Cabo Verde ambiciona entrar en el Espacio Económico Europeo como región ultraperiférica

Ulisses Correia, primer ministro de Cabo Verde, durante la entrevista

César Marrero (EFE)

Las Palmas de Gran Canaria —

Cabo Verde aspira a integrarse en el Espacio Económico Europeo (lo forman los miembros de la UE, 28 países, y los integrantes de la AELC Islandia, Liechtenstein y Noruega y sin Suiza), incorporándose al grupo de regiones ultraperiféricas (RUP) de la Unión, una “ambición” que espera poder hacer realidad con el apoyo de Canarias y España, según ha declarado este martes su primer ministro, Ulisses Correia.

El país africano quiere “llegar lo más lejos posible en las relaciones con el Espacio Económico Europeo” -figura en la que se enmarcan ya las relaciones de la UE con socios externos como Islandia, Noruega o Liechtenstein-, porque considera que en estos momentos tiene “una oportunidad estratégica” para impulsar la “aproximación mucho más estrecha con la Unión Europea”, ha precisado Ulisses Correia, en una entrevista concedida a la agencia Efe.

El primer ministro ha hablado de esa “aspiración” durante la visita que efectúa estos días a las Islas Canarias, en una iniciativa que ha destacado que está encuadrada en la colaboración bilateral que mantiene Cabo Verde con el archipiélago español, “pero también en la relación multilateral Cabo Verde-Unión Europea”.

Se trata de un ámbito “donde -ha especificado- Canarias y España desempeñan un papel importante”, entre otras razones por el apoyo que desde sus gobiernos se ha dado tradicionalmente a la cooperación entre los archipiélagos que forman parte de la región de la Macaronesia, integrada por Azores, Canarias, Cabo Verde, Madeira y las Islas Salvajes. Este es otro factor que Correia entiende que favorece sus objetivos de incorporarse al Espacio Económico Europeo, hasta el punto de que considera que “la Macaronesia puede ser un instrumento muy importante para que eso ocurra”.

El primer ministro de Cabo Verde opina que otro elemento positivo para sus propósitos es que su país tiene rasgos singulares en el contexto africano que lo alejan de los “focos de inestabilidad” que existen en el continente.

Correia ha querido recalcar este factor frente a las visiones negativas que generalizan al hablar de los defectos de África, que ha recordado que “es un continente con variedad de países y diversidad de situaciones políticas, económicas y de estabilidad”, porque en África, ha apostillado, no faltan países con “un buen desempeño gubernativo y económico”.

“Por eso, independientemente de qué se diga sobre África, Cabo Verde busca su espacio propio de desarrollo en un marco de integración entre los tres continentes, África, Europa y América”, ha sentenciado.

Aseguró que el suyo es un país “con bajos riesgos políticos, bajos riesgos sanitarios, estabilidad estructural, garantías políticas, garantías sociales y también desde el punto de vista económico”, y a ello se añade el que tiene “buenos aliados” en el exterior.

Prueba de ello es que “nuestros aliados de referencia sobre seguridad son la Unión Europea y los Estados Unidos de América”, pero también Cabo Verde dispone de lazos con otras potencias como China, que “tiene una intervención muy fuerte a nivel de perspectivas de desarrollo y de inversión” en el archipiélago, ha sostenido.

Ulisses Correia ha descartado, además, la posibilidad de que esas alianzas internacionales se vean amenazadas por posturas como la mantenida días atrás por el actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, al referirse de forma despectiva a los inmigrantes procedentes de naciones africanas, entre otras.

En especial porque la de su país es “una emigración antigua y con un número significativo de personas” que ha determinado que, en concreto, en Estados Unidos viva “un número de caboverdianos igual o superior al número de caboverdianos residentes en Cabo Verde” y existe “un sustrato de relaciones muy fuertes” entre ambas naciones.

El Gobierno caboverdiano ha seguido apostando por reforzarlas con iniciativas como “la firma, hace poco tiempo, de un acuerdo que permite la intervención de las fuerzas militares de Estados Unidos” en el archipiélago, “con un estatuto propio”, ha subrayado.

El primer ministro ha agregado que, además, sus compatriotas emigrados a la otra orilla del Atlántico conforman “una comunidad muy activa, con influencia en diversos sectores sociales, políticos, económicos y empresariales”, lo cual -ha opinado- “garantiza una tranquilidad”.

“Creo que no nos veremos perjudicados por razones coyunturales” como los cambios de partidos en el Gobierno de los Estados Unidos, ha concluido. 

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