dirección estatal de Podemos, que es quien tiene el control orgánico de los territorios, convoque oficialmente el proceso interno. Y el primer discurso de la primera aspirante anticipa que las primarias van a pivotar sobre la unidad de las izquierdas y el protagonismo que aspiran a recuperar los morados dentro de ese espacio político.

Hornillo está orgánicamente muy ligada a Pablo Iglesias, a Irene Montoro, a Ione Belarra -“Si te dijese que no soy pablista, te mentiría”, afirma- y se presenta con un proyecto autónomo para devolver la marca Podemos a las urnas. Por tanto, su hoja de ruta apunta en una dirección distinta a la que ya ha trazado IU, sus socios en el Consistorio de Sevilla, que hace unos días azuzó al coro de siglas de izquierdas para converger cuanto antes hacia la unidad.

El “todos dentro” de Antonio Maíllo

Los comunistas, fuerza motriz de IU, vienen resabiados del pasado reciente, creen que todas las realidades paralelas del multiverso de izquierdas ya fueron escritas, y todas acaban igual. Creen, en resumen, que no existe alternativa a la coalición progresista -“todos dentro, sin vetos cruzados”, asegura Antonio Maíllo, líder federal de IU-, y lo escriben negro sobre blanco en sus documentos políticos a dos años vista de las próximas elecciones andaluzas, previstas para el verano de 2026.

El mensaje de Maíllo interpela a todos, pero su remitente más escéptico (y más cínico) es Podemos. Ya han transitado juntos por aquí, por Andalucía, y los morados creen que “IU pierde el tiempo” tratando de imponer el marco mental de la “unidad o el caos”, explican fuentes de la dirección estatal. “Negar un debate en una organización es autoritario”, avisan, para dejar claro a sus antiguos socios que la coalición electoral es “una opción más”, que “por sí misma no garantiza nada”, y que en cualquier caso, “será decisión última de la militancia de Podemos, que votará en primarias cuando se acerquen las andaluzas”.

Los procesos internos tienen sus ritmos, pero no habrá que esperar tanto para despejar este debate. Quien aspire a la coordinación general de Podemos Andalucía debe presentarse con tres documentos obligatorios: el político, el organizativo y el de feminismo. El documento políco es el que posicionará a los candidatos más o menos cerca de una futura confluencia, pero tampoco tiene por qué ser determinante.

El de la actual dirección de Podemos Andalucía, que lidera Martina Velarde, incluye estas ideas: “Nuestra organización ha sido uno de los vectores principales en la conformación de espacios de unidad en anteriores elecciones autonómicas y municipales (...)  La experiencia nos dice que la colaboración y creación de proyectos de unidad ha tenido mejores resultados electorales”. El documento es de la Asamblea Ciudadana de 2020, es decir, dos años antes de que saltara por los aires la coalición de Podemos con IU y el resto de partidos de izquierdas.

Ocurrió de la peor de las maneras, en el tiempo de descuento para registrarse como alianza ante la Junta Electoral, para concurrir juntos a las andaluzas de junio de 2022. Una unidad cosida a grapas, de la que Podemos quedó excluido oficialmente, aunque luego ocupó tres de los cinco diputados que logró el grupo Por Andalucía en el Parlamento (figurando como independientes).

Todas las fuentes consultadas por este periódico coinciden en que “la unidad no es la prioridad ahora”, pero todas son conscientes de que este debate siempre abierto en la izquierda condiciona todo lo demás. Hoy por hoy, Podemos está en coalición con otras fuerzas de izquierdas en 12 de las 17 comunidades autónomas, en 40 de las 52 grandes ciudades y en un buen puñado de municipios, incluido Sevilla, “donde Susana Hornillo no sería concejal de no haberse presentado como cabeza de lista de una confluencia”, advierten ya desde la dirección regional.

Sea como sea, Susana Hornillo ya ha marcado el terreno en el que está dispuesta a erigir su proyecto para “reforzar” Podemos Andalucía. Y, por ahora, tiene los mismos condicionantes a una coalición que los que planteó Pablo Iglesias hace unos días en la Uni de Otoño, el foro de rearme ideológico de la formación morada: si IU y Sumar quieren unidad, que apoyen las exigencias de Podemos para “doblar la mano” a Pedro Sánchez (romper relaciones diplomáticas con Israel; intervenir el mercado de vivienda; bajar los alquileres...

El movimiento tectónico es palpable. Dos días después del discurso de Iglesias, Sumar sorprendió en el Congreso de los Diputados pactando dos iniciativas con el PP de espaldas al PSOE, con el consiguiente cabreo del Gobierno de Sánchez. La presión que ejercen desde fuera los morados es directamente proporcional al vaciamiento paulatino de Sumar en los sondeos de intención de voto, incluido el CIS de esta semana.

