La pandemia ha llegado de lleno a nuestras islas y vidas este verano

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En su conjunto, en España, seguimos teniendo muchos positivos nuevos, pero tienden a estabilizarse. Los indicadores parecen decir que llegaremos al máximo pronto, quizás esta semana; pero aún no es seguro que se alcance antes de fin de mes.

La ocupación hospitalaria y UCI sigue subiendo, pero unos diez días después de subir los positivos, como ha ocurrido desde el primer día de la pandemia. Lo importante, y lo que debemos notar, es que gracias a las vacunas (benditas vacunas) lo han hecho en menor proporción. Sin vacunas, con estos valores de incidencia, nuestros hospitales no darían abasto a atender a los positivos y los fallecidos serían comparables a los de febrero de este año cuando alcanzamos el máximo de fallecidos diarios y mensuales de la pandemia. Esperemos que pronto empiece el descenso de positivos y se esto se traduzca en las Ucis unos días más tarde. De ocurrir sería una magnífica noticia.

¿Y Canarias? La pandemia ha llegado de lleno a nuestras islas y vidas este verano. Durante los meses anteriores, si vemos las gráficas y analizamos los datos, nuestras islas parecían estar lejos de lo que ocurría en el resto del país. Los valores de casi todos los indicadores eran inferiores a los de la península. Pero desde finales de junio los contagios han aumentado a un ritmo elevado, lo que ha hecho que todas las islas están en situación grave. Canarias tiene una incidencia a 14 días de 427,5, la provincia de Tenerife de 478,2 y nuestra isla de La Palma de 292,4. Los valores más altos de toda la pandemia. Tal es la situación actual que el gobierno de Canarias se ha visto obligado a recurrir al Tribunal Supremo para pedir autorización para realizar restricciones a la movilidad nocturna, lo que solemos llamar toque de queda. En La Palma, en estos momentos, tenemos 6 ingresados en la UCI de nuestro hospital insular y 8 ingresos en planta. Dicho así no parece mucho, pero si decimos que en la UCI hay 10 camas y que se pueden habilitar otras cinco, nos damos cuenta de la magnitud del problema para esta pequeña isla en la que hace un mes estábamos en un cero Covid. Resistimos los embates del coronavirus durante un año, como aldea gala frente a los romanos y en cuestión de días nos hemos visto en valores máximos de contagios e ingresos.

Lo que nos permitirá hacer que estos malos números bajen es, por un lado, el ritmo de vacunación que en La Palma es muy bueno. El porcentaje de inmunizado supera el 65% y hay casi un 80% con al menos una dosis en la población mayor de 12 años. Las jornadas de vacunación en la isla son un éxito y acuden muchísimas personas. Y, por otro lado, mantener las normas de forma estricta. Las mascarillas, la distancia, mantener nuestros grupos estables, ventilar los interiores, no ir a lugares cerrados en los que haya mucha gente, todo que ya conocemos y llevamos haciendo meses, debemos seguir haciéndolo para lograr bajar estos malos números.

Estos 16 meses de Covid nos han permitido entender que el coronavirus acaba llegando a todos los territorios, una vez llega se produce el aumento de infecciones, la ola, y los contagios suben hasta alcanzar un pico de casos positivos a partir del cual comienza un lento descenso. Y como hemos visto en estos 16 meses, las medidas que implementemos harán que el pico sea más alto o más bajo. Las medidas, desde marzo del año pasado hasta enero de este año, fueron de manera individual mascarilla, distancia, higiene y ventilar interiores. A las que añadimos las comunitarias de confinamiento, toques de queda, limitación de espacios y aforos. Entre las medidas dictadas por los gobiernos no se entiende por qué los medidores de CO2 no se han hecho obligatorio por normativa. Son mucho más útiles para el control de la pandemia que limitar aforos o cerrar espacios como bosques o playas y muchísimo más útiles que desinfectar superficies porque ya sabemos que no tiene ninguna utilidad hacerlo ya que el Sars-Cov-2 no se transmite a través de fomites. En el mes de enero se produjo el gran cambio, el punto de inflexión, desde enero tenemos la gran arma para vencer al virus. Gracias a las benditas vacunas hemos podido suavizar restricciones y nuestra economía ha podido volver a ponerse en marcha. Gracias a la ciencia y al desarrollo de las vacunas en tiempo récord nuestras vidas han podido continuar con “cierta normalidad”.

