Los planes especiales de inspección y control del posible uso ilegal de la leche en polvo (que se importa desde las islas, en la mayoría de los casos con el apoyo de las ayudas comunitarias del Régimen Específico de Abastecimiento -REA-) en la producción de quesos canarios sigue adelante y en breve tendrá su parte más invasiva y potente: la relacionada con la ejecución del plan de 25 inspecciones a realizar in situ y sin previo aviso, sobre todo a la industria láctea radicada en las islas.
El objetivo esencial de esa intervención administrativa, guiada desde la Dirección General de Ganadería del Gobierno de Canarias, es comprobar si principalmente las grandes entidades productoras de queso en el archipiélago cumplen con la normativa de aplicación en la elaboración de esos transformados lácteos (comunitaria, de la UE) y si además los etiquetan y comercializan como están obligados a hacerlo, sobre todo sin trampas informativas en los envases. En esta parte, se contará con el apoyo de la Dirección General de Comercio y Consumo y del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria (ICCA), este último también dependiente de la Consejería de Agricultura.
El trabajo será arduo y ya, sin iniciarse, ha dado sus frutos: la leche cruda de vaca tiene otra vez mercado en las islas y el precio ha subido ligeramente o se ha mantenido estable, de manera especial tras la protesta con derrame de leche de vaca incluido que se produjo en Tenerife en julio pasado. Esta acción propició la movilización de la Dirección General de Ganadería y dio lugar al programa específico de inspección que ahora se activa con trabajo de campo, fuera de los despachos.
Medidas adelantadas en la reunión del 26 de julio pasado
Tal y como ha conocido este periódico digital de fuentes de la Consejería de Agricultura, este departamento autonómico, siguiendo el compromiso adquirido con los ganaderos locales en una cumbre de finales de julio (día 26), desarrollará desde este momento hasta el 31 de diciembre próximo al menos 25 inspecciones de campo (en explotaciones pecuarias e industrias transformadoras lácteas), con el propósito de comprobar cuál es el uso que determinadas factorías locales dan a la materia prima leche en polvo.
Con esas actuaciones oficiales, se pretende combatir el supuesto fraude que, según aseguran fuentes vinculadas al sector ganadero, se comete en las islas en los procesos de elaboración del producto transformado queso y, como continuación de esas anomalías, en el etiquetado de tales artículos alimentarios, supuestamente hechos dentro de los porcentajes legales con materia prima ofertada en Canarias.
El primer susto, aunque leve, para Quesería de Benijos
En la actualidad, algunas entidades productoras de lácteos bien conocidas en las islas, como es el caso de Quesería de Benijos (en La Orotava), que gestiona la Cooperativa del Campo La Candelaria (santo y seña de Pedro Molina, su presidente) a través de una concesión de uso otorgada por el Cabildo de Tenerife (el propietario de esas instalaciones industriales), se han visto sometidas a controles y tienen expedientes sancionadores en curso por detectar la Consejería de Agricultura, y es el caso de esa fábrica de La Orotava, que el etiquetado de algunos de sus productos no se correspondía con la composición lechera real del queso objeto de control.
Por ese motivo, Agricultura ha abierto un expediente sancionador (la multa puede rondar los 3.000 euros) a Quesería de Benijos, donde, tal y como han asegurado fuentes cercanas al proceso, supuestamente se ha detectado queso que en la etiqueta se decía que fue elaborado al 100% con leche de cabra y luego se ha podido comprobar que llevaba al menos el 3% de leche de vaca (o “trazas de leche de vaca”). La Cooperativa La Candelaria alegó en este expediente problemas relacionados con la limpieza de la red de distribución de la leche en su fábrica.