Rafael Robaina, candidato a rector de la ULPGC: “Abriremos un espacio de discusión con Asuntos Sociales para combatir la desigualdad”
A Rafael Robaina le ha tocado liderar uno de los cursos más atípicos en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), marcado por una pandemia que ha mostrado la desigualdad entre el alumnado. “Hay unos desequilibrios enormes y hay gente para seguir el campus virtual tiene que venir a la universidad porque en casa no tiene condiciones; eso es una inequidad que tenemos que combatir”, afirma. Otro dato que apunta es que “la renta media de la universidad está por encima de la renta media general de Canarias, eso tampoco lo podemos permitir, porque esto es una universidad pública”. Por ello, propone un Vicerrectorado para la Igualdad, Diversidad e Inclusión y abrir “un espacio de discusión con Asuntos Sociales” similar al que existe con la Consejería de Educación o Industria y Conocimiento.
Licenciado en Ciencias Biológicas con Doctorado en Ciencias del Mar, lleva cuatro años al frente de la ULPGC, una universidad que nació de la mano de la movilización social en 1989. Señala que si es reelegido quiere empezar por el personal ya que uno de los principales retos es renovar la plantilla. Apuesta por mejorar las condiciones para la investigación en la universidad, “porque no habrá transferencia si no hay generación del conocimiento”. Sobre la gestión de la enseñanza durante la pandemia y cómo se plantea el próximo cuatrimestre insiste en que “los entornos académicos son seguros, nuestra esencia es la presencialidad donde se pueda”.
Tras cuatro años como rector, ha comentado varias veces que el proyecto le sigue ilusionando, pero ¿Qué aspectos cree que quedan pendientes o qué habría que consolidar si es reelegido en un nuevo mandato?
Quiero empezar por el personal porque tenemos la necesidad de rejuvenecer, renovar nuestra plantilla y aumentarla en los dos grandes pilares: en el personal docente e investigador y en el personal de administración y servicios. Es una labor continuada que debe seguir en los próximos cuatro años sin descanso, como hemos hecho en este, con una provisión de plazas en el profesorado de más de 275 y del personal de administración y servicios de 130. Esto tiene que seguir para que la universidad se estabilice a riesgo de que pudiéramos tener algún verdadero problema si no se hace de manera decidida. De la parte de lo que ha podido quedar por hacer, habría que consolidar el aspecto de la transferencia del conocimiento hacia empresas de base tecnológica que lo llevábamos también en el programa. Hemos definido cómo se va a hacer, qué marco reglamentario tendremos y habrá que ponerlo en práctica, buscar inversores, acompañar las iniciativas que se presenten y, en definitiva, crear un buen número de empresas resultado de la gestión de estos cuatro años y del próximo que sea significativo y enriquezcan el tejido.
“ La ULPGC es una buena universidad ultraperiférica y con un entorno africano y en eso es donde hemos centrado nuestra acción
Y luego, consolidar aspectos en los que hemos trabajado mucho: somos referentes en calidad universitaria, hemos racionalizado la actividad de la internacionalización porque estábamos en todos lados y en ningún sitio a la vez. La ULPGC es una buena universidad ultraperiférica y con un entorno africano y en eso es donde hemos centrado nuestra acción y seguiremos haciéndolo. Y sobre todo, seguir trabajando y mejorando las condiciones para la investigación en la universidad, porque no habrá transferencia si no hay generación del conocimiento. Esto incluye mejoras en la gestión, digitalización y generación de planes… En definitiva, que la universidad pueda convertirse en un proveedor de recursos para la investigación. Fruto de esa captación pudimos sacar una convocatoria propia para el COVID por más de 90.000 euros y permitió a gente trabajar.
Uno de los problemas de Canarias es la alta tasa de paro juvenil. ¿Habría que potenciar la relación con las empresas?¿cómo combatir la fuga de cerebros?
Hay dos dimensiones. Una es que las titulaciones pudieran no estar adaptadas al mercado y eso depende estrictamente de nosotros, se trata de ajustar las titulaciones y lo hemos venido haciendo, se hacen las rectificaciones o se generan nuevos títulos como, por ejemplo, el último, de Gestión de Datos en Ingeniería Informática que era una demanda del mercado y eso es relativamente fácil para la universidad. La otra dimensión de este problema es que el mercado de trabajo como el nuestro es muy pobre, el tejido productivo es muy poco diverso y, a veces, suponiendo que tienes el título adaptado no puede absorber todo lo que sale de la universidad y, entonces, se genera la misma frustración. Es decir, que no encuentran trabajo. Esta parte la vamos a combatir y la estamos combatiendo dándoles competencias para la empleabilidad, que incluye formar a los estudiantes para que puedan crear sus propias empresas o formarles para el trabajo ajeno generando un complemento de títulos propios, una formación permanente que haga que cada titulado pueda ser distinto al otro dentro de la misma carrera. Lo que vamos a poner en marcha en una nueva legislatura es una política de becas para que el estudiante que no tenga capacidades, porque la formación permanente es de pago, pueda acceder a esa formación con una política de becas bien propia o con recursos ajenos.
