Una familia de chuchos ha decidido acabar las vacaciones de verano con una visita por las cristalinas aguas de Morro Jable, en Fuerteventura. Al menos siete de estos peces rayas han visitado este lunes la costa majorera, sin perderse de vista uno de los otros, bajo la atenta mirada de varios curiosos privilegiados, que no han dudado, móvil en mano, en grabar este tour acuático. No son los únicos que observan la escena maravillados, varios peces también aguardan en la superficie del mar, en lo que parece casi un acto de generosidad por querer dejar el fondo libre para el paseo familiar.
Estas apariciones de los peces raya que más abundan en el Archipiélago canario no son nuevas, de hecho, las hacen con frecuencia. El pasado mes de julio, mientras nadaba en las aguas de Las Playitas, en el municipio de Tuineje (también en Fuerteventura), un bañista se vio sorprendido por la presencia cercana de dos ejemplares de mantas raya, que lo acompañaron durante su actividad.
Pertenecen a la familia de los dasiátidos (Dasyatidae), es decir, eslamobranquios o peces cartilaginosos (esqueleto formado por cartílagos en lugar de huesos), como los tiburones. Habitan en zonas costeras arenosas o rocosas en el este del océano Atlántico o al sur del Mediterráneo.
Los chuchos suelen ir juntos porque crean colonias parecidas a las de los cetáceos y en las islas normalmente residen en la provincia oriental y entre las islas de La Gomera y Tenerife. De hecho, ¿quién no se acuerda de Chano?
El pasado mes de abril una de estas especies se hizo muy conocida a través de las redes sociales. Denominada Chano, un chucho negro de al menos un metro y medio de longitud y unos 150 kg de peso, hace años que nada cerca del muelle de Valle Gran Rey, en La Gomera. Y los pescadores de la zona lo alimentan y la acarician.