El mes de junio fue “frío” y “húmedo” en Canarias

Canarias está viviendo un inicio del verano relativamente frío y húmedo, a la espera de que llegue el buen tiempo más propio de esta estación del año. Así, la temperatura media en Canarias durante el pasado mes de junio fue de 19,7 grados, representando una anomalía negativa de -0,2 grados y a la que corresponde un carácter normal, siendo el 39º más frío desde 1961. En cuanto a las precipitaciones acumuladas, se contabilizó una media de 3,9 mm, el 142% del valor esperado, situándolo como un mes pluviométricamente húmedo, según la serie de referencia 1991-2020, siendo el 19º más húmedo desde 1961.

Por provincias, la temperatura media en la provincia de Las Palmas durante el mes de junio fue de 20,9 grados (-0,2), correspondiendo a un carácter frío, y en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, de 18,2 grados (-0,4), lo que también le dan un carácter frío.

El mes de junio ha estado dominado por situaciones anticiclónicas, con el centro del anticiclón atlántico desplazándose sobre posiciones cercanas a las Azores, y por la presencia de bajas térmicas sobre el noroeste de África y sobre la Península Ibérica, estableciéndose un pasillo por el que el flujo de componente norte, con aire más frío y con mayor contenido en humedad, ha generado una abundante nubosidad baja en las vertientes norte de las islas más montañosas -aunque también en Lanzarote y Fuerteventura- que ha persistido durante la mayor parte del mes.

Un menor gradiente bárico del anticiclón, durante los primeros diez días del mes, dio lugar durante ese período a un flujo con mayor componente este, aportando menor nubosidad y aire más cálido, manteniéndose las temperaturas en valores ligeramente superiores a la media de referencia durante esa primera decena. A partir del día 11, el reforzamiento del anticiclón atlántico, con aumento del gradiente de presión sobre las islas, estableció el flujo de norte inicialmente descrito, provocando un descenso de las temperaturas, que permanecieron en valores inferiores a las de referencia, salvo ligeros repuntes -que no superaron los valores medios- que se debieron a pequeños desplazamientos del anticiclón que permitieron flujo con mayor componente este, seguidos de marcados descensos, al restablecerse el flujo de componente norte y, en particular, el día 27, por la aproximación de una DANA.

Asimismo, los descensos fueron más acusados en las temperaturas máximas que en las mínimas que, en general, se mantuvieron sobre valores suaves, lo cual puede observarse en el número de noches tropicales, con 404 registros de noches tropicales en toda Canarias.

Precipitaciones

Desde el punto de vista de las precipitaciones, Canarias ha vivido un mes de junio húmedo, con una precipitación media de 3,9 mm, lo que supone el 142% de la precipitación normal para este mes del año.

La mayoría de las precipitaciones del mes fueron debidas a las situaciones anticiclónicas, estableciendo un persistente flujo de componente norte y alto contenido en humedad que dio lugar a lloviznas y lluvias débiles en las vertientes norte de las islas más montañosas, con mayor continuidad en zonas de medianías del norte de Tenerife y de Gran Canaria, si bien las mayores precipitaciones se registraron durante los días 6 y 7 en Puntargorda (medianías del norte de La Palma) y en Llanos de Mesa (medianías del norte de Tenerife) y fueron debidas al paso de un frente asociado a una borrasca aislada.

Asimismo, durante los días 17 y 18 se aproximó al archipiélago un frente en frontólisis, sin que tuviese efecto significativo sobre los registros de precipitaciones. Por último, durante los días 25 y 26 la presencia de una DANA sobre el Golfo de Cádiz aportó algo mas de inestabilidad que, sumada a la humedad preexistente sobre las islas debida al alisio, provocó un ligero aumento de las precipitaciones, que, aunque no alcanzaron los 10 mm en ninguna estación meteorológica de Aemet en Canarias, sí se extendieron a la isla de Lanzarote.

Durante el mes, además de las precipitaciones debidas a nubosidad baja de acumulación en las vertientes norte de las islas más montañosas, también se produjeron precipitaciones por evolución, a sotavento.