Una de las demandas de los estudiantes es que se aumente la oferta de titulaciones, en especial en posgrado.
Exactamente. Nosotros lo que hemos venido haciendo en esta primera etapa es racionalizar la que teníamos, es decir, más que motu propio ha sido un requerimiento del Gobierno de Canarias que nos ha dicho que la oferta de máster había que racionalizarla porque hay másteres de poca demanda y entonces ¿Qué demanda el estudiante? Según un análisis que hicimos hace unos años demanda un título de posgrado que le dé mejores capacidades para el empleo. Les da igual la duración, lo que quieren es más prácticas en el posgrado y que les capacite mejor y esto es hacia dónde debe orientarse la enseñanza de posgrado y en eso estamos. Por ejemplo, los tres de turismo que teníamos los hemos simplificado en uno y con unas exigencias para que seamos nuevamente una referencia en posgrados. Estamos trabajando el ámbito africano con una oferta de la facultad de Geografía e Historia. Y luego hay másteres que son exitosos per se, es decir, que son necesarios para el ejercicio de profesión como el de la Abogacía o el de Formación del Profesorado. Ahí es donde se ve la diferencia entre lo que debe ser el máster y lo que en algunos casos está siendo. Si el máster sirve para algo no tienes problema. El alumnado del sistema español no está por seguir estudiando posgrado, básicamente es un 15% en todo el territorio nacional, y eso es porque el mercado de trabajo no se lo está exigiendo. Si lo exigiera o diera alguna ventaja seguramente lo seguiría. Vamos a ir por ahí, incrementando la oferta de acuerdo a nuestras posibilidades con los recursos humanos que tenemos y de acuerdo a la demanda del estudiantado, pero esto ya había empezado en la etapa anterior.
“Vamos a tratar que se puedan vincular a la universidad profesionales de Atención Primaria
La pandemia ha reflejado también que hace mucha falta reforzar el sistema público de salud. ¿Se plantean aumentar la oferta en Ciencias de la Salud o las plazas?
Yo me conformaría en la próxima etapa con restablecer la normalidad en la Ciencias de La Salud. Esto significa que tenemos un problema; no encontramos profesionales que se puedan acreditar para ser figuras de profesorado. Si no tenemos profesorado, no hay facultades. Entonces, vamos a generar planes específicos como un programa de doctorado en Enfermería Fisioterapia con otras universidades para que tenga acceso al doctorado más gente y podamos encontrar esos profesionales y ahondar sobre todo en la mejora del docente de la salud en los hospitales, tanto del doctor vinculado que trabaja en el hospital, pero da clases, es decir, que se les considere mejor y también que se puedan vincular a la universidad profesionales de Atención Primaria.
Por el hecho de ser islas somos territorio más vulnerable al cambio climático, ¿debe la universidad ser un referente en investigación? ¿Qué se plantean en este ámbito?
Bueno, ya lo somos. Uno de nuestros institutos más potentes, sin menospreciar lo que se hace en otros es el Instituto de Oceanografía y Cambio Global y ahí tenemos gente que participa en los paneles internacionales y personas que participan en investigaciones de amplio alcance, tanto europeo como internacional. Asesoramos al Cabildo en su observatorio como al Gobierno de Canarias en ámbitos tan sencillos como el de los crecimientos de organismos como las microalgas, por ejemplo, lo estamos siguiendo en prevención y seguimiento de las modificaciones de las especies producto del cambio climático para asesorar a las pesquerías. O incluso la generación de indicadores para hacer un mejor control del uso y disfrute de playas, como la de Las Canteras. La universidad en eso está ya muy metida porque tenemos muchos grupos investigadores trabajando en múltiples aspectos del cambio climático y asesorando al Gobierno que es la mejor de las labores que podemos hacer en ese sentido.
“No hacemos las cosas por los ranking, hacemos lo que tenemos que hacer que es investigación y buena docencia
¿Es un rector que está muy preocupado por los ranking?
No es que me preocupen, le preocupan a la sociedad si ven que la universidad está en malos puestos. Desde el primer año percibimos que los ranking no miden, por ejemplo, la calidad oficial, que somos referente nacional y ¿Cómo se mide la calidad? pues con las agencias de calidad y estamos entre las primeras universidades en cuanto a los sistemas de control y seguimiento de la calidad docente. Los ranking normalmente se centran, o bien en la investigación, o en la docencia y la investigación. Entonces ¿qué hicimos? pues mejorar la provisión de datos. Hicimos un proyecto para eso y en el año 2018 se nos dio la financiación y ahora estamos saliendo bien en los ranking y se nos pone como una de las universidades entre las 1.000 primeras en el THE (Times Higher Education) o el ranking Shanghái. Hasta ahí llego yo con los ranking. Desde luego no creo que deban influenciar en la política universitaria, no hacemos las cosas por los ranking, hacemos lo que tenemos que hacer que es investigación y buena docencia y creo que quien mejor lo marcan son los sistemas de calidad de las agencias porque no te hacen una clasificación sino un seguimiento y te proponen mejoras.
