Crisis, ¿qué crisis?

Esta semana hemos conocido nuevamente los datos del paro en Canarias. En lo que va de año 47.000 canarios y canarias han engrosado la larga cola del Servicio Canario de Empleo. Estamos ya en 180.805 parad@s siendo la tasa de temporalidad del último mes del 90%: es decir, que de cada 10 contratos firmados en nuestro país, 9 son eventuales, con los salarios de los más bajos del Estado y las jornadas laborales más altas, que ésa es otra.

La crisis capitalista tiene estas cosas. Cada cuatro o cinco años los tiburones de Wall Street alertan de la recesión económica que se nos viene encima. Luego viene la quiebra de las Fannie Mae, AEG, Lehman Brothers? y es entonces, cuando los defensores de la ortodoxia neoliberal hablan de intervenir en la economía. Para socializar las pérdidas. Es decir, para que sea el trabajador o trabajadora de a pie el que saque las castañas del fuego a estos sinvergüenzas especuladores, con salarios pornográficos, sin escrúpulos a la hora de despedir a sus trabajadores o de contaminar el medio ambiente.

O el pueblo trabajador se une o vendrán más crisis, más excusas para abaratar el despido, para ir hacia las 65 horas semanales, para desmantelar lo poco que queda de sector público, para seguir contribuyendo al cambio climático, para seguir esquilmando nuestras riquezas naturales, etc.

Y para ello, se impone la unidad sindical, vecinal, de las PYMES agobiadas por las grandes superficies, de los medios de comunicación alternativos. Para luchar por nuestro autogobierno pero no con el objetivo de dividir a nuestro pueblo entre chicharreros y canariones o para rechazar al africano o al sudamericano que huye de la miseria, ni mucho menos para recordar la figura del caudillo genocida español que causó cerca de un millón de muertos y desaparecidos en todo el Estado y más de dos mil en Canarias.

Se trata de recorrer la senda entre los hombres y mujeres de esta tierra, hayan nacido o no en Canarias, que sirva para llegar a la meta de un país soberano y socialista, para a partir de ahí construir una nueva historia de Canarias en una sociedad de libres e iguales. Lo otro, por mucha soberanía que reclame, es retroceder a los peores años de la caverna colonial franquista en Canarias. Y los canarios y canarias que dieron su vida por la democracia y la justicia social jamás perdonarían eso.

Rubén Alemán