Pensar en verde, aún ante la adversidad: “Hay que reconstruir sí o sí” la mayor granja solar de La Palma afectada por el volcán

18 de octubre de 2021 13:39 h

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El avance imparable de la lava y la caída de cenizas que ya lleva afectando a la isla de La Palma durante más de cuatro semanas ha dejado múltiples sectores y colectivos afectados directa e indirectamente. Casas de familia y de alquiler vacacional, agricultura, ganadería, sector servicios, barrios enteros… Es difícil centrar la atención en los casos particulares cuando hay una afectación tan generalizada en la zona. Alberto Armas, copropietario de la planta fotovoltaica Gamesa Solar en Las Manchas, y sepultada parcialmente por la colada sur, nos ha hablado de la situación actual de la misma y sus planes de futuro. 

La granja solar se inauguró en septiembre de 2008 y está instalada sobre un terreno de 12.000 metros cuadrados, antigua propiedad de la familia de Alberto. Sobre esta superficie se encontraban alrededor de 2000 paneles solares, los cuales llegaban a tener una producción de hasta 1 megavatio (MW). Ahora, con solo un 10% del espacio ocupado por la colada de lava, la infraestructura ha quedado completamente inutilizada, puesto que ha afectado a la zona donde se encontraba la línea de evacuación de la planta, esencial para su funcionamiento. Además, Alberto Armas detalla cómo la integridad de las placas solares que no han sido sepultadas por la lava está también en peligro, ya que el peso de las cenizas y el picón ha afectado a su estructura. 

Las previsiones de futuro para este empresario manchero no son muy halagüeñas. Primero ha de esperar a que todo esto acabe para ver el estado final de la zona. Otro factor añadido es que para la limpieza de un espacio tan amplio y de estas características, que actualmente ya tiene montañas de ceniza de más de un metro de altura, no basta con palas y cubos, es necesaria una cuadrilla de operarios y camiones. Entonces será cuando podrá hacerse una idea real de las pérdidas ocasionadas. Pese a las dificultades, Alberto es consciente que es probable que deba reconstruir desde cero. “Las condiciones del terreno son óptimas para producción solar, por su altura y orientación tiene el máximo de horas de sol y una ventilación constante gracias a los vientos alisios”, comenta el propietario. 

Es por lo ya detallado, y por su convencimiento personal de que el futuro está en las energías verdes, lo que le empuja a relanzar el proyecto cuando sea posible. Pero cuando se habla de ayudas públicas y se nombran a los sectores afectados, un caso tan singular como éste no parece haberse tenido en cuenta. “A mí como propietario no se ha dirigido nadie, ni políticos ni instituciones, a preguntar por mi situación y la de la planta, si podemos hacer frente a ello o si necesitamos ayuda. La verdad es que estoy decepcionado por esa parte”, reflexiona el empresario manchero. Pese a todo, Alberto Armas quiere relanzar el proyecto si es necesario, por su cuenta, aunque admite que cualquier compañía en el viaje será bien recibida. 

Para alguien nacido y criado en Las Manchas, el fenómeno volcánico no es ajeno a su día a día. Ya en la erupción del volcán de San Juan, su abuelo perdió parte de su finca, y su casa se quedó a escasos 40 metros de la colada de San Juan. Ahora, este nuevo volcán amenaza otra vez, desde el norte, la misma casa donde creció. En todo caso, él apuesta por seguir actuando en la zona, invirtiendo especialmente en energía verde con objetivo final la autosuficiencia energética. “Es un terreno fértil, con unas condiciones estupendas para estas instalaciones, que además de beneficiosas para el medio ambiente, son rentables en lo económico. Hay que reconstruirlo sí o sí”, sentencia.

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