Los vecinos de Telde reclaman más seguridad ciudadana
La ermita de San Antonio ha sido una de las últimas víctima de la oleada de robos que se vienen produciendo en Telde en los últimos tiempos en espacios públicos. En esta ocasión, el histórico inmueble ha sido asaltado por los vándalos mediante el sistema de hacer un butrón, un boquete en la pared lateral, y se han llevado importantes reliquias que se encontraban en el reciento desde su reciente reinauguración.
En la Casa de la Condesa, se ha perdido la cuenta de cuántas veces ha sido víctima de los saqueadores –cuatro en el último mes de octubre, por ejemplo- sin que el inmueble histórico continúe sin protección y se deteriore día a día.
La Noria de Jinámar, después de una inversión de dos millones de euros para convertirla en museo, sufrió la sustracción de cableado eléctrico. Y, en el Parque de las Mil Palmeras, los ladrones arrasaban con 95 metros del vallado de hierro forjado que circunda el lugar, además de parrillas para barbacoa, arquetas de riego y más de 300 unidades para regar zonas verdes.
Jinámar fue asimismo protagonista de la quema de alrededor de 20 contenedores y tres vehículos. La antigua Máquina del Azúcar, que sirve de banco de alimentos para familias necesitadas, también fue asaltada.
Nueva Canarias en Telde coincide en que la inseguridad es una preocupación que aparece en todas las reuniones con colectivos ciudadanos que mantienen desde los últimos meses. Al parecer, se reclama más presencia policial, especialmente en horario nocturno.
El partido nacionalista reclama que se garantice la seguridad y propone recuperar la figura del policía de barrio.
