El PP apuesta por Aznar para castigar a Zapatero

Vayamos por partes. La ensoñación de quienes han diseñado la campaña del PP es que el recuerdo de la época de Aznar se identifique al crecimiento económico de España y, por comparación, se desahucie a Zapatero por haber acumulado cuatro millones de parados.Volvemos a las viejas teorías de concentración de los incondicionales para combatir a los adversarios. Pero esa ecuación tiene algunos fallos. Primero, la memoria es selectiva y reducida. Quienes adoran a José María Aznar lo hacen en todas sus manifestaciones, pero en las dos últimas elecciones generales fueron menos que los que apostaron por Zapatero aunque sólo fuera como antídoto del PP. Y Aznar ahora mismo, en un mundo obamizado es la antítesis de cualquier solución de futuro.

Ahora, después de todos los supuestos esfuerzos de renovación que se supone que ha llevado a cabo Mariano Rajoy, resulta que en la lista de las elecciones europeas ?encabezada por Jaime Mayor Oreja, cuya desconfianza hacia el liderazgo de Rajoy fue explicitada en la crisis del PP vasco que él mismo provocó para tratar de acabar con el presidente del PP- parece una recopilación del pasado en la que al final hasta se ha tenido que descolgar Galeote porque no tiene todas consigo de que sea imputado e incluso procesado.

En la era en la que todo lo que representa George W. Bush es considerado culpable de la crisis económica en todas sus manifestaciones neoconservadoras, José María Aznar reivindica la receta que ha llevado al mundo al borde del colapso por el espejismo económico que sus reformas de la ley del suelo profundizaron en la burbuja inmobiliaria.

Otro protagonista de la foto del pasado, Francisco Alvarez Cascos, siendo ministro de Fomento dejó sentenciado para la posterioridad “el alza del valor de los pisos es consecuencia de la riqueza de España”. Asi nos ha ido.

Realmente empiezo a pensar que el PP hace todo lo posible por seguir perdiendo elecciones porque resucitar a Aznar para trata de castigar a Zapatero parece sencillamente un mal chiste.

*Periodista y analista político

Carlos Carnicero*