Trabajadores de la central térmica de Andorra salen a la calle en Teruel: “El cierre es la muerte de la comarca”
A cinco meses de que la central térmica de Andorra (Teruel) eche el cierre, el futuro es incierto para sus trabajadores. No saben si serán recolocados, tal y como se les dijo, ni si podrán continuar viviendo en la localidad. Aseguran que nadie les ha planteado nada concreto y el tiempo corre en su contra. Por este motivo, más de un centenar de personas salieron este jueves a la calle en Teruel, escenificando con cruces y un ataúd lo que para ellos es “la muerte de la comarca”.
Bajo el lema 'Transición o traición. Andorra-Sierra de Arcos por la defensa del empleo', la marcha convocada por CCOO, UGT, Plataforma de Subcontratas de la Central Térmica, Comité de Empresa y Asociación de Jubilados y Personal Pasivo de Endesa, partieron desde la plaza el Torico, hasta la plaza San Juan, donde se leyó un manifiesto.
El objetivo, según explica el secretario general de la Unión Comarcal de CCOO en Andorra, Antonio Jiménez, es reivindicar soluciones para los trabajadores que el día 30 de junio irán a la calle. “Si el 1 de julio los compañeros de la central térmica y de la subcontrata no tienen un trabajo y se tienen que ir al paro, se acabó la transición justa”, sentencia, en referencia a las promesas del Gobierno central en ese sentido.
Jiménez indica que necesitan una solución a “corto plazo” porque “no va a dar tiempo” a recolocar a los trabajadores, que siguen sin tener “nada concreto”. Mientras tanto, añade, hay familias que ya se han ido de Andorra y otras que irán al paro. “Esto no es una transición justa, es una traición”, dijo, recordando que habría que recolocar a unas “600 personas directamente”.
En este sentido, el secretario general de CCOO en Andorra recuerda que el compromiso que el Gobierno central les transmitió era que “ningún trabajador de la central térmica ni de las subcontratas” se quedaría sin un puesto de trabajo. Sin embargo, a lo largo del 2019 se despidieron unas “70 u 80 personas”, además de los puestos de trabajo que se perdieron de las minas y de otros sectores ligados al carbón.
En la marcha también participaron el secretario territorial de UGT Teruel, Alejo Galve, quien señala que habían decidido manifestarse en la capital turolense para que “la gente conozca la problemática” de las cuencas mineras. “Si no se hace nada urgente, vamos a tener que irnos de nuestros pueblos a buscar trabajo a otro sitio”, apuntó.
Los mismos errores del pasado
Entre las más de cien personas que se movilizaron este jueves en Teruel estuvo Rosa María, vecina de Escucha, donde ya vivieron un episodio similar. Asegura que en Andorra se están cometiendo “los mismos errores que ya se cometieron”. “Los que están arriba no aprenden, si los de abajo vemos que hay que diversificar antes de cerrar, porque ellos intentan hacerlo cuando ya ha cerrado todo”, lamenta.
Igualmente, José María Mella, responsable de una empresa de reciclaje de la escoria de la térmica, critica que España haga “de Quijote” en la transición ecológica, cerrando las minas y las centrales térmicas, “mientras en Alemania seguirán hasta 2038 como mínimo”. “Es necesario que no se pierdan los puestos de trabajo para que siga el pueblo vivo y nosotros estamos cada día perdiendo más empleo”.
Sin alternativas a la térmica
El responsable del área de Juventud de la Unión Comarcal de CCOO, Darío Sanz, lamenta que a 150 días para el cierre de la Térmica de Andorra ha habido “muchísimos despidos” y recolocaciones “a cientos de kilómetros de sus casas”, sin “ninguna alternativa industrial encima de la mesa”. “No dudamos en las buenas intenciones del Gobierno central y autonómico, pero desde luego hay que exigir más a las empresas como Enel Endesa, que quiere seguir impulsando su plan de negocio en las comarcas mineras”, manifiesta.
Desde la subcontrata Nervión, Ángel Villén, recuerda que a los trabajadores de Endesa los están destinando a otros lugares de la geografía española, pero que su destino “es el paro”. Igualmente, critica que en España se haya comenzado ya con el desmantelamiento de las centrales térmicas, mientas que en otros países de la Unión Europea continuarán hasta 2028.
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