Ruta canaria

Una crisis política, cayucos y decenas de muertos: los senegaleses protagonizan la ruta canaria

Imagen de archivo de un hombre sobre un cayuco en Thiaroye-sur-mer, comuna de Dakar desde la que salieron a principios de los 2000 cayucos hacia Canarias.

Natalia G. Vargas / Alicia Justo

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Intentaban llegar a Canarias, pero su cayuco alcanzó Cabo Verde cuando ya era tarde. 38 supervivientes tocaron tierra y en la embarcación quedaban los cuerpos sin vida de siete personas. Los cadáveres de al menos 63 migrantes más desaparecieron. En la barcaza, que había salido un mes antes desde Senegal, viajaban un guineano y cien senegaleses. Este país atraviesa desde hace tiempo una fuerte convulsión política y social. El estallido de las protestas, sumado a las temporadas de sequía, al buen tiempo y a los frecuentes días de mar en calma, ha hecho que sus habitantes hayan pasado a ser protagonistas de la ruta migratoria canaria, siendo ya la nacionalidad mayoritaria entre quienes la emprenden. 

En lo que va de año, más de 3.056 senegaleses han arribado al Archipiélago, según un balance interno de la Cruz Roja al que tuvo acceso la Agencia Efe. La inestabilidad política en Senegal comenzó en 2021, cuando el líder opositor Ousmane Sonko fue acusado de violación por una empleada de un centro de belleza.  El líder del partido Patriotas Africanos de Senegal por el Trabajo, la Ética y la Fraternidad (PASTEF) y sus simpatizantes aludieron a que esta denuncia respondía a una maniobra política del presidente del Gobierno, Macky Sall. El objetivo: impedir que su principal adversario se presentara a las elecciones presidenciales de 2024. 

Mientras, Macky Sall barajaba optar a un tercer mandato, a pesar de la prohibición expresa de la Constitución. En junio de este año, Sonko fue condenado a dos años de prisión por corrupción de la juventud, quedando inhabilitado para la próxima cita electoral. Por su parte, Sall ha renunciado a la reelección. En la actualidad, el líder de la oposición permanece ingresado en un hospital de Dakar en mal estado de salud tras iniciar una huelga de hambre en señal de esta protesta contra la sentencia.

Tras cada movimiento judicial o político contrario a Sonko, alcalde también de la región de Ziguinchor, miles de personas han salido a las calles en su defensa. Durante las protestas se han vivido violentos enfrentamientos entre las fuerzas y cuerpos de seguridad y los manifestantes. En algunas ocasiones, los disturbios han sido mortales. Desde 2021, más de una veintena de manifestantes ha fallecido, según los datos oficiales. Se han visto en las calles matones a sueldo que, con armas y palos, han violentado a los participantes de estas concentraciones. Además, los manifestantes han incendiado y saqueado supermercados de la cadena francesa Auchan, gasolineras y oficinas bancarias, como forma de protestar contra la herencia del colonialismo occidental. 

En los días más intensos de las manifestaciones, el gobierno ha llegado a suspender la conexión a internet y el acceso a las redes sociales para evitar la difusión de “mensajes subversivos”, según el Ministerio de Comunicación, práctica denunciada por organismos como Amnistía Internacional por ir contra la libertad de información. Desde 2021, las autoridades senegalesas han detenido a varios opositores, tanto del PASTEF como de otros movimientos sociales, y recientemente a uno de los abogados de Sonko, el hispanofrancés Juan Branco, conocido por ser uno de los letrados de Julian Assange. 

Represión y desesperanza 

Los años de represión en Senegal explican la reaparición de los cayucos en la ruta canaria. Este 2023, las neumáticas y pateras que salen de Marruecos y el Sáhara hacia Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria, se combinan con los cayucos que alcanzan Tenerife y El Hierro con cientos de personas a bordo. En lo que va de año, según los últimos datos del Ministerio del Interior, han llegado a Canarias 9.864 personas migrantes. De ellas, al menos un 35% son de nacionalidad senegalesa. 

Saliou Diouf, presidente de Boza Fii, una asociación que trabaja por los derechos de las personas migrantes en Senegal, no duda en señalar cómo la represión ha contribuido a alimentar la desesperanza: “Los senegaleses han perdido la esperanza”, subraya. El defensor de los derechos migrantes señala que una parte de la población había depositado su confianza en el líder opositor, a quien lo imaginaban poniendo en marcha políticas que cambiarían la situación económica y social del país. 

