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La reaparición de Soria

José Manuel Soria y María Australia Navarro. EFE/Cristóbal García

Carlos Sosa

Australia Navarro fue la primera en restar importancia a la reaparición de José Manuel Soria en el Partido Popular de Canarias. Dijo a los periodistas que es un afiliado del PP y que, por lo tanto, tiene perfecto derecho a presentarse a compromisario del congreso nacional de los próximos días 20 y 21. Es Australia Navarro, presidenta del PP de Gran Canaria, la dirigente de los populares canarios señalada como la heredera de los principios políticos de quien lo fue todo en el partido, y la que hizo valer su memoria y su influencia en una reciente reunión del grupo parlamentario en el que se decidía respaldar o no a Coalición Canaria en el conflicto de Radio Televisión Canaria. A Antona no le gustaba José Carlos Naranjo Sintes como administrador único del ente público y dijo algo parecido a mandarlo a tomar por saco. Australia Navarro se le tiró al cuello y le dejó claro que “nuestro hombre es Sintes y el jefe ha dicho que lo vamos a apoyar”. El poder.

¿El jefe? El jefe sigue siendo en algunos ambientes del PP canario José Manuel Soria, que según estas fuentes continúa moviendo algunos hilos, particularmente aquellos que le permiten combinar dinero y poder, poder y dinero, la fórmula que le permite seguir vivo. Por eso se le atribuye a él el nombramiento de Juan José Cardona como presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas en el momento exactamente anterior a que Pedro Sánchez pusiera repentino punto final al Gobierno de Mariano Rajoy. El dinero.

Soria necesitaba al frente de los Puertos de Canarias a alguien de su confianza, y Cardona siempre lo ha sido. El exministro se dedica a los negocios internacionales, es decir, a mover de aquí para allá sus influencias, particularmente las obtenidas durante el tiempo durante el cual ejerció como ministro de España. Sus socios en determinadas operaciones en el puertos africanos, como el de la capital angoleña, no se ocultan lo más mínimo para presumir de su influencia.

Uno de esos socios es José Manuel Arnáiz, el polémico presidente de Puertos de Las Palmas colocado en el puesto que ahora ocupa Cardona para que ayudara a ejecutar una importante operación urbanística, el Frente Marítimo, que no pudo ser. Arnáiz se queja de que Cardona no lo reciba cuando él lo pide, pese a deberle el puesto a su poderoso socio.

Cardona complementa a Luis Padrón, director general de Casa África, como cargo clave colocado por José Manuel Soria para la apertura de puertas en el vecino continente. Padrón fue nombrado a petición de Soria antes de que el exministro apareciera en los papeles de Panamá y se viera obligado a dimitir. Su caso fue tan excepcional que hasta ahora ha sido el único director de las casas continentales dependientes del Ministerio de Asuntos Exteriores que no pertenece a la carrera diplomática. El poder y el dinero.

Asier Antona lo niega todo rotundamente, como no podía ser de otro modo. Asegura que Australia Navarro no está en ninguna operación contra él, pero los síntomas de debilidad del presidente del PP canario son cada vez más evidentes. Muchos de los que lo auparon tras la caída de Soria ya no lo ven con los mismos ojos, a lo que quizás hayan contribuido mucho los cambios de criterio constantes en las relaciones con Coalición Canaria. Cada vez resulta más creíble que algunos de los arrumacos de Antona con los nacionalistas fueran impuestos en contra de su voluntad. Y que no todos partieran de Génova.

Lo que parece innegable es que Soria ha regresado, y lo ha hecho con luz y taquígrafos, permitiendo que su nombre aparezca en una lista de aspirantes a compromisarios a un congreso de su propio partido. ¿Es un gesto meramente simbólico? No. A Soria no lo soportan ni Dolores de Cospedal ni Soraya Saenz de Santamaría. Tiene muy buena sintonía con el exministro García-Margallo, y en su intento por relevar a Rajoy le ha acompañado en la sombra, aun a sabiendas de sus escasas opciones. Pero su favorito tiene que ser alguien capaz de tener los mismos escrúpulos que los suyos, alguien capaz de mentir como él, con la misma solemnidad. Soria ha hecho sus cálculos y ha llegado a la conclusión de que si el próximo presidente del partido es Pablo Casado él podrá volver a tener alguna opción de regreso en el futuro. Y el futuro no tiene por qué ser 2019, ni siquiera 2020. Pero ya estará posicionado para cualquier movimiento que le pudiera beneficiar. Para eso es necesario estar en el congreso nacional del PP. El poder y el dinero. Soria apoyará a Casado. El regreso.

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