La cara oculta de la “prostitución 2.0” o cómo la pornografía “prepara para la violencia”
“La pornografía no prepara para la sexualidad, prepara para la violencia”. Es una de las conclusiones de la directora de cine Mabel Lozano tras estudiarla, documentarse y elaborar una serie de entrevistas que reflejan la cara más dura y oculta de esta actividad “blanqueada como cine para adultos” y que explica con testimonios reales en su nuevo libro, PronoXplotación. Ha elegido Las Palmas de Gran Canaria como destino donde presentar esta obra por primera vez y lo ha hecho en una cálida Casa de Colón donde ha desmontado los mitos que existen sobre lo que ella llama “prostitución 2.0” o cómo a través de los dispositivos digitales se compra la voluntad de mujeres y menores.
Unas horas antes de la presentación, Mabel Lozano atendía a Canarias Ahora recién aterrizada en la isla. Prácticas de riesgo, sin analíticas, sin contrato y sin seguridad social; un negocio donde los ingresos son en B. Son algunas de las cuestiones que mencionan los protagonistas de su libro. Explica que, aunque ha cambiado los nombres por protección, todas las historias son reales. Desde una actriz que llega captada y que cuenta que durante una de las escenas denigrantes su gesto era claro “quería parar” hasta el padre de una menor que se convierte en víctima de extorsión.
“El porno es absolutamente agresivo”, insiste Lozano, que asegura que en las principales plataformas que suministran estos contenidos no aclaran en ningún apartado que se trate de relaciones consensuadas, ni siquiera entre mayores de edad. “Mucha gente piensa que la pornografía es inocua y no se ha inventado ahora, lleva mucho tiempo pero nunca había sido ni tan accesible ni tan agresiva”, subraya. Explica que el antiguo porno que emitían en Canal Plus, por ejemplo, ha muerto y ha dado paso a otro tipo de contenidos violentos y mucho más accesibles para los jóvenes.
Lozano recuerda que los jóvenes están llegando de una forma involuntaria a la pornografía porque no existe ningún tipo de educación sexual, ni en las escuelas ni por parte de las familias. Además, señala que “la pornografía y la prostitución son fenómenos que no se pueden disociar”. Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), especialmente a través de redes sociales muy popularizadas entre la juventud se han convertido en una herramienta desde donde poder captar a mujeres y menores, en especial a las más vulnerables y a las que la pornografía se les vende como una actividad en la que no van a tener problemas y van a ganar mucho dinero, que pueden ver a priori como una salida laboral, y más en este momento complicado. Sin embargo, una vez que entran en este sistema “te metes en la prostitución 2.0, que es como yo llamo a la pornografía y más esa pornografía en vivo, de chat de chicas, camgirl … algo muy desconocido en España pero que es un fenómeno que lleva mucho tiempo y es muy desconocido todavía”. Se trata de una realizad que ya Lozano mostró en su producción Camgirls.
La cineasta expone que lo que más genera dinero es la pornografía en vivo. “La gente no quiere ver ya a dos actores, lo que quiere es desde su casa con su ordenador meterse en una sala de una niña o de un niño y decirle que se desnude o que se haga determinadas prácticas en cualquier parte del mundo, porque además es muy difícil de seguir porque ¿Dónde está ese chico, dónde está el usuario, dónde está el servidor, la plataforma?, es tremendo”.
En esta tendencia coincide Begoña Vera, del Programa Daniela - Oblatas y organizadora de los actos en los que ha participado esta semana Mabel Lozano en Las Palmas de Gran Canaria. Según señala la periodista, presente en la conversación, el pasado año en una charla en un instituto de esa ciudad una de las profesoras se acercó con una joven que pedía ayuda ya que había empezado a hacer determinados vídeos porno y ya no sabía cómo salir de ahí. En estos casos, no podemos hablar “relación virtual”, añade Lozano. Y es que, esa joven “está haciendo con su cuerpo lo que el usuario le dice; eso no es virtual, es real”, aclara.
También se dan casos de jóvenes que son extorsionadas con sus fotos o vídeos. Lozano apunta que las mujeres creen que pueden recuperar el vídeo que se ha subido, pero el problema es la huella digital. Muchas veces aseguran a la víctima que el vídeo solo saldrá en un país concreto y no en España, pero si la siguiente vez no quiere hacerlo la chantajean con decir su nombre o con publicar el vídeo en su país. “Muchas mujeres no saben que una vez subes en línea un vídeo no lo puedes recuperar, ese vídeo aparece directamente en la web”. La autora del libro subraya además que perseguir la pornografía no es fácil, ni siquiera cuando se trata de menores, porque los servidores están muchas veces debajo de los océanos, la plataforma en otro país, el usuario en otro... “No lo puedes recuperar nunca y a través de este vídeo vas a sufrir sextorsión, ciberacoso… no puedes salir”.
La cineasta también puntualiza que es muy difícil cuantificar este negocio. “Se blanquea como ”empresarios de cine para adultos“ y es un negocio muy turbio y de los que más dinero genera en el mundo. Ten en cuenta además que venimos de un momento de confinamiento. ¿Qué estaban haciendo los adolescentes en sus habitaciones? pues consumir horas y horas de pornografía”. En este punto, insiste en que ellos están aprendiendo “unos roles brutales contra las mujeres”, unas prácticas violentas que se reproducen en las violaciones grupales en la calle. No obstante, aunque las chicas ven bastante menos pornografía, aclara que también es perjudicial para ellas porque creen que esas prácticas son las que les tienen que gustar. Al final, para ambos, hombres y mujeres generan una importante frustración.
Lozano también hace un apunte sobre el hecho de que la pornografía crea adicción al igual que la cocaína, la nicotina o el alcohol. Y es que, genera dopamina y euforia, por lo que se necesita cada vez más. El problema es que el porno está “normalizado” hasta el punto de que no se explica que su consumo en exceso puede generar problemas. En el libro se habla precisamente de la historia de un hombre que llega a perderlo todo por esto.
Los menores consumen pornografía a edades cada vez más tempranas (antes de los 13 años). Según el estudio Nueva pornografía y cambios en las relaciones interpersonales, la falta de madurez y de referencias alternativas sobre sexualidad contribuyen a que incremente “el machismo, las prácticas de riesgo y el cambio en la percepción de los otros”. Lluís Ballester, profesor de Pedagogía en la Universitat de les Illes Balears (UIB) y coautor del informe ha llegado a sostener que “la pornografía violenta es uno de los factores que explica el incremento del sexo violento en grupo”. Sin embargo, pese a todos los riesgos que conlleva, “la escuela de la sexualidad de nuestros hijos por desgracia está siendo la pornografía violenta, agresiva”, insiste Mabel Lozano, que ese mismo día en Las Palmas de Gran Canaria impartía una charla en un instituto.
La visita de la cineasta a la isla concluyó con la presentación en el teatro Guiniguada de Biografía del cadáver de una mujer, nominada a los premios Goya. En la película se aborda el asesinato de Yamiled Giraldo, que había sido víctima de trata en Pamplona y se atrevió a denunciar al proxeneta. Lozano incidió en el mal tratamiento que se da en los medios de comunicación al tema de la prostitución, cómo se deshumaniza a las mujeres explotadas sexualmente y que no se atreven a denunciar por miedo, mientras los medios y la sociedad las culpan.
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