Lo que no dicen los datos, y me atrevo a comentar, es que el covid ha llegado para quedarse. Los próximos meses tendremos que ver si somos capaces de superar las olas con solvencia o no. La buena noticia es que hay países que lo están haciendo con más o menos restricciones y mayor o menor presión. Se puede hacer, porque hay quien lo está haciendo. No hay que inventar nada, solo copiar lo que funciona.

Seguimos avanzando en vacunación. Ahora mismo somos el país con mayor tasa de vacunación del mundo y esto hará que la tasa UCI/positivo siga bajando, lo que nos permitirá enfrentarnos a septiembre, a la vuelta de las vacaciones y al colegio con mejores posibilidades de derrotar al virus.

Por ahora ninguna variante ha podido con las vacunas que estamos usando. Si bien es cierto, que su eficacia ha bajado un poco, pero solo un poco, para enfermedad asintomática o leve, pero se mantiene la alta eficacia ante enfermedad grave o muerte. Aunque resulte paradójico lo que vemos en los ingresos hospitalarios.

Un gráfico “magnífico” para explicar el poderoso efecto de las vacunas y su efecto según el porcentaje de población vacunada es el que pongo en los comentarios. Para una persona “anumérica” o que “no entienda” los porcentajes, la situación actual de contagios e ingresos de vacunados le puede parecer “sorprendente”. Pero es lo que tiene que ocurrir. A medida que aumente el porcentaje de vacunados, el número de hospitalizados disminuirá drásticamente y a la vez la proporción entre ingresados vacunados - no vacunados en los hospitales tenderá a igualarse. Las vacunas funcionan extraordinariamente bien, aunque un vacunado puede infectarse y puede ingresar en el hospital. Cuando todos estemos vacunados, de entre que se infecten, algunos, muy pocos, podrán ir al hospital. Y les diré más: cuando todos estemos vacunados, todos los hospitalizados serán vacunados. Prepárense a oír y ver titulares apocalípticos. Ese dato sería magnífico. El comprobar que los valores absolutos de los ingresos hospitalarios o en Ucis es muy bajo nos marcará el fin de la pandemia.

A pesar de los que pueda parecer si vemos los datos de esta semana, o lo que es peor, si oímos, leemos o vemos los titulares de la mayoría de medios, soy optimista. Y este optimismo lo estoy poniendo a prueba al seguir día a día, dato a dato, “el mayor experimento de nuestro siglo”. La buena noticia es que parece funcionar. Aún es pronto para saberlo. Hay que esperar.

¿En qué consiste este experimento? Primero unos datos: Reino Unido reporta 29.173 casos nuevos de coronavirus en las últimas 24 horas, además informan de 28 fallecidos. El domingo pasado reportó 48.161 positivos y 25 decesos.

En Inglaterra han decidido, una vez vacunadas las personas vulnerables y tener una amplia cobertura de personas vacunadas con al menos una dosis, desde el pasado 19 de julio “abrir todo” y buscar la “inmunidad de rebaño” a lo bestia, dejando que los menores de 40 años se contagien o se vacunen, lo que ocurra antes. Esperan no colapsar el sistema sanitario y esperan tener pocos fallecidos. Analizando los datos de Reino Unido podemos ver que el máximo de contagios ya lo alcanzaron hace una semana y, si ocurre como ha ocurrido en las olas anteriores, el máximo de ingresos ocurre 9-10 días después del máximo de casos positivos, es decir, el máximo de ingresos lo deberán alcanzar esta semana y a partir de ahí empezar a descender los ingresos. El máximo de fallecidos deberá alcanzarlo en la primera quincena de agosto. El gobierno británico espera que este máximo de muertes sea muy pequeño. Hay que esperar y seguir los datos por lo menos hasta el 31 de julio. Los datos de ese día nos dirán si “el experimento” funciona. Funcione o no marcará nuestro futuro. Te guste o no. Nos va el futuro y nuestras vidas en el resultado de este “experimento” que seguirán o no los demás países.

Cuidarse. Va quedando menos. Hasta entonces cuidarse y vacunarse lo antes posible.

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