Palabras que agreden

Sara relata la agresión verbal que sufrió cuando se dirigía a una clase en la escuela de idiomas
Cuando respondió, los agresores comenzaron a insultarla

12 de enero de 2015 20:53 h

Si tú también quieres compartir tu experiencia de machismo cotidiano escribe a micromachismos@eldiario.es o menciona la cuenta @Micromachismos_ en Twitter.

Iba hacia la escuela de idiomas a hacer un examen. Era verano y sobre las cuatro de la tarde, así que no había nadie en la calle. Al otro lado de la acera un grupo de tres hombres jóvenes salía de una farmacia y oí a uno de ellos exclamar: “¡Chocho!”. Les ignoré y seguí andando, pero él insistió:“¡Chocho!”. No era la primera vez que me encontraba en esa situación e hice lo que había deseado hacer en ocasiones anteriores: le enseñé el dedo corazón mientras seguía andando. Él respondió enseguida: “¡Eso para tu culo! Desde luego, se os dicen cosas bonitas y os enfadáis. Pues te digo otras cosas a ver si estas te gustan: ¡guarra!, ¡zorra!, ¡puta!, ¡guarra!”

No me paré y me metí en la escuela de idiomas, que estaba en esa misma calle. De pronto había pensado en que ellos eran tres y yo una. Pensé que, con el nivel que acababan de demostrar, eran capaces de esperarme en la puerta. Al llegar al aula me temblaban las manos y estuve nerviosa todo el examen.

¿Qué debería haber hecho?, ¿hubiese sido mejor callarse, ignorarles y seguir el camino?, ¿el silencio sumiso es, además de una aceptación subyacente de esos comportamientos, la mejor opción para una mujer en esa situación?, ¿mi reacción podría haber empeorado las cosas? Siempre he creído que ignorar es el mejor desprecio que uno puede hacer pero, ¿acaso en esta situación no es ignorar una consecuencia directa del miedo?

A la salida no había nadie esperándome pero al pensar en esos insultos seguía sintiéndome agredida.

Sara

Sobre este blog

Un espacio en el que está implicada toda la redacción de eldiario.es para rastrear y denunciar los machismos cotidianos y tantas veces normalizados, coordinado por Ana Requena. Puedes escribirnos a micromachismos@eldiario.es para contarnos tus experiencias de machismo cotidiano.

Etiquetas