Podemos Andalucía, sólo una vez en las urnas

Podemos irrumpió en las instituciones de este país a través del Parlamento de Andalucía, en las elecciones de marzo de 2015, que Susana Díaz convocó un año antes de lo previsto. Los morados, comandados por Teresa Rodríguez, se estrenaron con 15 diputados en una Cámara donde el PSOE seguía siendo la fuerza mayoritaria, aún no existía Vox e IU casi sucumbe al sorpasso, pasando de 12 diputados a cinco, el mínimo para mantener un grupo parlamentario.

Después de aquellos comicios, Podemos Andalucía no volvió a presentarse a unas elecciones andaluzas como tal. En las siguientes, de 2018, mutó en la marca Adelante Andalucía, una coalición de partidos fundada por Rodríguez y el entonces líder regional de IU, Antonio Maíllo. La unidad de las izquierdas no se tradujo en más escaños, al contrario: bajaron a 12 diputados y vieron llegar el primer Gobierno andaluz del PP, en coalición con Ciudadanos y apoyado desde fuera por Vox, un partido de extrema derecha.

Al tercer intento, en las andaluzas de 2022, Podemos Andalucía forcejeó con IU y con Yolanda Díaz hasta el último minuto (literal) por ganar peso dentro de la nueva coalición de izquierdas, que terminaría descarrilando antes de nacer (literal). Los morados llegaron tarde a registrarse ante la Junta Electoral y quedaron fuera de la coalición, de nombre Por Andalucía, que nunca superó el pecado original de nacer a golpe de cuchilladas entre sus miembros.

Hoy es un grupo parlamentario de cinco escaños que representan a seis partidos políticos, uno que no forma parte como tal de la coalición (Podemos), pero es quien tiene más diputados (los tres parlamentarios morados figuran como independientes); y otro que se ha extinguido (Más País Andalucía) y acaba de integrarse en otro partido, Movimiento Sumar, que esta semana ha estrenado sede propia en Sevilla.

Susana Hornillo no ha irrumpido en el debate de las primarias hablando de unidad, porque su prioridad, dice, es otra: “Necesitamos un Podemos más presente y visible en los territorios, en los movimientos cívicos, tenemos que crear líderes locales, referentes vecinales, tenemos que liderar debates transversales, y todo eso se construye desde abajo”.

La única concejal de Podemos en el Ayuntamiento de Sevilla -que encabezó una coalición con IU y otros siete partidos- asegura que son “las bases” quienes la han empujado a dar el paso, aunque reconoce que “Pablo Iglesias, Ione Belarra y la dirección estatal no son ajenos y conocían mi decisión”.

En IU Sevilla ven la candidatura de Hornillo “un riesgo claro para la unidad de las izquierdas”. Ella no oculta sus recelos con las experiencias recientes: “Por Andalucía es un proyecto fallido, las cosas no han salido bien, por mucho que ahora intenten visibilizar cierto acercamiento. Sumar tampoco ha sido un éxito, la fórmula no funciona, la suma de siglas no entusiasma, no basta la unidad por la unidad, el mantra de que hay que unirse para parar a la extrema derecha ya no entusiasma, aunque funcionase en las últimas generales por los pelos”, dice.

Tres diputados de Podemos “independientes”

En Podemos Andalucía hay pocos referentes con la visibilidad y el hiperliderazgo que tuvo su anterior coordinadora general, Teresa Rodríguez, que abandonó la formación morada para pilotar otra coalición, Adelante Andalucía. Su sucesora, la diputada cordobesa en el Congreso, Martina Velarde, aclarará en los próximos días si se presenta a la reelección o da un paso al lado.

Su proyecto está en sintonía con la dirección estatal, pero la sobrecarga de trabajo que tiene ahora -son cuatro diputados de Podemos en el grupo mixto, desde que abandonaron el grupo confederal Sumar- le impide estar más presente en la organización andaluza, en una comunidad tan extensa, tan dispersa, y con 8,5 millones de habitantes. Los otros rostros visibles son los tres diputados de Podemos en el Parlamento: Juan Antonio Delgado, Alejandra Durán y José Manuel Gómez Jurado.

Ninguno ha dado el paso, de momento. Delgado, exdiputado en el Congreso y guardia civil de profesión, se postuló y ganó en las primarias de Podemos en 2022 para liderar la candidatura de su formación a las elecciones andaluzas, a las que finalmente no concurrieron con su marca, porque terminaron mal fusionándose con IU, Más País y otros cuatro partidos de izquierdas. Entonces cosechó 4.215 votos del total de 5.932 que se emitieron en las primarias (el 71%). El censo de votantes en las primarias de Podemos Andalucía lo controla la dirección estatal, que hace dos años no facilitó el dato de inscritos, de modo que fue imposible valorar la participación.

Fuentes del partido aseguran que en las próximas primarias están contabilizados 21.930 inscritos. El Consejo Ciudadano Estatal contabilizó 85.000 inscritos en las primarias de Podemos Andalucía de 2020, las primeras tras la salida de Teresa Rodríguez, y de la que salió la ejecutiva de Martina Velarde.

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