La paradoja canaria: el segundo territorio con más jóvenes emancipados pese a que deben destinar todo su sueldo a ello
Canarias puede presumir de tener la segunda tasa de emancipación más alta de España, un 20%, pero lamentar, al mismo tiempo, que los jóvenes isleños tengan que destinar más del 120% de su sueldo para ello, también el segundo valor más elevado del país, solo por detrás de Baleares.
El resultado, entonces, es paradójico: más jóvenes independientes que prácticamente el resto de la nación, pero a costa de todos sus ingresos y más. El Consejo de la Juventud de España, una entidad privada en la que están representados organismos juveniles de todo el Estado, cree que hay gato encerrado en este asunto. Y así lo ha expresado en su último informe.
El documento, difundido este mismo lunes, cree que la contradicción canaria, que también tiene lugar en Catalunya, la Comunidad de Madrid y Baleares, puede deberse a que las Islas reciben más población joven de la que se va, tanto desde el extranjero como de otras comunidades autónomas, y que esas personas no suelen llegar acompañadas de sus familias, por lo que carecen de una red de seguridad familiar de la que sí disfrutarían en otras regiones.
La entidad considera que, en estas cuatro autonomías, entre ellas el Archipiélago, “no es que hubiera mayores facilidades para emanciparse”, como así sugieren los datos, sino que, en muchas ocasiones, las personas se ven obligadas a hacerlo “de cualquier manera”, por lo general, compartiendo piso. De acuerdo con el Censo de Viviendas del Instituto Nacional de Estadística (INE), Canarias es la comunidad que cuenta con más hogares de tres convivientes (21,57%) y la segunda con cinco o más (9,99%), tan solo superada, de nuevo, por Baleares.
“Creemos que los jóvenes de las Islas están obligados a compartir piso con personas que no conocían en mayor número [que en el resto de las regiones]”, razona Brenda Rivero, presidenta del Consejo de la Juventud de Canarias.
De esta forma, la tasa de emancipación es un tanto engañosa, indica Rivero, porque la independencia no es real, sino más bien por necesidad laboral o estudiantil: personas que dejan el hogar de sus padres para optar a un trabajo que “les cubra lo mínimo” o universitarios que marchan de las islas no capitalinas para Gran Canaria o Tenerife y comparten piso con otros compañeros.
“Cuentan como emancipados, pero al final están en la obligación de compartir piso con personas que no conocen, por lo tanto, no están independizados, no están haciendo la vida independiente de una persona adulta que deberían tener, sino que pasan de un hogar a otro”, continúa Rivero.
El dato da pie al error, por eso es importante no quedarse solo con esa cifra, agrega la presidenta del Consejo de la Juventud de Canarias. La tasa de paro joven en el Archipiélago es la segunda más alta, en torno al 25%, casi 5 puntos más con respecto a 2022. Además, más de un tercio de la población está sobrecualificada para su puesto de trabajo, sobre todo la que tiene entre 30 y 34 años, y el 40,9% de la juventud se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social.
Así, Rivero sostiene que la emancipación real en la Comunidad Autónoma “sigue siendo una vergüenza” a pesar de tener “la generación más preparada” de la historia. La presidenta del Consejo de la Juventud de Canarias reconoce que las Islas han creado una gran cantidad de puestos de trabajo después de la pandemia de coronavirus, alcanzando por primera vez el millón de personas ocupadas, pero opina, no obstante, que muchos de esos empleos “son en sectores donde la calidad del trabajo es muy baja y los sueldos son mínimos”.
Las cifras del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España apuntan que el salario neto promedio de una persona entre 16 y 29 años en Canarias apenas llega a los 10.000 euros anuales, lejos del registrado en la Comunidad de Madrid (15.000 euros), el más alto de país. Con ese sueldo, un joven isleño tendría que destinar más de un 120% de sus ingresos al pago del alquiler, que el observatorio sitúa en 968 euros al mes.
“Apostar por los jóvenes, por políticas de verdad, también por la formación de ellos, tanto dentro como fuera de las empresas. Y, desde luego, seguir destinando [recursos] tanto a la vivienda como a que adquieran trabajos de calidad”, remacha Rivero.
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