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María Jiménez y el Bufadero

Tenemos que ir recuperando todos los barrancos y todas las laderas, para que puedan cumplir, sin ocasionar tantos problemas, la misión de desahogo que la Naturaleza les ha encomendado desde toda la vida. Por ello, desde ya procede prohibir tajantemente nuevos crecimientos urbanísticos en sus entornos. Barrancos como Las Huertas y El Cercado, portadores también de grandes riadas, no deben ser urbanizados como tienen previsto, aunque por ello se les evaporen los negocios a ciertas personas y nominadas Entidades, que no voy a nombrar por públicamente conocidas. Se tiene que imponer, como siempre debería suceder, el interés general al particular y la seguridad de las personas, animales y cosas, al engorde de determinados bolsillos y cuentas bancarias. Se trata de una cuestión de prioridades y el bien común está a la cabeza, sin ningún tipo de dudas.

Reitero que los graves daños del Barranco del Bufadero se produjeron en la parte alta, sobre todo en Valle Brosque. Sepan que el Barranco de Ajitio, que aportó muchas piedras y escombros, tiene como desagüe al del Bufadero dos ridículos orificios hechos con bidones, ¡asombroso! Que en donde confluyen los valles Grande y Brosque, se produjo una importante retención de agua, con subida de su nivel aproximadamente 1,5 metros sobre la carretera, aguas que al derivar hacia abajo, dado el improcedente estrechamiento que allí existe, justo a la altura del Restaurante Dos Barrancos por diversas construcciones y viarios, hizo que el agua se acelerara de forma importante barranco abajo. Tal velocidad tropezaba en alguna que otra construcción, también indebida, y con muchas piedras y escombros que acortaban su profundidad de forma significativa, que tenían que haber sido retirados.

El último impedimento fue un bajo puente peatonal, la riada que chocaba contra él de forma muy violenta, al bloquearse con piedras y escombros, terminó saltando por encima de forma espectacular, invadiendo los viarios aledaños. La salida bajo la carretera de San Andrés y hacia el Dique del Este, se realizó con bastante normalidad, nada que ver con lo que sucedió hacia arriba. Por este motivo, no termino de entender como algunas personas pueden decir que el problema partió de la canalización de las aguas del Barranco del Bufadero hacia el mar, simplemente porque no es cierto, lo que se puede comprobar claramente en los vídeos. Tampoco es entendible que algún vecino siga reclamando la playa de la Marerita, cuando se trataba de una pequeña playa ubicada dentro del Barranco, con todo el peligro para sus usuarios que esto conlleva en situaciones como las que se han vivido ahora, y máxime teniendo en cuenta que el Barrio de María Jiménez tendrá, de forma privilegiada, una playa en condiciones muy cerca, la de Valleseco.

* Presidente de la Plataforma de Defensa del Puerto de Santa Cruz

Cándido Quintana*

Tenemos que ir recuperando todos los barrancos y todas las laderas, para que puedan cumplir, sin ocasionar tantos problemas, la misión de desahogo que la Naturaleza les ha encomendado desde toda la vida. Por ello, desde ya procede prohibir tajantemente nuevos crecimientos urbanísticos en sus entornos. Barrancos como Las Huertas y El Cercado, portadores también de grandes riadas, no deben ser urbanizados como tienen previsto, aunque por ello se les evaporen los negocios a ciertas personas y nominadas Entidades, que no voy a nombrar por públicamente conocidas. Se tiene que imponer, como siempre debería suceder, el interés general al particular y la seguridad de las personas, animales y cosas, al engorde de determinados bolsillos y cuentas bancarias. Se trata de una cuestión de prioridades y el bien común está a la cabeza, sin ningún tipo de dudas.

Reitero que los graves daños del Barranco del Bufadero se produjeron en la parte alta, sobre todo en Valle Brosque. Sepan que el Barranco de Ajitio, que aportó muchas piedras y escombros, tiene como desagüe al del Bufadero dos ridículos orificios hechos con bidones, ¡asombroso! Que en donde confluyen los valles Grande y Brosque, se produjo una importante retención de agua, con subida de su nivel aproximadamente 1,5 metros sobre la carretera, aguas que al derivar hacia abajo, dado el improcedente estrechamiento que allí existe, justo a la altura del Restaurante Dos Barrancos por diversas construcciones y viarios, hizo que el agua se acelerara de forma importante barranco abajo. Tal velocidad tropezaba en alguna que otra construcción, también indebida, y con muchas piedras y escombros que acortaban su profundidad de forma significativa, que tenían que haber sido retirados.