Sin embargo, Sonko fue detenido y condenado y sus seguidores perdieron así al político al que se habían aferrado. “Las personas han visto que el régimen no va a cambiar y que deben buscar una solución. Y la solución que muchos han encontrado es dejar el país”, recalca. Diouf recuerda también a aquellas personas que han ejercido su derecho a protestar y han sido criminalizadas y a quienes han escrito publicaciones contrarias al Gobierno en sus redes sociales y han sido encarcelados. “Esto hace que la gente quiera abandonar su país porque verdaderamente ven peligrar su seguridad. Ven peligrar su libertad de hablar sobre aquello en lo que creen”, denuncia. 

El presidente de Boza Fii señala que la represión política y policial es un motivo más que se añade a la desafección que siente una buena parte de la población senegalesa por la situación en la que se encuentra el país desde hace años. “La sanidad no es accesible para todos, la educación es complicada y conseguir un trabajo también es muy difícil. Y si a esto ya le añades que no puedes protestar porque te meten en prisión, al final la situación se hace muy difícil para que la gente viva en Senegal”.

Cada vez son más los senegaleses que solicitan protección internacional. “España tendrá que contemplar la posibilidad de dar algún tipo de documentación por vía humanitaria, como se ha hecho ya con Venezuela o con Mali”, plantea el experto en migraciones Txema Santana. “Los jóvenes que viven día a día y creen que pueden ser años de su vida perdidos y necesitan llevar comida a casa van a seguir marchándose”, apunta. 

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en Canarias tiene un conocimiento cercano a este infrecuente escenario en el que cada vez más senegaleses solicitan protección internacional. El coordinador de la ONG en las Islas, Juan Carlos Lorenzo, señala que aunque por el momento no se puede precisar el dato exacto, sí reconoce que se habría producido un aumento del número de solicitudes de personas senegalesas. En Canarias, a junio de 2023, Senegal es el cuarto país con más solicitudes de asilo, por detrás de Venezuela y Colombia, que ocupan un lugar muy destacado, y de Cuba, que está en tercer lugar. También precisa que este aumento se debe a que, proporcionalmente, el 35% de las personas que han desembarcado en Canarias son de origen senegalés y, por lo tanto, se incrementan las posibilidades de que haya más solicitantes de asilo. 

Lorenzo considera que la situación política del país se ha convertido posiblemente en un catalizador para la salida de migrantes senegaleses pero, al igual que Diouf, opina que la inestabilidad política actual entró a jugar en un contexto ya existente de precariedad económica: “Si ya la gente no tiene mucho horizonte vital para sostener su proyecto de vida y le añades la convulsión social y económica, esto hace que se produzcan desplazamientos forzados de una manera más dimensionada”, sostiene.

Devoluciones colectivas 

A pesar de la convulsión, 168 personas han sido devueltas a Senegal por parte de la Guardia Civil. Los migrantes fueron rescatados por el buque de la Guardia Civil Río Tajo y regresaron a su país de origen tras la negativa de Mauritania de desembarcar en sus costas. El retorno se produjo a pesar de que diferentes organizaciones y abogados de extranjería solicitaron su paralización, con el objetivo de garantizar el acceso al asilo de los ocupantes.

Amnistía Internacional señaló que “de confirmarse la ausencia de garantías básicas como la asistencia letrada y la traducción” constituye una práctica de devolución colectiva contraria al derecho internacional de los derechos humanos. Además, la entidad cuestiona cómo el Gobierno de España puede asegurar que “de entre las 168 personas no hubiera ni solicitantes de asilo, ni menores de edad, ni personas de otros orígenes de países en conflicto, ni senegaleses que pudieran ser perseguidos en su país en un contexto de creciente inseguridad”. 

La Marina senegalesa también ha informado en sus redes sociales de la devolución a Senegal de 184 migrantes rescatados por una patrullera española el pasado 30 de agosto. “Los migrantes fueron trasladados a la base naval Almirante Faye Gassama y entregados a los servicios estatales competentes”. 