La otra candidatura que se presenta al rectorado señala que la ULPGC debe recuperar el liderazgo social. ¿Usted cree que ha perdido liderazgo social?
No. Yo creo que en algún momento se normalizó que tuviéramos universidad y eso lo percibí en 2016. Después de la demanda y de que todo el mundo estuviera muy contento con la universidad ya pasamos a un plano de presencia y visibilidad, hasta el punto de que fuimos hasta invitados en la Romería. Creo que ese trabajo ya está hecho.
¿Habría que premiar más a los docentes y darles más a conocer?
Sí, totalmente de acuerdo. Nosotros tenemos el programa que ahora está a punto de ser certificado que se llama Docentia que concluye con el seguimiento y evaluación de la calidad donde importa mucho la opinión del alumnado, hasta un 70% la evaluación final, y ya este año pudimos dar los premios a la calidad docente. Entonces, ese es el fin, no el premio sino que se visibilicen las buenas clases.
“La universidad tiene un plan de infraestructuras por más de 34 millones que es la hoja de ruta
Otra de las demandas del alumnado es la mejora de las infraestructuras. En especial, el campus del Obelisco y en concreto de la facultad de Ciencias de la Educación que tiene mucha demanda de estudiantes. ¿Qué plantean?
Somos muy ambiciosos. Por primera vez, la universidad tiene un plan de infraestructuras por más de 34 millones que es la hoja de ruta para mejorar todas esas infraestructuras en los campus con carácter general y bien distribuido, actuando en todos y haciendo mejoras. Además, hemos pedido un fondo a Educación dentro de los fondos de reconstrucción para una Facultad de Educación y para aligerar el campus entendiendo que esa facultad es muy antigua y ya ni se corresponde con los tiempos. Tiene que ser como un laboratorio nuevo donde estudiantes y profesorado puedan ensayar las metodologías docentes que luego se proyecten dentro del sistema. Y hablo en particular de la facultad de Ciencias de la Educación porque son los que forman al futuro de nuestra sociedad así que por eso hacemos énfasis.
¿Y algún otro cambio en infraestructuras?
Sí, el otro gran cambio para el que también están solicitados los fondos, es a partir del proyecto campus cero o cero emisiones, que al final va a quedar como un campus cero consumo, con consumo energético propio, hídrico, de residuos, de planificación y que afecta a todos los campus, ya que hay aspectos de movilidad, pero centrado en el campus de Tafira con la necesidad de llegar a una peatonalización suficiente y en ambos sentidos, no solo en el vertical que es el que vemos, sino también en horizontal para que se ocupe todo el espacio y pueda quedar como un parque al uso de la ciudadanía aparte de un campus universitario y darle vida.
En su programa insiste mucho en los Objetivos de Desarrollo Sostenible…
Sí porque es una de las cuestiones que nos está impactando. Es decir, la universidad tiene un contexto que es el contexto institucional donde se mueve y el contexto institucional ahora es la agenda 2030 y los gobiernos han puesto en marcha todos los instrumentos y uno de ellos son las universidades. La universidad no puede quedar al margen y todo mi programa es una agenda 2030 más pandemia, que nos lleva a unos fondos claros que van a salir para que trabajemos la sostenibilidad. Sobre los fondos de reconstrucción: sostenibilidad, digitalización, formación para el empleo e investigación y transferencia del conocimiento, eso es lo que es mi programa.
En este mandato ha tenido dialogar sobre el tema del transporte para que se aumenten las frecuencias de transporte público y esta es una de las demandas en las que insiste el alumnado....
Sí, y en particular llegamos a un acuerdo con las dos grandes empresas (global y guaguas) para que la asistencia al campus sea una cuestión prioritaria y estratégica y abordamos la posibilidad de establecer un pequeño intercambiador que mejore las comunicaciones del campus de Tafira fundamentalmente con el resto de la ciudad o ciudades.
“Los entornos académicos son seguros, nuestra esencia que es la presencialidad donde se pueda
Hablando de la pandemia, la COVID ha traído consigo la enseñanza y evaluación online. Se han producido quejas sobre cómo se ha gestionado… ¿Cómo afrontarán el segundo cuatrimestre si es reelegido? ¿fue un error dejar que las facultades decidieran el modelo de examen?
