Tras las huellas de los españoles en la Zona Colonial de Santo Domingo
En torno a la Basílica menor de Santa María de la Encarnación la ficción castellana se mantiene gracias a un entramado urbano donde abunda la piedra, la teja, la madera y las calles adoquinadas. Basta caminar un poco para que la ilusión meseteña se desdibuje. Sólo dos cuadras más allá, junto a la impresionante fortaleza española, la desembocadura del río ofrece a los viajeros y viajeras una estampa completamente diferente. Los cruceros, gigantescos al lado de las construcciones coloniales, las palmeras y la exuberancia verde de las riberas del Río Ozama nos trasladan, de inmediato, al otro lado del mundo. Estamos en América y no en las sobrias campiñas de Castilla. Nada que ver. Caribe en estado puro. Santo Domingo, fundada en 1496, fue la primera ciudad importante levantada por los españoles en el Nuevo Mundo. Y por ello no es extraño que se importaran modos, maneras y gustos: y justamente por eso, acá se impusieron, de una manera más marcada que en otras capitales americanas, los estilos del Viejo Mundo. Y por eso hay gótico, hay castillos como los de Europa, hay edificios que nos recuerdan a las ciudades extremeñas, castellanas y canarias.
La Zona Colonial de Santo Domingo es una de las señas de identidad más importantes de la República Dominicana. Y junto a sus espectaculares playas o zonas tan impresionantes como la Península de Samaná, es su principal atractivo turístico. Pero más allá de de su belleza, este conjunto de cuadras históricas, que atesoran palacios, viejas iglesias, castillos y fortalezas, es también una de las mejores muestras del primer urbanismo español en tierras americanas. Y por ello se encuentra incluido en el catálogo de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Viajar Ahora te ofrece esta guía de la Zona Colonial de Santo Domingo con todo lo que necesitas saber para descubrir los secretos de este importante centro patrimonial.
Ciudad de palacios y fortalezas
Un paseo por la Calle de Las Damas resume a la perfección la esencia del barrio fundacional de la capital dominicana. Dicen que el nombre hace referencia a las elegantes damas españolas que, durante siglos, pasearon por esta vía sus mejores galas en sus paseos dominicales. El Alcázar de Don Diego Colón marca el epicentro del origen de la ciudad (Plaza de España sn; Tel: (+1) 809 686 8657; Horario: MS 9.00 -17.00 D 9.00 – 16.00). Situado en el sistema de murallas (junto a la Puerta de San Diego) fue la residencia de tres generaciones de la familia Colón y sede oficial del primer virreinato de América. Más allá de su importancia patrimonial y artístico (es uno de los escasos edificios góticos del Nuevo Continente) el visitante puede empezar a descubrir, a través de un pequeño pero completo museo, la historia de la presencia española. En los salones del Alcázar se prepararon multitud de expediciones a otras partes de América, como fue el caso de la aventura de Francisco Pizarro al Perú. Muy cerca se encuentra la Casa del Cordón (C/ Isabel la Católica esquina Emiliano Tejera) una imponente casona gótica que, según la tradición local, fue la primera casa en piedra y de dos pisos que se construyó en la isla.
Calle Abajo, el viajero se topará con otros importantes rastros de la época colonial, como Las Casas Reales (Dirección: C/ Las Damas; Tel: (+1) 809 682 42 02; Horario: MD 9.00 – 17.00) antiguas oficinas de la corona construidas a principios del siglo XV (excelente ejemplo de transición del gótico al Renacimiento) que hoy guardan importantes tesoros documentales, cartográficos y numerosas obras de arte que resumen los más de tres siglos de presencia hispana. La antigua Iglesia de los Jesuitas es una de las últimas construcciones que los españoles levantaron en Santo Domingo. La fábrica original data del siglo XVIII pero a mediados del XX se le añadió un imponente edificio neoclásico que alberga el Panteón de la Patria (Dirección: C/ Las Damas; Horario: MD 9.00 – 18.00), un mausoleo donde se guardan los restos de importantes personalidades de la historia de la República Dominicana.
Más allá de su significado simbólico, la visita permite descubrir el interior del edificio y llegar hasta el corazón barroco del antiguo templo jesuítico. Muy cerca, en dirección al río, se encuentra el Fuerte Invencible, antigua batería de las murallas españolas que se encuentra junto a la Casa de los Dávila, otra de las familias ilustres de la Santo Domingo colonial. Calle abajo merece la pena visitar el Hostal Nicolás de Ovando (Dirección: C/ Las Damas) antiguo palacio colonial (de los más antiguos de la ciudad, hoy convertido en hotel. Su patio porticado es de los mejores ejemplos de arquitectura colonial de la ciudad.
