Barajas y el proceso de paz

El atentado nos sitúa en una realidad trágica, que todavía se agrava más, si se considera que nadie se atreve a decir cuando pueda terminar. Con el atentado terrorista, ETA ha logrado colocar al Gobierno en una de las situaciones más delicadas de los últimos años al quedar emparedado, por un lado, entre la organización armada y, por otro, entre quienes le señalan con el dedo por haber propiciado el dialogo. Pese a ello, muchos españoles siguen creyendo que el conflicto es complejo, que no puede ser ganado únicamente en el campo militar, sino conjuntamente en el terreno social y político. La inflexibilidad militar de ETA hace difícil la negociación, la retrasa pero los puentes no están definitavemnte rotos. Los intermediarios siguen trabajando porque la única vía de solución es la salida negociada. Nadie medianamente informado admite que el atentado de Barajas cierre las esperanzas, ya que tirar la toalla y dar paso a un recrudecimiento del conflicto, aplicando todas las medidas que el Estado de Derecho tiene a su alcance traería posiblemente consecuencias más dañinas haciendo retroceder la historia a sus momento más duros. Por muy doloroso que sea los demócratas deben alejarse de la tentación de medidas que retroalimenten a ETA y a ese sector de la población española que aplaudiría medidas excepcionales como las aplicadas por el Reino Unido en el Ulster (detenciones masivas, campos de internamiento, controles militares en los territorios vascos, suspensión de las garantías constitucionales, etc.) La historia ha confirmado que todas esas medidas de los británicos no sirvieron para nada y al final, con los acuerdos de Stormont, los jefes del IRA accedieron a las instituciones norirlandesas y Londres tuvo que liberar a los presos católicos y protestantes, retirar parte de sus efectivos militares y reconocer el derecho de autodeterminación de la provincia de Irlanda del Norte. De entre todas las reacciones a favor de la paz destaca, sin duda, la del lehendakari Juan José Ibarretxe quien tras dejar claro que ETA es la única responsable del atentado abogó por no confundir la violencia de ETA con la solución de un conflicto de naturaleza política y por buscar salidas, pese a los riesgos y dificultades.

Vicente López Pascual