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La cabaña porcina lleva cinco años creciendo a un ritmo de 6.000 cabezas semanales en Aragón

Cerdos en una granja de engorde.

Eduardo Bayona

Zaragoza —

¿Aragón tiende al monocultivo del porcino? No se puede afirmar de manera tajante, aunque llaman la atención datos como los que indican que el crecimiento de la cabaña de ese ganado encadena cinco años con un intenso ritmo de más de 6.000 nuevas cabezas por semana.

Las estadísticas del Ministerio de Agricultura revelan cómo en ese lustro, de 2011 a 2016, la cabaña porcina aragonesa pasaba de 5.474.601 animales a 7.047.768, un aumento del 35% cuyo grueso se centraba en los animales de engorde, que pasaban de 3,8 a casi cinco millones de cabezas. Esa misma estadística revela cómo la comunidad aragonesa se consolida como una de las principales áreas de producción de lechones, cuya cifra creció un 24%, de 1,65 a 2,06 millones.

Ese avance, consecuencia principalmente de la expansión por Aragón de las grandes empresas catalanas de integración de ganado como Vall Companys, la Corporación Agroalimentaria Guissona o Copaga, la consolidación de grupos locales como Jorge y la entrada de otros operadores de menor entidad, se produce después de que en los cinco años anteriores, pese al aumento del consumo en los años de la burbuja previa a la crisis, la cabaña aragonesa de porcino permaneciera estabilizada en el entorno de los cinco millones de animales, con poco más de uno de lechones.

Grandes producciones

Ese crecimiento de la cabaña sitúa a la comunidad como la segunda productora de porcino del país, solo superada por Catalunya (7,61 millones, 2,1 de crías). Entre las dos mueven prácticamente la mitad del porcino del Estado.

Por provincias, Huesca, con 3,54 millones de cabezas, y Zaragoza, con 2,48, ocupan, respectivamente, el segundo y el tercer puesto del ránking, solo superadas por Lleida, que alcanza los 4,4. Teruel, con 1,02 millones, aparece cinco puestos más abajo, por detrás de Barcelona (1,83), Badajoz (1,3), Segovia (1,23) y Toledo (1,12).

Y llama la atención, también, que solo Huesca produzca casi tantos cerdos como toda Castilla y León (3,85) y más que Andalucía (2,56), y que tanto esa provincia aragonesa como Zaragoza engorden, cada una, más que Extremadura (1,43) y Castilla-La Mancha (1,67).

Contraindicaciones medioambientales

Esa intensa actividad productiva se está traduciendo en el desarrollo de una industria agroalimentaria con nuevos mataderos en Zuera (Grupo Jorge) y Ejea (Vall Companys) mientras se anuncia la construcción de otro en Binéfar y la Corporación Agroalimentaria Guissona promueve un centro de transformación en Épila.

Sin embargo, la intensificación de la producción de ganado porcino tiene otras consecuencias, especialmente sensibles en el plano ambiental, como consecuencia de los elevados volúmenes de purines que genera esa cabaña.

Esa situación es especialmente alarmante en la cuenca del Ebro, de cuyo territorio forman parte las tres provincias de mayor producción: Lleida, Huesca y Zaragoza suman una cabaña de 10,43 millones de cabezas (2,91 de ellas de lechones) que suponen más de un tercio de la de todo el país.

Once ríos y 36 acuíferos de la demarcación hidrográfica del Ebro, entre las que se incluyen la laguna de Gallocanta, los Puertos de Beceite, el Maestrazgo y el Delta, se encuentran oficialmente contaminados por nitratos o a punto de estarlo.

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