El paseo por la Calle de Las Damas termina junto a la desembocadura del Rio Ozama. El viajero que vaya acompañado por niños puede acercarse al Museo Infantil Trampolín (Dirección: C/ Las Damas esquina El Conde; Tel: (+1) 809 685 55 51; Horario: MV 9.00 – 17.00 SyD 10.00 – 18.00) un curioso museo interactivo dedicado a los pequeños que explora la historia, la naturaleza y la ciencia. El centro está ubicado en otro de los palacios coloniales de la calle. Y para finalizar el paseo por Las Damas queda la Fortaleza de Ozama (Dirección: C/ Las Damas; Tel: (+1) 809 686 02 22; Horario: LS 9.30 – 19.00 D 10.00 – 15.00), conjunto de fortificaciones españolas que datan de los siglos XVI, XVIII y XVIII. La ‘Torre del Homenaje’ es una de las construcciones europeas más antiguas del continente. Fuertes, murallas, pasadizos y mazmorras forman un conjunto digno de visitarse.
Ciudad sacra y conventual
Con la espada llegó la cruz. La colonización española trajo consigo el cristianismo y con él llegaron las iglesias. El Parque Colón es uno de los centros de la Zona Colonial de Santo Domingo. El espacio, rodeado de excepcionales muestras de arquitectura colonial, está presidido por la Basílica Menor de Santa María de la Encarnación (Dirección: Plaza de Colón sn; Tel: (+1) 809 689 76 65; Horario: LS 9.00 – 17.00), o la Catedral Primada de América, primer gran centro religioso de América. De inicios del siglo XVI, este edificio es una de las últimas catedrales góticas del mundo. Emparentada con templos como las catedrales de Sevilla y Las Palmas de Gran Canaria, la catedral dominicana es la más ‘medieval’ de los grandes templos americanos y su grado de conservación es prácticamente perfecto. El interior gótico, sobrio, contrasta con su espectacular portada plateresca.
Un paseo por las calles del barrio colonial nos descubre la importancia que la Iglesia Católica tuvo en la implantación de los modos y costumbres europeos en el hemisferio americano. Las ruinas de la Iglesia y Hospital de San Nicolás de Bari (Dirección: C/ Hostos esquina Las Mercedes) muestran el legado de aquellos hombres y mujeres que, más allá de imponer nuevas creencias trajeron innovaciones como la educación o la medicina occidental. Las diferentes órdenes religiosas se implantaron en la ciudad. Y dejaron importantes conjuntos monumentales como la Iglesia de Nuestra Señora de Las Mercedes (Dirección: C/ Las Mercedes esquina José Reyes), el Convento Regina Angelorum (Dirección: C/ Pedro Billini esquina José Reyes) o el imponente Convento de los Dominicos (Dirección: C/ Hostos, 64; Tel: (+1) 809 687 47 22; Horario: LD 8.30 – 12.30 y 15.00 – 18.00; E-mail: info@conventodominico.org), uno de las obras cumbre de la arquitectura colonial dominicana y germen de la primera universidad de América. Otras piedras sagradas que bien merecen un paseo son las Ruinas del Monasterio de San Francisco (Dirección: C/ Hostos esquina Juan Isidro Pérez).
Pero más allá de torres, muros y palacios, la Zona Colonial de Santo Domingo es un rosario de callejuelas, pequeñas plazas y paseos que permite al viajero inquieto sumergirse en la historia. Por suerte, las autoridades de la República Dominicana han sido celosos guardianes de este imponente patrimonio y la huella hispana, lamentablemente borrada en otras grandes ciudades de América, aún persiste formando uno de los conjuntos histórico artísticos más importantes del orbe hispánico. La Calle del Conde, una de las arterias principales del barrio, es la mejor manera de descubrir el goteo incesante de detalles que nos recuerdan a España. Lugares como la propia Puerta del Conde, junto a la Plaza de la Independencia, o los tramos porticados, o las casas con enormes balcones, o las plazas. Puertas adentro, los patios de inspiración andaluza y canaria refuerzan esa conexión entre los dos lados del Atlántico que, en las casas del antiguo Santo Domingo, es una muestra más de un parentesco que se mantiene aún fuerte.
COMER EN LA ZONA COLONIAL DE SANTO DOMINGO
Pura Tasca: Dirección: Calle Emiliano Tejera, 51; Tel: (+1) 809 333 84 94; E-mail: annalisa.dcarli@gmail.com. Buena cocina española en un marco espectacular. Buena relación calidad precio. Las mejores tapas de la ciudad.
Messon D'Bari: Dirección: Calle Hostos esquina Salomé Urena; Tel: (+1) 809 687 40 91. Cocina criolla e internacional. Una buena opción para probar platos de la gastronomía local.
Restaurante Mimosa: Dirección: Calle Arzobispo Nouel, 51; Tel: (+1) 809 866 09 11. Buena cocina dominicana. Dicen que su pescado con frijoles es de los mejores de la ciudad. A nosotros nos encantó.
FOTOGRAFÍAS: Turismo de la República Dominicana