No, porque hemos llevado toda esta legislatura con un modelo de gestión descentralizado y la universidad es extraordinariamente diversa, es un pueblo pequeño y cualquier decisión que se tome y no sea debidamente coordinada con los equipos directivos de los centros puede liarla. Hay centros, y así se ha demostrado, que son capaces y han podido llevar una actividad presencial sin problema, o combinada y hay otros a los que les resulta más difícil, pero los estándares de calidad se mantienen. Y lo mismo para evaluación. Lo que hemos hecho es intentar evitar tomar decisiones que para algunos puedan ser justas y para otros no. Hemos dejado la máxima autonomía y en virtud de esa autonomía no creo que nos hayamos equivocado. El alumnado en algún momento, y algunos sectores del alumnado, se ha quejado por la actividad presencial, pero se han reforzado las medidas sanitarias y los exámenes se están realizando con la máxima seguridad. Al final, yo creo que los entornos académicos son seguros, la conferencias de rectores y rectoras de España ha dicho que son seguros y que debemos mantener nuestra esencia que es la presencialidad donde se pueda, y esto es un aviso navegante, porque no dudo que la gente y el profesorado en general prefiera hacer el examen presencial que no presencial por las mismas condiciones de la materia, es decir, que la evaluación se genera en un contexto de mayor seguridad. Por lo que quiera que sea, por defender al alumnado, por defender sus títulos o por mi responsabilidad como rector yo creo que lo suyo era habernos mantenido como hemos hecho siempre, dentro del sistema universitario español, de ahí no nos podemos salir.
“La renta media de la universidad está por encima de la renta de Canarias, eso tampoco lo podemos permitir, porque esto es una universidad pública
También es cierto que la enseñanza online, no solo en el ámbito universitario, ha puesto de manifiesto una mayor desigualdad porque todo el alumnado no cuenta con los mismos recursos para seguir las clases. ¿Han fomentado alguna medida en este sentido?
Un vicerrectorado completo. Hay algo que había pasado inadvertido en la universidad y es que hay unos desequilibrios enormes. Hay gente que para seguir el campus virtual tiene que venir a la universidad porque en casa no tiene condiciones; eso es una inequidad que tenemos que combatir. Y luego ya te pones a indagar en el tema y te ofrecen un informe que marca que la renta media de la universidad está por encima de la renta media general de Canarias. Esas diferencias a lo largo de la carrera van creciendo y la renta media todavía en los últimos cursos es más diferenciada de la renta general. O sea, alumnado que tiene problemas para acceder (y hay que captar a ese talento) y que tiene problemas para permanecer en la universidad y eso hay que combatirlo. La idea no es original de esta universidad, la tomé de una buena práctica del University College de Dublín, que tiene precisamente una vicepresidencia para la igualdad, diversidad y la inclusión.
Se abre así un nuevo espacio de discusión. El entorno natural para la universidad sería tratar con la Consejería de Educación, porque aparentemente damos docencia, pero cuando a la universidad se incorpora la investigación también tratamos con la Consejería de Industria e Innovación y eso se ve natural desde hace varios años, pero fue una evolución de la universidad. Pues vamos a abrir un espacio para discutir también con la Consejería de Asuntos Sociales, esa es la estrategia, ampliar el abanico.
Otro de los temas que preocupa al alumnado son las normas de progreso y permanencia que es competencia del Consejo Social, pero ¿se plantean abrir un nuevo diálogo por si hubiera que revisar algunas de las medidas?
Nosotros en esta última legislatura y sobre todo con la pandemia mantuvimos con el Consejo Social unas conversaciones permanentes. Es muy difícil que el Consejo Social renuncie a la existencia de esas normas de progreso y permanencia por el concepto en sí por el que las establecieron, que es apelar a la responsabilidad del alumnado en tanto que está utilizando unas infraestructuras y servicios públicos que le cuestan el 15%, el resto lo pone la sociedad. Eso es lo que tienen que marcar las normas de progreso y permanencia, pero es cierto que la vida ha evolucionado y hay algunos puntos que es factible modificar porque el clima de conversación y diálogo así lo permite, pero nadie puede prometer que se vayan a abolir o interrumpir.
¿La participación del alumnado ha aumentado esta legislatura?
La hemos fomentado con una comunicación permanente diría de 24 horas, siete días a la semana del vicerrector con las estructuras y reclamando de ellos información y sobre todo atendiéndolos y además hemos rescatado la cultura en los campus. Es decir, se ha proyectado sobre el alumnado y sus delegaciones el que se fomente la cultura en los centros. En la parte de funcionamiento de la universidad, entendemos que están organizados, tienen una estructura jerárquica que comienza en el Consejo de Estudiantes al que nosotros apoyamos porque a su vez es el que se apoya en las delegaciones. Hemos creado un canal de comunicación que en algún momento va directo a alguna delegación pero que se ha tratado a partir de su propia organización.
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