¿Por qué en Canarias no decae la presión hospitalaria por la COVID-19?
Las buenas noticias sobre el coronavirus en Canarias se repiten casi todos los días: comunidad con menor incidencia de la pandemia en España, que ha superado con nota la segunda ola, que cuenta con la gran ciudad estatal que mejor controla el virus, que ya no sufre el veto de Alemania ni Bélgica para sus viajeros, que implantará test PCR a los turistas… Las informaciones positivas se acumulan. Mientras, la COVID-19 sigue una línea precisa y recta en los hospitales, a diferencia de la forma de sierra que ha adoptado para la curva de contagios. No se puede hablar de alarmismo ni mucho menos. Porque la presión hospitalaria en las Islas por pacientes del virus es de un 3,89% en planta (solo Cantabria y Galicia tienen mejores datos) y un 16,2% en UCI, un poco más por debajo de la media nacional, según las últimas cifras del Ministerio de Sanidad. Sin embargo, hay un registro que sorprende: hasta 20 casos en el Archipiélago han sido derivados a la unidad de críticos en la última semana. Este dato sí que es llamativo. Ni siquiera Madrid, ciudad líder en contagios y hospitalizados en España y en Europa, ha sumado tantos. Andalucía (22) y Castilla y León (33) son las únicas que están peor.
Canarias acoge 64 pacientes en UCI a causa de la COVID-19. Hay 16 en el Hospital Insular, otros tantos en el Hospital Universitario de La Laguna y 19 en el Hospital Dr. Negrín. Los ingresos son escasos en el resto de complejos. Según el último informe del Instituto de Salud Carlos III, publicado el 7 de octubre, el Archipiélago contaba con una tasa de ingresos en UCI de 1,6. Es decir, por cada 100 contagios de COVID-19 desde el 10 de mayo (así lo contabiliza el organismo público), 1,6 terminan siendo asistidos en la unidad de críticos. Este dato cuatriplica la media nacional (0,4). Y en el último mes, Canarias lo ha liderado en todo momento. Ahora, que el goteo de contagios es escasos, la cifra se sigue manteniendo.
Canarias comenzó a reducir sus casos a principios de septiembre. Esos días, la Consejería de Sanidad del Gobierno autonómico solía reportar entre 250 y 300 positivos diarios, lo que obligó al Ejecutivo de Ángel Víctor Torres a decretar nuevas restricciones en las islas con mayor incidencia. La curva epidemiológica desde entonces ha caído progresivamente hasta alcanzar los 75 nuevos infectados que se contabilizaron el pasado martes, la menor cifra de toda la segunda ola. Lo normal hubiera sido que el número de hospitalizados también bajara, pero “lo normal” no tiene cabida en el marco de una pandemia. El Archipiélago acumulaba hace justo un mes 192 hospitalizados y 58 ingresados en UCI. Este viernes las cifras son de 220 y 65, respectivamente. Eso sí, como se ha especificado, la situación no es de saturación. De hecho, que Canarias derive a tantos pacientes a UCI o camas hospitalarias puede deberse, en gran parte, a la disponibilidad de habitaciones que existe. Y a la intención de monitorizar mejor a los casos con un cuadro clínico más severo. Así lo confirmó el portavoz del comité científico del Archipiélago, Lluís Serra, a Canarias Ahora.
Los hospitales canarios también han sufrido varios brotes dentro de sus propios muros. El del Insular ha dejado ya 85 casos, 55 trabajadores y 50 pacientes, según los datos de la Asociación Sindical Autónoma de Canarias (ASACA). Otro brote en la Candelaria ha sumado 25 nuevos contagiados. En el Dr. Negrín también hay algo de nerviosismo, pero por ahora solo se han detectado cuatro infectados.
Amós García, jefe de Epidemiología de Salud Pública, no considera “indicativo” que las hospitalizaciones en Canarias no hayan bajado. “No tenemos tantos pacientes. Lo que estamos viendo ahora son los casos de la última ola. Por los perfiles que tenemos, no lo veo indicativo”. Y explica: “Creo que es el resultado del momento de expansión y que se prefiere conservar a los pacientes en un entorno más especializado. Pero insisto, no es indicativo”.
Los hospitales son los últimos actores en notar la presencia del virus. Reciben el golpe más tarde, pero también representan el bastión final antes de que la pandemia se contenga. La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias elabora cada fecha un informe de situación de la epidemia en las Islas. En él se puede apreciar cuál es la media de días que transcurren los nuevos casos hasta un evento concreto. La tabla refleja que una persona tarda alrededor de tres días hasta ser diagnosticada con COVID-19. Luego, si requiere de atención sanitaria, suelen pasar ocho días. 11 para entrar en UCI. Y es aquí, en los hospitales, cuando entra en juego la aleatoriedad. Los pacientes pueden pasar “tres o cuatro días ingresados”, como detalló Sergio Martínez, presidente de la Sociedad Canaria de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias. O hacerlo durante varios meses. Incluso en UCI.
“Una de las cosas que tiene la COVID-19 es que las estancias son bastantes largas. Por eso tarda tanto la gente en recibir el alta. Una persona ha podido tener, fácil, 100 días de estancia. En UCI hemos tenido gente con 30 o 50 días. Es algo bastante habitual. Cosa que no es normal con otras patologías”, señalan fuentes internas de la Consejería de Sanidad a este periódico.
El número de estancias en hospitales por pacientes es un dato que también recoge la Consejería. Durante toda la pandemia, 1.976 personas en Canarias han requerido ser ingresadas por coronavirus (incluye unidad de críticos). Según Sanidad, la media es de 11,48 noches por paciente. En UCI, esa cifra asciende a 17,74. “Tuvimos el caso de un ingresado de COVID-19 desde abril que desgraciadamente falleció en la segunda ola. Las estancias se prolongan muchísimo. En los casos más graves, hay personas que necesitan procesos de recuperación, que necesitan volver a aprender a caminar”, agregan las fuentes consultadas.
En resumen: aunque hace un mes los contagios en Canarias comenzaron a descender casi en picado, hasta convertirse en estos momentos en la comunidad con menor incidencia de España (41,61), el dato de hospitalizaciones es una variable que puede seguir aumentando o asentándose las semanas posteriores sin perder fuerza. En la primera oleada, los hospitales comenzaron a respirar a partir de mayo. Si nada cambia, este mes deberían de empezar a vaciarse a mitades de octubre. Además, Martínez reveló que “sobre el 85% de los enfermos que ingresan en UCI se recuperan”. Una afirmación que concuerda mucho con la cifra de defunciones por COVID-19 en Canarias, la más baja de todo el país por 100.000 habitantes (11), solo supera por Melilla (7).
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