Los Servicios Sociales en Las Palmas de Gran Canaria
Hay que cambiar la mirada. Invertir en los servicios sociales es invertir en la mejora de la calidad de vida de todo el municipio. Porque los Servicios Sociales, como uno de los seis pilares del Estado de Bienestar, es un sistema de atención y protección pública que debe configurarse como una de red atención que dé respuesta a seis necesidades sociales muy concretas, recopiladas por Joaquín Santos Martí en su libro El cuarto Pilar. Un nuevo relato para los Servicios Sociales: 1)Tener información para acceder a recursos sociales, 2) Disponer de un entorno de convivencia personal y social adecuado, 3) Estar plenamente integrado en la sociedad 4) Tener cubiertas las necesidades básicas 5) Tener autonomía personal, 6) Tener una participación ciudadana activa en la sociedad en la que se vive.
La población de la capital grancanaria y de toda Canarias tiene derecho a un Sistema Público de Servicios Sociales que les garantice estas necesidades. Además, la pandemia ha creado una nueva necesidad transversal a todos los sistemas y que afecta a una parte de la ciudadanía que es que cada sistema cubra la necesidad de tener apoyos contra la brecha digital.
Les propongo un ejercicio muy sencillo a los gobernantes de Las Palmas de Gran Canaria. Pasen un día entero en los Servicios Sociales de los distritos, vean las realidades que están llegando, hablen con los y las profesionales, escuchen a la población que se acerca buscando un apoyo a situaciones dramáticas en las que los derechos fundamentales recogidos en la Constitución y el Estatuto de Autonomía de Canarias (una vivienda digna, un empleo, una alimentación completa, un entorno que permita la autonomía personal, un cumplimiento de los derechos de la infancia, etc.) se han convertido en papel mojado.
Después de ver esas situaciones, después de comprobar la impotencia a la que se enfrentan los y las profesionales del Trabajo Social cuando no pueden garantizar esos derechos, digan públicamente si esta ciudad puede ser referencia de modernidad, atractivo de grandes inversores, modelo de sostenibilidad y todas esas grandes frases que se dicen delante de un plasma con bonitas infografías en reuniones con grandes empresarios. ¿Realmente como gobernantes pueden sentirse orgullosos de anunciar esos grandes proyectos, cuando hay tanta gente quedándose atrás, sin poder realizar un mínimo proyecto de vida digna?
Desde los Colegios Oficiales del Trabajo Social reclamamos desde hace años el ratio de un trabajador-trabajadora social por cada 3.000 habitantes, aunque actualmente con la situación de pandemia se está solicitando que las ratios sean de una por cada 1.700 habitantes. No obstante no perdemos de vista que en el sistema de servicios sociales también participan otras categorías y todas y cada una de ellas deben también ser reforzadas. Desde el Colegio del Trabajo Social de Las Palmas seguimos con la mano tendida al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y a todas las instituciones y responsables políticos que tengan como prioridad la mejora de la vida de todas las personas, que entiendan que en una ciudad democrática y sostenible no caben las colas del hambre y no puede haber ciudadanos y ciudadanas a quienes no se respeta sus derechos fundamentales.
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