Juan Carlos Lorenzo recalca la importancia de poner en marcha vías legales y seguras y, para ello, recuerda la posibilidad de solicitar el derecho al asilo en embajadas y consulados y la necesidad de aplicar la política de visados: “Que una persona pueda manifestar en una embajada o consulado la necesidad de acceder a un espacio seguro, y su deseo y voluntad de pedir protección internacional al estado español y que España tenga la responsabilidad de trasladarlo a su territorio”, señala.  

En este punto coincide la experta en externalización de fronteras Viviane Ogou. ''España debe ofrecer visados para facilitar una migración ordenada y regular. Es fundamental incrementar el salvamento marítimo y ofrecer vías de regularización alcanzables para las personas migrantes'', señala. En este sentido, la especialista recuerda que el presidente senegalés tiene una relación con Europa y se estructura en el poder mediante la Françafrique, ''por lo que acepta una externalización de fronteras y tratos que no benefician a la población''.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación en funciones, José Manuel Albares, ha admitido que Senegal es un ''socio estratégico para España'', pero situado en una ''zona complicada'' como el Sahel y el golfo de Guinea. “Lo tanto lo que tenemos que hacer es apoyar a Senegal para que mantenga esa estabilidad y esa democracia”, dijo en declaraciones recogidas por Europa Press.

Islas de acogida 

Sobre la acogida, Santana celebra que Canarias funcione como un “archipiélago interconectado”. Las personas que llegan a El Hierro son derivadas a los campamentos de acogida instalados en Tenerife o Gran Canaria. “Canarias está funcionando de forma estructurada y no de forma aislada, aunque no son suficientes los recursos en todas las islas si coinciden las dos rutas o si alguna de las dos se intensifica”, advierte el experto. 

En las islas, se han ido desmantelando algunos de los dispositivos instalados para hacer frente a la emergencia de 2020. Por su parte, en relación a los centros para menores no acompañados, el Gobierno de Canarias anunció a esta redacción la inminente apertura de tres nuevos recursos: dos en Tenerife y uno en El Hierro.

El 20 de agosto, Canarias también vivió un episodio poco usual. Un cayuco con 37 personas a bordo llegó al muelle de San Sebastián de La Gomera. Solo este mes, casi 1.000 personas han llegado a la isla más occidental del Archipiélago. “Es una estación de tránsito”, indica el director insular, José Carlos Hernández. Durante la pandemia, los migrantes encadenaban cuarentenas en El Hierro ante la falta de recursos adecuados. Ahora Hernández sostiene que la situación es muy diferente. “Son atendidos por Cruz Roja, se reseñan por la Policía Nacional y son trasladados a Tenerife en 48 o 72 horas, según la disponibilidad de los barcos. También hay personas que han llegado un día y han salido al día siguiente porque los agentes de la Policía Nacional ya estaban en la isla”, explica el director insular.

Después de la atención a pie de playa, los migrantes son filiados en un polideportivo situado en San Andrés. Las condiciones de este espacio han sido también cuestionadas. “En otoño y en invierno es un espacio que se revela bastante frío”, indica Txema Santana. 

Muertos y desaparecidos 

En los últimos meses, Senegal ha sumado decenas de muertos tanto en sus calles como en su intento de huir. Los desaparecidos de la tragedia de Cabo Verde no son los únicos. El colectivo Caminando Fronteras ha denunciado la pérdida de varios cayucos que partieron de este país africano. Al mismo tiempo, las llamadas de familiares desesperados no cesan. 

“Hay muchas personas que están saliendo de Senegal. Se está notando bastante el impacto de la crisis de ese país y, en consecuencia, han aumentado las llamadas de familiares que piden ayuda desde allí para localizar a sus seres queridos”, asevera Silvia Cruz Orán, coordinadora del proyecto Migrantes Desaparecidos en Canarias de Cruz Roja. 

Por otra parte, ante este creciente número de tragedias en el mar, el Gobierno de Senegal ha puesto en marcha durante el verano una estrategia contra la migración irregular, algo poco habitual en el país, que año tras año pierde a miles de jóvenes en su intento de llegar a Europa. Con el objetivo de reducir de aquí a 2033 el número de migrantes que viajan de manera irregular, el primer ministro, Amadou Ba, presentó la Estrategia Nacional de Lucha contra las Migraciones Irregulares con un plan de acción enfocado en educación, empleo, mayor control en las costas, medidas contra los transportistas o cooperación internacional.

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